44. La fiesta

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Comenzaba a peinar mi cabello luego de finalizar mi maquillaje y vestirme para irnos a la fiesta, pero mi madre se me adelantó. Entro en mi habitación como toda una diva elegante, sin aparentar que pasa los cuarenta años con su cuerpo bien trabajado gracias al ejercicio. 

—Wow mamá estas preciosa, ya casi termino. 

—Oh no no, solo vengo a decirte que tendré que salir antes a resolver un asunto en la oficina por lo que te dejaré las llaves del otro coche y nos encontramos en la fiesta cariño.

—De acuerdo, allá nos vemos —. Me dio un beso en la mejilla y se fue.

Me sentía algo desanimada pues quería que llegáramos juntas, las dos hemos estado en la empresa solo que luego de la muerte de mi padre ella no había asistido.

 En fin, ya estaba terminando de arreglar mi cabello y me comencé a poner mi vestido. A pesar de ser holgado, llevaba un maldito cierre en la espalda que no podía cerrar. Estaba comenzando a entrar en estado de desespero así que me coloqué mis tacones, agarré mi bolso y me dispuse a bajar las escaleras así con todo y cierre abierto. Enfurecida diciendo palabrotas bajando las escaleras me sobresalté al ver una figura masculina al lado de la puerta. 

—¿Es que acaso habrá un solo día en el que no estés peleando por algo muñeca? —llevaba una camisa de botones negra junto a un pantalón de vestir. Se parecía mucho al Dylan de nuestra primera cita, solo que un poco mas informal y mas puesto. Era inevitable mirarlo detenidamente sin pensar que es el chico mas guapo. Carraspeé mi garganta antes que fuera notable mi tontera al verle.

—¿Como es que estas dentro de mi casa en lugar de la fiesta? 

—Bueno, luego le daré las gracias a tu madre por permitirme llevarte a la fiesta, ahora dime que es lo que te ocurre para que bajes de tu habitación como loca intentando matar a alguien.

Vale, mi madre me las pagará luego.
—No puedo colocar el cierre de mi vestido, ¿será que puedes ayudarme? 

—Claro Ell, date la vuelta. —llevaba una sonrisa traviesa en su rostro.

Mi espalda estaba completamente al descubierto. Sentí como mi piel se erizaba levemente al contacto de sus dedos colocando los broches de mi vestido, como acariciaba lentamente el gran espacio que quedaba de mi espalda debido al escote que formaba el cierre. Lo sentí acercarse lentamente a mi oreja para decir que estaba hermosa. Admito que le devolví el cumplido comentándole lo guapo que estaba.

—¿Nos vamos? —preguntó.

—Claro, no los hagamos esperar mas.

El camino no fue para nada incomodo, íbamos riéndonos de una canción rara que sonaba una de las emisoras. Al llegar aparcamos y nos dirigimos a un gran salón del cual no tenía conocimiento aunque haya pasado gran parte de mi vida allí. Estaba bastante repleto, meseros por todos lados, comida, música, personas conversando entre si y todo lo normal de una fiesta. Yo solo recorría con la vista aquel lugar, donde mi padre pudo haber estado. 

—Te dejaré para que vayas con tus amigas preciosa, guardarme un baile. —Me dio un beso en la mejilla y se fue. 

Lo vi acercarse a mi madre, quien me sonreía a lo lejos, ya luego le reprocharía o quizá no. Vi a mis amigas junto con Max, así que me dirigí hacia ellos. Tomamos la cena, bebíamos y bailábamos como hace mucho no hacíamos. La verdad es que la estábamos pasando en grande y Dylan y Max ya formaban parte de nuestro pequeño circulo del drama. Por fin las cosas iban acorde a la normalidad. Por un momento volvió la nostalgia a apoderarse de mi así que me disculpé con ellos y fui a donde mi madre. En ese momento papá Rogers pasó al micrófono.

—Buenas noches a todos, esperamos que la estén pasando en grande, es momento de hacer nuestro brindis. —es aquí donde se que comenzará algo profundo/

Como todos saben hoy celebramos otro gran año en nuestra empresa, con mucho crecimiento y grandes oportunidades. Hoy conmemoramos nuevamente las grandes ideas del señor Pedro, nuestro gran socio que aunque ya no esta con nosotros sigue formando parte de esta magnífica institución. Así que levantemos nuestras copas en honor a lo que nos ha hecho poder celebrar y seguir expandiéndonos a lo largo del año y que espero nuestros hijos deseen continuar en algún futuro.

Salud. 

Mamá y yo chocamos nuestras copas y nos dimos un efusivo abrazo. El señor Rogers se acercó a nosotras y pidió hablar con mi madre un momento así que los dejé solos. Max apareció en ese instante. 

—¿Te parecería bien si bailamos Ell?

—Nada me gustaría mas—. dije sonriendo mientras tomaba su mano.

Al parecer los hijos de todo el personal estaban bailando. Sonaba  Moves like Jagger  de Maroon5 y todos hacíamos movimientos raros, disfrutando el momento.

—Cuéntame Max, ¿que planes tienes ahora que te quedaras a vivir acá?

—Vivir solo, tener quince gatos, no casarme y ser ermitaño. —dijo y yo lo miraba con cara de póquer. —Es broma, tomé algunos cursos de informática por lo que pronto podre estar certificado como programador y otras cosas. Así que pienso trabajar para la empresa creando diferentes programas, al menos por unos años y luego me iré a viajar por el mundo. Por cierto, no sabía que tu papá era socio de la empresa.

—Si también ayudo a levantar este imperio junto a tu tío James, esta empresa fue su vida y se que debe estar muy orgulloso por lo exitosa que ha sido.

—Vaya que si —. dijo algo sonriente.

—Bueno Max yo debo ir con mi mamá y eso. Nos vemos luego.

No iría donde mi madre, solo quería estar un poco a solas así que me dirigí al tocador que estaba al otro lado de ese piso, fuera del gran salón. Al salir Dylan estaba apoyado sobre una pared. Lo miré sonriente y me devolvió su sonrisa.

—¿Te apetece ir al jardín?

—Creo que es lo que he deseado toda la noche. 


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Hola lectores ya estamos a punto de culminar esta divertida historia en el próximo capitulo.

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N♥



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