Había sido un duro día, cuando volvió del sótano luego de ir a dejar los cuadros que Alba había mandado a pintar, se encontró con que su mujer supuestamente había tirado a Alba por las escaleras y luego de ello, sus hijos le habían gritado a María para que se fuera de la casa... ahora recorría las calles de la ciudad como un loco, desesperado por encontrarla.
Había recorrido muchos lugares hasta que recordó el parque que le gustaba visitar a María cuando sus hijos eran pequeños... había comenzado a llover fuertemente por lo que la desesperación se hacía más fuerte ...
E: (María adoraba este lugar, María, María... pensaba)
Esteban entre la lluvia pudo divisar a María y le volvió el alma al cuerpo, corrió hasta ella y la abrazó fuertemente como no queriéndola dejar escapar...
E: María, mi María, te amo María, mi amor... tenía mucho miedo de no poderte ver, (le decía mientras no dejaba de abrazarla) ya te perdí en una ocasión y no voy a fallarte otra vez (tomó su rostro entre sus manos y la besó profundamente)
M: no debiste buscarme (le dijo finalizando el beso luego de unos segundos), mis hijos me desprecian, quiero desaparecer de sus vidas para siempre y no verlos nunca más... déjame, Esteban, déjame (decía mientras intentaba soltarse de sus brazos y no dejaba de llorar)
E: No, no, no... tienes que seguir luchando, no puedes darte por vencida, María
M: no tiene caso... a pesar de mis esfuerzos por recuperar a mis hijos, ellos no me quieren... se me han acabado las fuerzas. No puedo seguir luchando, no puedo más...
E: no, no yo sé que tu lucha ha sido muy difícil pero no puedes rendirte ahora, María. ¡Por favor!
M: eso debiste haber pensado antes de divorciarte de mí, le hiciste creer a mis hijos que yo había muerto... tu eres el culpable, Esteban... tu mentira en veinte años tomó más fuerza que mi verdad, es por eso que ahora sufro...
E: sí. Lo sé, lo sé, mi amor. Lo sé... por eso quité los retratos para que esa desconocida no ocupara un lugar en esa casa... para que las cosas cambien en nuestras vidas
M: pero no fue suficiente, mis hijos no dejan de verme como su madrastra, para ellos soy... sólo una intrusa que está usurpando el lugar de su madre. Ese lugar que me pertenece y que tú me quitaste...
E: no, no me lo reproches más, por favor... ha sido un error que he pagado muy caro, por favor...
M: pero no lo has pagado como yo, tú me alejaste de mis hijos... me olvidaste en una cárcel, enterraste mi recuerdo... tú me sacaste del corazón de mis hijos
E: sí... María, yo soy culpable, soy culpable de todo eso, pero, pero no tenía alternativa, tenías que entenderlo. Tú has sido lo más grande para mí, acabaste con mi vida cuando fuiste condenada, me dejaste solo con mis hijos
M: no sé qué hacer... no puedo volver a creer en ti, mataste la poca confianza que me quedaba, ¿Por qué me haces tanto daño?, ¿Por qué me haces tanto daño? (empezó a golpearle el pecho a Esteban mientras él tratada de contenerla) ¿Por qué? .... no me toques (le dijo cuándo la atrajo hacia su cuerpo tratando de abrazarla) te odio Esteban San Román... te odio por todo el daño que me has hecho... te odio por todo el sufrimiento que has traído a mi vida, te odio, te odio, te odio... (le decía con la voz cada vez más entrecortada por las lágrimas)
Se derrumbó llorando entre sus brazos, pero Esteban siempre conteniéndola y sufriendo a su lado... le desgarraba el alma verla así... la abrazó tratando de darle consuelo a la vez que sujetaba su rostro entre sus manos...