Capítulo 18

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Octubre 18, 2009

10:21 p.m.

—Este ha sido el mejor plan que he ideado —Audrey se dejó caer en su cama mientras sonreía.

—Bueno, fue más fácil de lo que pensé.

—Cancelaron el viaje, le sacaste el secreto y te la tiraste. El mejor plan del mundo.

—Lo dices porque tú no fuiste quien la cargó.

—Deja de quejarte que tú también sacaste provecho —Audrey me guiñó un ojo.

—Jamás tuve que hacer tanto para un polvo —resoplé.

—Bueno ahora ella tiene enyesado el pie y no puede moverse. Creo que nada puede ser mejor.

—Eso no estaba en el plan —murmuré.

—¿Te preocupas por ella?

—No, pero...

—No hay excusa. Deja de comportarte como una chica —ella rodó los ojos.

—No me comporto como una chica. Tú estás demasiado gruñona hoy.

—Ya deja de quejarte y ve a hacerle una visita a tu nueva puta —me empujó fuera de su habitación y cerró la puerta.

Sonreí y me pasé las manos por el cabello. Subí las escaleras hacia el ático para ir a la habitación de Alex. Tenía que hacerle una visita a mi "nueva puta", como Audrey dijo. Abrí la puerta de la habitación de Alex. Ella estaba acostada en la cama leyendo un libro con los audífonos puestos. Su pie enyesado estaba sobre una almohada.

Estaba usando unos simples shorts y una camiseta. Sus uñas estaban pintadas de negro. Me acerqué a la cama y lentamente me acosté encima de ella. Ella me miró con los ojos bien grandes.

—Hola Alex —dije y ella sonrió.

—Hola Niall.

—¿Cómo está tu pie?

—Bien, ya casi no duele.

—Veo que no puedes moverte mucho —sonreí.

—Eso es porque tú estás encima de mí —se quejó.

Me incliné sobre ella y rocé mis labios contra la piel de su cuello. Alex suspiró y enredó sus dedos en mi cabello. Comencé a besar su piel.

—Delicioso —susurré contra su oído y ella gimió.

—Creí que irías a comprar tu moto —dijo.

—La voy a comprar, pero antes tenía que venir a visitarte —susurré contra su piel.

—¿Venir a verme?

—Mjm... A ti y a tu deliciosa piel.

—Debemos parar —susurró.

—¿Por qué? —le pregunté.

—No está bien.

—Eso no fue lo que dijiste el viernes —le reproché.

—El viernes fue un error —ella me miró a los ojos.

Yo fruncí el ceño y me puse de pie. Ella se sentó en la cama.

—Tienes razón. El viernes fue un error. Tuve que haber estado realmente desesperado como para follarte.

—No te pases.

—No me paso, solo digo la verdad. No me reproches nada que yo no te forcé a nada y si mal no lo recuerdo tú estabas más ansiosa que yo.

—Pues yo tampoco te obligué.

The True Happiness (Versión en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora