AVISO: Hola, aquí estoy de nuevo, quiero pedirles disculpas por no actualizar muy seguido pero no he tenido tiempo y ya les explique en el otro capitulo los motivos por los cuales no puedo hacerlo, pero también para actualizar necesito saber si les gusta o no la historia, he notado que el ultimo capitulo ha decaído un poco porque no hubieron tantos lectores y nadie comento, creo que lo justo seria que suba 1 (este) o 2 capítulos mas para ver si realmente quieren que continúen y sino tendré que suspenderla por mas que no quiera hacerlo. Quería avisarles eso, gracias, disfruten el capitulo.
CAP 18
Volví a acercarme a ella, deslizándome detrás de la cama me acomodé de forma que quedé a sus espaldas. Ella volteó. Y se quedó mirándome por unos minutos. La tenue luz de la luna entraba a través de los cristales de la ventana, haciendo que solo se vieran nuestros rostros en la habitación.
Después de un momento, por fin habló.
- Eres muy lindo. – yo sonreí bajando la mirada. – no, enserio Andrew. – me dijo colocando su mano en mi cara. Podía sentir el suave tacto de su piel con la mía. Me estremecí.
- Todavía estas bajo los efectos del alcohol Sophie. – dije acariciando su mano.
Se produjo un corto silencio.
- No me dejes nunca. – decía mientras me miraba con sus ojos tan dulces.
- Nunca.
Con su mano en mi rostro, me jaló hacia abajo hasta estar a su altura. Nuestras respiraciones se juntaron haciendo que se acortaran cada vez más. Hasta que finalmente nuestros labios se juntaron en un hermoso, tierno y profundo beso.
Duramos así unos 5 minutos, cuando terminó ese mágico momento nos quedamos viendo uno al otro otra vez. Había sido la experiencia más hermosa de mi vida. Mi cuerpo entero se paralizo. Nunca me sentí de esta manera, ni si quiera las veces que había besado a Macy. Era simplemente…amor.
- Buenas noches. –me dijo con una sonrisa.
- Buenas noches princesa – dije dulcemente mientras le daba un corto beso en la mejilla.
Ella se giro hacia su lado y yo la abrasé por detrás. Dando comienzo a la larga noche que nos esperaba, y yo con una sonrisa en mi rostro después de haber pasado por el momento que tanto he añorado.
La soledad se hace carne en mí
y la noche parece un desierto
pero llegas tú con tu inmensa luz
y te declaras dueña de mis sueños.
El tiempo viste un color azul
parecido a un suspiro del cielo
de solo saber que te voy a ver
y a regalarte todos mis momentos.
Juneau, Alaska, EE.UU.
Sábado 22 de mayo del 2007. 3 p.m.
POV. Sophie
Ya había pasado un mes, mis pinturas estaban mejorando cada vez más, no podía esperar el gran momento de la exposición, en el trabajo todo marchaba igual de bien, con los demás empleados nos llevábamos de maravilla. Hasta por una extraña razón mi relación con Félix no era tan mala como antes, por lo menos el era un poco más amable conmigo ahora en las pocas veces que nos habíamos cruzado en mi turno de la mañana.
Y con Andrew, no lo sé, me sentía diferente, cuando estaba con él me sentía de una forma… especial. Desde aquella noche, no puedo dejar de pensar en el.
Después de darme un muy reconfortante baño, me vestí con lo más cómodo que encontré, luego até mi cabello en una alta y ajustada cola. Preparé todo y comencé a pintar. No sé por qué pero cada vez que tengo un pincel en mi mano la realidad se desvanece, es como si de repente me olvidara de todo lo que me hace mal, de todas las malas cosas de la vida.
Cuando era niña, me pasaba horas y horas dibujando y dibujando miles de cosas. Al cumplir 14 años mis padres me dieron uno de los mejores regalos que me podrían haber dado. Me regalaron un gran atril y todos los accesorios para comenzar a hacer cuadros.
Papá siempre decía que yo tenía un gran talento con la pintura y que jamás debería desperdiciarlo.
Luego de una hora mi tercer cuadro ya estaba listo. No podía creerlo, Kate había observado los dos anteriores y les encantó. Charlie también los había observado, pude notar un pequeño brillo en sus ojos.
Bajé hasta la sala de estar y me encontré con la agradable pareja de ancianos tomando té. Se veían muy bien, al parecer estaban teniendo una cálida charla.
- Buenas tardes – dije acercándome a ellos con una gran sonrisa en mi rostro.
- Buenas tardes mi niña, ¿Cómo va el cuadro?
- Muy bien Kate, ya lo he terminado hace unos instantes.
- Me alegro mucho princesa. – noté como dirigía una rápida mirada a Charlie, haciendo que este se la devolviera con otra mirada cómplice y me percaté de que algo extraño estaba sucediendo.
- Bueno… creo que mejor me llevo esto a la cocina – dijo recogiendo las tazas con los platitos de té de ella y Charlie ya que habían terminado. - ¿Quieres que te prepare algo linda?
- No, gracias Kate, no te preocupes, enseguida me preparare algo yo misma. – le conteste lo mas relajadamente posible, algo andaba mal.
- Está bien, como quieras. – dicho esto se marcho a la cocina.
Charlie me observaba detenidamente.
- ¿Sucede algo? – pregunté mirándolo fijamente, mi paciencia no duraría tanto.
- Sophie – comenzó a decir mientras se acomodaba de mejor forma en su sillón. – con Kate hemos notado algo nuevo.
- ¿A qué te refieres? – mi curiosidad se hacía cada vez más grande.
- Hemos notado que últimamente estas… distinta. Como más alegre, no es que tenga algo de malo, pero te vemos más alegre que otras veces.
Yo solo lo miraba sin entender, ¿Qué podrán estar sospechando de mí?
-
No es que estemos preocupados ni nada de eso, es solo que nos ha llamado un poco la atención. – hizo una breve pausa- ¿Hay algo de lo que quieras contarnos? ¿A Kate y a mí? Sabes que puedes contar con nosotros para lo que sea pequeña.
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Señales del destino
RomanceA veces el destino nos sorprende con sus idas y vueltas, giros inesperados, haciendo que pasen cosas que jamás pensamos que podrían suceder y que éste mismo hace que pasen por un motivo, esto es lo que les pasa a Sophie y Andrew dos personas a las c...