514 | Yoonmin a la chilena

uno

Estaba en la micro, en la 514, directo a mi casa en Macul. Había salido temprano porque hubo una explosión en las cañerías del colegio y literal, el olor era insufrible. Cuando me subi tenía puesto los audífonos.

La voz de Maluma me causaba de todo y no me daba vergüenza mostrarlo cuando me movía.

Hasta que lo escuché.

-Mi intención no es molestar.

Era un chiquillo de metro setenta, pelo verde y una sonrisa media rara. Era guatón pero estaba rico. Por un segundo caché que me estaba mirando y juro que un escalofrío me recorrió entero. E n t e r o.

-Tú, dime una palabra -me dijo, apuntándome con la mandíbula.

Weón rico.

-Amor a primera vista -dije y quería puro tirarme de la ventana.

Me miró terrible mal, sentía que en cualquier momento dejaba su carrera de rapero por la palabra weona que le di.

-Weón raro -mencionó, mirándome con el ceño fruncido y se dio vuelta para preguntarle a otra persona.

Puta la wea Jimin, ya la cagaste.

Finalmente empezó a rapear y ni Maluma se comparaba con él. Incluso daddy yankee, quería arrodillarme y hacer de todo.

-¡Zapatilla!

Una niña gritó y la miré terrible mal. Pero el chiquillo le asintió. ¿Cómo chucha? ¿Cómo chucha la palabra zapatilla me había a ganado?

-Aquí improvisando, rapeando, mostrando las zapatillas que son nuevas -rapeó. No se si era rap, esa wea ni rimaba, pero le di una oportunidad -Adidas, nike ni hush puppie, mi zapatilla es tu vida y mi vida es la zapatilla.

Qué mierda.
Incluso yo rapeaba mejor. Por eso ni pensé cuando saqué mi botella fruna vacía y se la tiré junto a un "bu" "aweonao".

Me miró terrible mal y juro que me calenté.
¿Qué chucha? Hace diez minutos me gustaban las minas.

Cuando terminó de rapear caché que ya venía mi paradero, así que me adelanté a la puerta de al medio de la micro. El chiquillo pasó al lado mío y me empujó. Me tocó por la chucha.

Se ganó harta platita y como no si era harto rico. Me bajé después de gritar gracias con todo mi pulmón y estaba a punto de ponerme los audífonos pero a mitad de caminó me sentí en 'En su propia trampa' como si me estuvieran espiando.

Ahí me giré y el chiquillo estaba atrás mío. ¿Y si era un violador weón? Si igual estoy rico.

-¿Me estai siguiendo? -le grité aunque estábamos cerca.

Él pasó al lado mío y me miró. Sólo me miró. Te haría chupete.
Bufó y desapareció de mi vista y juro que se veía demasiado bien con esos pantalones.

Y llegué a mi casa y no me estaba nada siguiendo. Un brindis por esos amores de micro que no verías más.
O eso pensaba.
Y estaba equivocado.