En su historia de amor no existía Cupido. Y si lo hacía se lo conocía con otro nombre; Luna. Sí, aquel satélite natural allí arriba que parece tan insignificante para nosotros -los humanos- en términos amorosos, para ellos no lo era. Ella se encargó de unirlos.
Porque para chicos como él era común. Sin embargo, para chicas como ella, no.
Desde el segundo 0,1 de vida, ya estaban predestinados; ellos se enfrentaban, se odiaban, se castigaban, se cazaban y se amaban.
Pero no lo sabían, hasta que un día sucedió.
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Caza Inesperada
WerewolfUn hombre lobo y una humana. Un hombre lobo y su mate. Un hombre lobo y su... ¿caza?