La promesa. (Tsuchigumo X Lectora)

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Era un día soleado, como otro cualquiera en mi zona. Pero tenía el presentimiento de que no sería un día exactamente igual a los demás, había algo que me inquietaba. Ultimamente en mi escuela estaban ocurriendo sucesos bastante extraños, la gente se había vuelto más agresiva y la cantidad de gente agredida era mayor. A los profesores no parecía importarles. Extraño, ¿verdad?
Intenté avisar a Tsuchigumo de lo que ocurría en mi escuela, pero él seguía insistiendo, quería venir a la escuela conmigo en su forma humana, intentando hacerse pasar por un alumno de intercambio.
- Sabes que no tienes que preocuparte, puedo apañármelas sólo.- dijo con un tono tranquilizador.
Hacía un tiempo que le conocí a él y a su rival de bando, Ogama, que ahora era su amigo. Y, durante el tiempo que lo he conocido, nunca había mostrado tanta decisión y determinación por algo.
- Seguro que la falta de sueño le ha afectado al cerebro.- dijo Ogama, riendo. Dirijí mi cabeza hacia Tsuchigumo y pude ver cómo se tapaba la boca con una mano mientras su rostro estaba totalmente rojo.
- ¿Falta de sueño?- me aventuré a preguntar.
- No es nada importante de lo que debamos hablar. - dijo, dirijiéndole una mirada asesina a Ogama. - Debemos darnos prisa o llegaremos tarde.- se le pasó el sonrojo.
- ¡Ostras! ¡Son las ocho y veinte! ¡Vamos, o llegaremos tarde!- optó su forma humana, ambos cojimos la mochila y nos dirijimos a paso lijero. Estábamos a pocos metros del colegio y escuché el timbre.
-¡Vamos, corre!- le agarré de la muñeca sin pensar en lo que hacía. Conseguimos entrar a clase antes que el profesor. La gente nos miraba de forma extraña, sobre todo a Tsuchigumo. En ese momento me di cuenta de que mi mano seguía agarrada a la muñeca de Tsuchigumo, y sus mejillas tenían un color rosado. Solté su muñeca antes de que alguien pudiese malentender la situación. Segundos después, el tutor entró en la clase. Le lancé una señal a Tsuchigumo de que todo iría bien mientras volvía a mi asiento. El tutor se sentó en su mesa, y Tsuchigumo se quedó sólo en medio de la clase, a vista de todos.
- Bueno, como podéis ver, tenemos un alumno nuevo en la clase. Pero no se quedará todo el año, estará con nosotros una temporada, ya que es una alumno de intercambio. Adelante, preséntate.- no noté ningún signo de nervios o de vergüenza en el rostro de Tsuchigumo, daba la sensación de que lo tenía todo bajo control.
- Mi nombre es Tsuchigumo, de procendencia japonesa. Es un placer conoceros a todos y poder pasar este tiempo en vuestra compañía.- dijo con su habitual tono tranquilo. Se dirijió al único sitio libre que quedaba, y la clase empezó.
¡Por fin! El timbre sonó después de dos horas completas de clase. Fuimos al patio. El ambiente era realmente incómodo, tenía una sensación extraña, me sentía como desprotegida. Yo me senté en un banco de madera, ya que el director había llamado a Tsuchigumo para hablar con él. De repente, un chico bastante más alto que yo se dirijió hacia mí.
- ¿Qué crees que estás haciendo?- dijo con tono amenazante.
- ¿Perdona?- dije confundida.
- ESE sitio en el que te has sentado, idiota, es mío. ¿No te enseñó tu madre que no debes acaparar las cosas de los demás?
- Perdona, pero ¿hay algún cartel o tienes algún permiso que diga que este banco es tuyo? No, ¿verdad? ¡Pues eso significa que este banco no te pertenece!- contesté intentando defenderme.
- Te crees muy lista y muy valiente hablando de esa manera a alguien como yo, ¿VERDAD, NIÑATA? Pues que sepas... ¡¡QUE YO NO TOLERO A LAS NIÑATAS QUE SE CREEN MUY LISTAS!!- Levantó su brazo, listo para darme un puñetazo. Cerré los ojos como reacción al golpe que recibiría. Segundos después, no sentí nada. ¿Acaso me habría quedado inconsciente? No. Pude abrir los ojos para saber lo que ocurría. Tsuchigumo había parado el golpe antes de que yo pudiese recibirlo.
- No vale la pena malgastar tu fuerza para defender tu orgullo, pegando a gente inocente.- le escuché decir a Tsuchigumo con tono firme y serio.
- ¿Qué? ¿Tú también te crees muy listo ayudando a tu patética amiga?- intentó defenderse.
- Por algo será.
-¿Qué?
- Supongo que por algo será que me creo muy listo. Porque yo sé utilizar mi fuerza para defender lo que me importa, sin razones egoístas. Y nadie merece ser llamado patético, y mucho menos ella.
El abusón se quedó sin palabras. El silencio fue cortado, de nuevo, por Tsuchigumo.
- Deberíamos dejarlo, estamos montando una escena.- soltó su barzo y se fue en dirección contraria, hacia mí. Vi cómo el abusón apretaba los puños, y dirijía un golpe hacia Tsuchigumo. La reacción de éste realmente me impresionó. Supo controlar a la perfección su golpe, parándolo con una sola mano, y le dio una sola patada, inmovilizando sus dos piernas y tirándolo al suelo.
