Mi Carta: Las Palabras Que No Dije.

Carta: Parte Única.

Corea del Sur, Seúl 22 de Mayo 2017

Querido Park ChanYeol.

Son las 12:45 am. Y muero de ganas de saber ¿Cómo estas? ¿Ya has dormido? ¿Qué tal esta tu noche? ¿Me olvidaste? ¿Me quieres todavía? ¿Me pensarás aún ?

El insomnio me esta matando mientras yo sigo recordando, como tortura mi mente el extrañarte tanto, aún sabiendo que nunca volverás a ver a esa persona pero la ilusión permanece. Esta noche me sucede esto, el corazón me duele, el corazón te extraña tanto que no encuentro como solucionarlo.

Te necesitó en mi vida, y todo el tiempo lo grito pero tu no vuelves, no te veo aparecer, no me besas, no me tocas, no estas...

Me mantengo inerte ante la expectativa de que vuelvas, que me digas que solo fue una pesadilla y que vuelvas a besar mi frente, que me lo digas, que me digas "Estoy aquí para ti". ¿Por qué siento este nudo en la garganta? ¿Por qué me duele él pecho al pensarte tanto? ¿Por qué tengo que sentir que no estoy bien si tú no estas.

Hace no mucho leí que " Él amor no duele, solo duele la decepción, la soledad..." y no sé cuantas barbaridades más, pero ¡Carajo! Me esta matando el dolor.

Me esta matando amarte, mientras tu posiblemente ya has conciliado el sueño, me esta matando, me esta haciendo añicos, como cuando una nuez se rompe bajo una llanta de automóvil.

Me estoy quebrando tanto que me siento estúpido, me siento tan roto, tan desgraciado... Tan infeliz.

Quizás cuando te conocí fue el momento en equivocado. Eres la persona que me hizo sentir la misma llama al inició como al final, vuelve, regresa, quedate pero es imposible.

El sonido de las gotas de lluvia caen, sabes, comencé a odiar la lluvia tras tu partida. ¿Por qué? Porque lloraba cada vez que las gotas rodaban por la ventana. El sonido del agua corriendo por las calle, las voces apagadas y las ciudades silenciosas. Lo odie con toda mi alma porque ya no estabas. Me levante durante un año esperando verte con esa sonrisa estúpida frente a mi puerta, sabía que no seria posible pero quería verte.

Todos los lunes caminaba por los parques que visitamos, el acuario y zoológico, las múltiples caminatas por los bosques y prados. Ese collar que me regalaste en nuestro primer aniversario, las cartas que me enviaste cuando estudiaste por seis meses en el extranjero.

¿Sabes? Las leía, las releí, las quería volver a vivir. Recordar como esperaba cada semana a que tu carta llegara, hablamos de usar el correo electrónico o enviarnos mensajes de texto pero insististe en que aquello hacía perder la magia así que esperábamos cada semana para hablar. Cuando yo enviaba en un domingo por la mañana las cartas que había acumulado para ti.

El primer verano juntos, la primavera y el invierno donde hiciste una cena muy decente en el patio trasero de la casa que compramos con nuestros ahorros. La soledad que experimente este año fue demencial, me sentía incapaz de mantenerme de pie, no pude probar bocado nunca más las frutillas.

Te fuiste cuando más te necesite, te fuiste cuando te suplique que te aferraras a mi, te llore tanto que pensé que nunca más sonreiría, era tan estúpido querer permanecer de pie cuando la persona que amas sigue ardiendo en tu ser, sigue quemando cada poro de piel. Quería tanto de ti, anhelaba tanto de ti que me estaba volviendo loco.

"Demente"

Estaba demente por tu amor, no era una locura normal, es esa que se vuelve tan fuerte como el odio mismo. Te odiaba tanto por hacerme amarte tanto.

Siempre estuve ahí para ti. Siempre estuve esperando por ti pero tu no venias a mi. Te fuiste sin esperarme, soltaste mi mano y mi mundo se fue al carajo. Estoy aquí llorando, analizando el dolor de perderte.  Maximizando mi estupidez por verte.