45. El tiempo necesario

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Allí estábamos esperando el ascensor para bajar al jardín. Dentro del mismo, me acurruqué un poco a Dylan, no se porque pero la sensación se sentía bien; era como si el supiera justo lo que necesitaba. Al descender completamente, el jardín se veía aun mas hermoso que hace unas semanas cuando vine. Caminamos, contemplaba las flores, disfrutaba de ese silencio no incómodo y dela complicidad que sentía.

—Sabes, hay veces que extraño demasiado a mi padre —espeté —es como si nunca se hubiese ido. La vez que vinimos aquí fue como sentirle muy cerca y era justo lo que necesitaba esta noche.

No se en que momento comenzaron a salir algunas lagrimas y Dylan se apresuro a secar las que pudo.

—Por cierto, te debo un baile Rogers.

—Así es muñeca, vamos.

La música sonaba lenta, como si hubiesen auto-parlantes transmitiendo la misma música del evento. Bailábamos lento sobre el pequeño puente en el jardín, sin decir palabra alguna pues no eran necesarias. Si no hubiese tanto desastre por unas venganzas piadosas puede que cayera muerta a sus pies en este preciso momento. Sentía como el mundo podía detenerse y nada mas importaba, salvo disfrutar ese grato suceso. 

—Oye Ell, ¿que planes tienes después de graduarte?

—Aun no lo se, no decido a que universidad asistiré o si me hospedare fuera de casa. No tengo idea de nada, aunque si en algún momento me gustaría formar parte de esta magnifica empresa. ¿Y tu?

—He recibido muchas ofertas de atletismo de un sinnúmero de universidades y cambien ando en el lío de decidir cual escoger. Aparte que debo combinarlas con una especialidad en psicología —. Dijo muy emocionado y sentí deseos de abrazarle pero me resistí.

—Así que ayudaras a chicos que reciben venganza por alguna loca amiga de su hermana —bromeé.

—Puede ser, resultamos con el ego muy herido al final de todo Ellieh Miranda —decía con la mano en el pecho simulando estar realmente muy herido, lo cual resultaba muy gracioso. 

Solo reía y miraba sus ojos y el hacía lo mismo.

—Sabes, a pesar de todo no me arrepiento de esta tontada de la venganza Ell. Solo así podía tenerte cerca y disfrutar de ti secretamente.

—¿Que dices Rogers?

—Que a pesar de que me destruyeras mi ego y mi precioso corazoncito —reía —me encantaba tenerte, pasar tiempo juntos así fuera con peleas. Me encantaron todos esos momentos que pasamos a solas que la mayoría fueron interrumpidos. Que a veces me pregunto como pude ser tan tonto y simplemente fijarme en ti desde el principio sin tener que jugar con tantas chicas en el colegio. AL fin y al cabo llego alguien a ponerle fin a toda esa babosada de ser mujeriego, Ellieh Miranda aprendí mi lección.

Por un momento me sentía como si estuviese declarándose o algo parecido, incluso siguió hablando. 

—Se que debes estar pensando que me enamoré y si, así fue. Me enamore de esa maldita manera de desear hacerme la vida imposible, de como siempre teníamos una discusión por algo como música para un tonto baile pero terminábamos de buenas. De como siempre has estado para mi hermana y tus amigas. De la manera en que te molestaba cuando te decía muñeca porque no eres parte de mi cuerpo. Me enamore de ti Ell.

Estaba petrificada, las lagrimas salían de mis ojos y sentía un cumulo de emociones dentro de mi.     

—No espero a que respondas algo ahora porque se todo lo que pasamos y tampoco quiero presionarte, te esperaría el tiempo necesario incluso si tiene que ser luego de la universidad o cuando ya nos queden cinco días de vida a los noventa años; pero serían los mejores cinco días de toda mi existencia.

No dijo nada mas solo me acercó a el y me besó lentamente. Acariciaba mis mejillas, entrelazó nuestras manos y luego acarició mi cabello. Nos mecíamos como si estuviésemos en un baile romántico, mirándonos a los ojos con nuestras frentes pegadas la una de la otra. 

Al cabo de un momento nos despegamos para volver a la fiesta. Nuevamente en el ascensor, pegados el uno del otro sin decir palabra y al volver al pasillo de la fiesta nos separamos.

—No lo olvides muñeca, esperaré el tiempo necesario.

—Lo se Rogers —. Dije guiñándole un ojo y caminé a lo largo del gran pasillo.

<<El tiempo que sea necesario>> retumbaban esas palabras en mi mente y deje escapar una pequeña sonrisilla. Las cosas estarían bien.


FIN.

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Hola Lectores,

Todas Contra el Mujeriego ha llegado a su fin y espero hayan disfrutado tanto como yo junto a sus personajes. Es muy posible que haya una segunda temporada mas adelante.

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Feliz Lectura.

N♥ 

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