- Te dije que no vale la pena luchar por razones esgoístas y estúpidas.- el tono de Tsuchigumo era aún más frío y serio que el de antes.- Al final, los golpes siempre vuelven hacia tí.- Tsuchigumo se dio la vuelta hacia mí. Me miró con sus brillantes ojos amarillos. Su mirada me dejó aún más sorprendida de lo que estaba. Sonó el timbre, y ambos fuimos juntos a clase, dejando al abusón derrotado y caído en el suelo detrás de nosotros.
Pasaron las horas, y llegó la hora de volver a casa. Caminábamos hacia casa. No podía quitarme de la cabeza aquella brillante mirada de Tsuchigumo tras haber tumbado a aquel idiota.
- Muchísimas gracias por lo de antes.- le agradecí.
- No tienes por qué agradecerme nada, ese idiota realmente se lo merecía.- contestó.
- Vaya, es realmente raro.
- ¿El qué?- preguntó confundido.
- Nunca te había escuchado llamar "idiota" a nadie que no fuese Ogama.- reí.
- ¿En serio lo dices?- se sorprendió ligeramente.
- Siempre eres muy respetuoso y educado, así que se me hace bastante raro.
- Me lo tomaré como un cumplido.- esbozó una sonrisa.
- ¡Deberías!- dijé, con tono alegre y bromista. Mis palabras hicieron que Tsuchigumo se sonrojase. No me esperaba esa reacción, aunque no me molestaba en absoluto. Se notaba que mis palabras lo habían sorprendido, pero, finalmente, su rostro recuperó su color actual y sonrió levemente. Me sorprendí cuando noté su mano acariciando suavemente mi cabeza, segundos después empecé a reir ligeramente mientras miraba su rostro que esbozaba una sonrisa llena de satisfacción.
Después de un rato caminando, llegó un momento en el que nuestros caminos se separaban. Nos paramos antes de tomar cada uno su camino.
- Hoy ha sido un buen día.- intentó despedirse, pero noté que algo se lo impedía.
- Bueno, espero que lo hayas pasado bien.- intenté ayudarlo.- Aunque ese abusón te lo haya puesto algo más difícil.
- Je, je. Te preocupas demasiado por mí, y poco por tí misma. Tu eras la que estaba en peligro.- sonrió.
- Supongo que seré demasiado modesta. Je, je.- reí.
- Tienes toda la razón. Pero es una de las cosas que más me gusta de tí.- sentí que me sonrojaba como un tomate. ¿Acababa de decir qué...? No, debo oir cosas. Dio un paso hacia delante, acercándose a mí. Miré directamente a sus ojos amarillos, reflejaban sinceridad y determinación, más de la que mostró nunca. Puso una de sus manos en mi mejilla, (y la otra apartaba mi flequillo) permitiéndole darme un beso tierno y breve en la frente. Dió un paso hacia atrás.
- Bueno, hasta otro encuentro.- se despidió finalmente.
- A-adiós.- le devolví el saludo. Él se dio la vuelta hacia el camino que se dirijía a la montaña en la que estaba su hogar, un templo que compartían los Fantaesqueletos y los Carnárnimas. Yo hice lo mismo, y me giré hacia el camino que se dirijía a mi casa. Ambos comenzamos a andar, hasta que nos separamos del todo. Noté cómo la temperatura de mi cara era más alta de lo normal. Estaba tan roja como un tomate. Aunque, su beso... no... no me molestó en absoluto~.
Ogama escuchó que alguien entraba en el templo. Como él creía, era Tsuchigumo. Cuando Tsuchigumo entró en el salón en el que Ogama estaba sentado, Ogama lo saludó:
- ¡Ey! ¿Qué tal te ha ido la vuelta al cole, Tsuchi?
- Ignoraré que me has llamado de la manera en la que no me gusta que me llames y te diré que bien.- le contestó algo molesto por el apodo.
- Supongo que después de insistirle tanto, ¿te lo habrás pasado bien, verdad?- preguntó bromista.
- Hubo un pequeño contratiempo, pero, a parte de eso, todo bien.
- ¿Un pequeño "contratiempo"?
- Sólo diré que cumplí mi promesa. - dijo confundiendo a Ogama.
- ¿Eso quiere decir que esta noche tampoco vas a poder dormir?
- Probablemente...- sonrió mientras salía del salón.
- ¡Te estás empezando a volver adicto a pasar las noches en vela!- gritó riéndose, pero se dio cuenta de que Tsuchigumo ya se había ido.- ¡Ay!, perdiendo valiosas horas de dormir sólamente pensando en ella.
FIN~

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Bueno, este es mi primer one-shot de este libro, solo espero que os guste y que disfrutéis en leerlo. ¡¡Wow!! ¡¡Mi primer one shot y tiene más de mil quinientas palabras!! Perdón, que me voy por las ramas, je, je. 😅 Querría que me dijeseis cúal queréis que sea el siguiente one-shot. Tenéis las siguientes opciones:
Ogama X Lectora
Orochi X Lectora
Rey Enma X Lectora
Kyubi X Lectora
Noruka X Lectora X Soruka
Jibanyan Humano X Lectora
Komasan Humano X Lectora
Whisper Humano X Lectora
Bueno, pues eso es todo. 😆😆 ¡Hasta otro one-shot!😁
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♡One-shots (Yo-kai WatchX Lectora)♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora