-Ay Dios.
-Cristian ¿te encuentras bien?.- Le pregunto una de las chicas que estaba en el salón. Cristian volteo su mirada hacia mi, su mejilla estaba roja y con la forma de mi mano.
-Muy bien todos a sus lugares.- Entro el profesor de matemáticas. Salvada por ahora, el resto de la clase sentí la mirada de Cristian sobre mi. ¿Por que los minutos no pasan rápido?
El timbre de salida sonó, tome mi cuaderno y salí de allí como alma que lleva el diablo, comencé a buscar a Dean desesperada, pero recordé que tenía otras clases por delante.
Las siguientes clases pasaron rápido, en el almuerzo le conté a Dean lo que me paso, el casi me traga viva, en todas las clases que tenía estaba Cristian, lo que me ponía nerviosa, al final de cada clase me apresuraba en salir. Al fin la última clase, literatura. Entre al salón, no le preste atención a nadie, estaba metida en mis pensamiento, la chica nueva, Cristian, no haber hecho amigos, algo provoco que saliera de mis pensamientos, yo iba directamente al suelo, pero algo me detuvo.
Sentí el brazo de alguien a mi alrededor para luego ver los ojos oscuros y llamativos de un chico, Cristian.
-Muchos problemas para tu primer día ¿no?.- Trague grueso.
-Cristian por favor suelta a la chica.- Dijo un hombre al entrar, me supuse que era el profesor. Me mira.- Señorita.
-Alexa Santori, Alexa Santori.- A la mención de mi apellido me dio la impresión de que el ambiente se volvió tenso.
-Suelta a la señorita Santori Cristrian.- Le dijo el profesor.
-No quiero.-Cristian me había sentado en sus piernas y me tenía rodeada con sus brazos.- Es mía ahora.- Esa fue la gota que derramo el vaso ¿como se atreve e decir que soy suya? así lo haga en juego nadie dice eso.
-Suéltame.- Le dije sin mirarlo.
-¿Que?.- Me pregunta Cristian.
-¿Eres sordo o que? que me sueltes te he dicho.- Abrió los ojos como platos.
-Niña nadie me dice que hacer.
-Y a mi me importa muy poco lo que hagas o no pero suéltame.- Me baje de sus piernas, al tocar el suelo con mis pies me retuvo contra el, el aire escapo de mis pulmones al sentir su mano en mi trasero. Cristian me sonreía.
-Cristian, por favor no lo empeores.- Le dijo el profesor.
-Me estoy divirtiendo.- Mi mano voló a su cara, el golpe provoco que cayera al suelo.
-La próxima que me toques el golpe no sera en la cara.- Busque un lugar en el salón pero todos ya estaban ocupados menos el que estaba al lado de Cristian. Genial, mi día no podría empeorar más.
-Vaya tienes una buena derecha.- Me dijo el profesor.- Bueno a partir de hoy todos sus trabajos van ha ser en parejas y yo les asignaré las parejas.
El profesor comenzó a elegir las parejas, cada vez que nombraba a alguien. Por último miro a Cristian y a mi.
-Ustedes dos tendrán que trabajar juntos.
-¿Que? .- los dos le gritamos al profesor.
-Lo siento.- Dije antes de que mi todo empeorara.
-Todos deber hacer un informe sobre el compañero que les asigne, tendrán un mes para hacerlo y para ello he organizado varias salidas en grupo, esto les permitirá conocer a sus compañeros y esos conocimientos los debes plasmar en el informe.
Mi vida no podría ser peor. La clase siguió con normalidad por así decirlo en ciertos momentos sentía la mirada furiosa de Cristian en mi, lo que me molestaba. Solo un minuto y saldría de aquí, solo un minuto, solo un minuto, solo un minuto, me repetía una y otra vez. El timbre de salida sonó, música para mis oídos.
-Muy bien, todos tomen esto es para informar a sus padres lo de las salidas.- El profesor entrego las hojas mientras salíamos. Me adelante a Cristian, tenía que salir y rápido. Tome la hoja y salí casi corriendo, casi había llegado a la salida cuando alguien me toma del brazo y me detiene.
-Tu y yo tenemos que hablar.- Cristian me arrastro fuera del instituto.
-Suéltame idiota.
-No, aún no.- Ya estábamos lejos del instituto, cerca de la entrada al bosque.
-¿Pero que demonios te pasa?.- Me soltó de golpe.
-Tu, eso me pasa. Me has golpeado dos veces.
-Tu te lo buscaste.
-Lo que paso en la hora de literatura te lo paso por que me pase, pero en matemáticas no.
-No era mi intención, me asustaste y reaccione.
-¡Me diste una bofetada!.
-¡Yo no te dije que me asustaras! un momento ¿por que te estoy dando explicaciones?.- Mi celular comenzó a sonar, lo saque de mi bolsillo, era mi hermano.
-Dime
-¿Donde estas?
-Creo que.- Cristian me arrebato el celular.- ¡Oye!
-Esta ocupada.- Le dijo a mi hermano y colgó.
-¡¿Como te atreves?! era mi hermano.
-No me im...- Dejo de hablar, se tenso.
-¿Que pasa?.- Una flecha iba directamente a el, pero la detuvo con su mano.- Cazadores.
-Demonios aquí tampoco me dejan tranquilo.- De inmediato lo supe
-No puede ser.
-Vámonos.- Me tomo de la mano y me jalo hacia el bosque.
-¿Que eres?.- No me respondió. Me solté de su agarre y me detuve.- Te estoy preguntando ¿que eres?
-Alexa, tenemos que escapar de la vista de esos tipos.
-Cazadores, te ataco un cazador, ¿que eres?
-¿Como sabes de ellos?.
-Respóndeme, ellos solo atacan a vampiros y lobos.- Cristian abrió los ojos como platos.
-Eres una cazadora.
-No, ¿que eres?.- Suspiro furioso.
-Vampiro.
-¿Cómo es posible que no me di cuenta?.
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Nocturnos y la guerra de los cazadores
VampiroUna guerra se acerca para Anastasia y Lexa