Termine de acomodar mi fina ropa de seda junto a mi alisado cabello castaño para luego retirarme de mi habitación y bajar las escaleras sintiéndome algo agotada. Anoche no he podido pegar ni una sola vez los ojos con el temor de que otra rata cutre se subiera a mi cama no ortopedica.
Me quedé estática en la entrada a la cocina observando a unos animales... Los Mcadams desayunar como sí no hubiese un mañana o la comida no alcanzara para todos.
Voy a vomitar. Voy a vomitar.
- Buenos días querida- hablo soriente la mujer pelirroja.
- Buenos días familia Mcadams
Sonrei disimulano mi hastiado rostro al ver toda aquella comida grasienta. Soy vegetariana no hay manera en el infierno de que ingera alguno de esos alimentos. Me da asco de tan sólo imaginar a un pobre y asqueroso animal muerto.
- ¿Quieres desayunar?- pregunto mery la pelirroja con gracia.
- ah...no... es que soy vegetariana - hice una mueca en disculpa.
- oh pues tenemos cereal ¿gustas?
Mi vista se paseo por la mesa encontrandome con el hermano del medio Josh, quién se rascaba la cabeza para luego insertar su sucia mano dentro del empaque del cereal.
oh mierda. Ahora sí voy a vomitar.
- Comeré algo luego gracias, es que el cambio de horario ha afectado mi apetito- hice otra de mis numerosas muecas.
- oh bueno, como quieras linda
- Iré a mi habitación tengo que hacer una llamada a Elisabeth, me debe algunas explicaciones- sonreí con falsedad.
Ya teno alguna idea de porque me han elegido para venir aquí.
- Bien, sí necesitas algo no dudes en acudir a mi ¿De acuerdo?- me sonrio ampliamente a lo que yo le devolví la sonrisa asintiendo para luego retirarme rápidamente a punto de vomitar las tripas.
Justo bajaba Justin perfectamente arreglado caminando con su peculiar aire de superioridad.
- Buenos días señorita Donovan- asintió hacía mi con cortesía.
- Buenos días Justin...-cerré la boca dándome cuenta de como le había llamado.
Odia que le llamen por su nombre. Por algo y nunca lo dice en clases y presentaciones.
Ups.
- Te he dicho que no me llames así Juliette- Sonrio de lado malíciosamente.
Algo se removio dentro de mi y mi sangre hirvio bajo mi piel ante el amargo recuerdo de aquel estúpido nombre.
Juliette.Juliette.Juliette. ¡Ugh!
Alce el menton poniendo mi cabeza en alto y tomando una postura de seguridad total.
- Ese es tú nombre- escupi con frialdad las palabras- Por lo tanto, debo llamarte como tal
Su sonrisa se borró inmediatamente y su rostro endurecio totalmente como el granito.
- Eres una niña estúpida- hablo con frialdad.
- ¡Tú eres un idiota!
Exclamé con indignación.
- No perdere mi tiempo contigo Juliette, tengo mejores cosas que hacer, que discutir con una fea e inútil niña
Okay.Debo admitirlo, ha dado justo en el blanco.Ha dolido.
Justo de aquella manera solia llamarme Elisa quien por desgracia es mi madre.
«¡Siempre serás fea e inútil! No sabes hacer nada.»
«¿No ves lo gorda que estas? ¡Debes de ser perfecta!»
- Que tengas un muy buen día
- dije sin siquiera mirarle a los ojos.
Estaba herida.
Subí las escaleras tan rápido y como mis piernas me lo permitieron llamándome estúpida una y otra ves por ser tan débil.
Me adentre a mi habitación furiosa y tomé mi Celular para marcarle a la perra vanidosa de Elisabeth Pierre.
- Hola?- respondió luego de cuatro tonos la irritante voz de mi madre.
- ¿Por qué te empeñas en hacer mi vida miserable?- ladre al teléfono furiosa con todos.
- Juliette querida ¿Cómo estas? me he enterado de tú repentino viaje a texas
- Deja de fingir se muy bien que tú estas detrás de toda está estupides
- No quiero que pases las navidades sola además es por tú bien, quiero que dejes esa obsesión por la limpieza, convive con la naturaleza
- ¡No me gusta la naturaleza!- chille al teléfono.
- Me tengo que ir, por favor mantente alejada de Tv o radios o cualquier cosa que te hable sobre "Nuevas epidemias o enfermedades"
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Adieu ma belle
Colgó. ¡Me ha colgado!
- ¡uhy!- Exclame furiosa lansando el teléfono a la cama.
- Tienes un bonito cabello
La voz angelical de una niña me exalto provocando que lansara un grito mientras volteaba.
- Me has dado un susto de muerte niña- dije aún exaltada y furiosa.
- Lo... Lo siento
Su rostro cayó mientras retrocedia. Mi corazón se ablando un poquito y me arrepenti al instante de haberle respondido a una niña de tal manera.
- No... yo.. Lo siento no fue mi intención responder así es que estaba algo enojada- le Sonrei calidamente arrodillándome ante ella- Gracias, el tuyo también es muy bonito
- Gracias ¿Cómo te llamas?
- Soy Ju...- Me detuve de golpe.¡Ugh!- Soy christine, tú eres amy no?
- Sí, ¿quieres jugar con mis muñecas?
¡¿Muñecas?! Presupuesto que no.
- Yo...
- Mi hermana nunca quiere jugar conmigo- bajo su mirada entristecida.
oh...
- Bien pero no saldremos fuera
- ¿Por que sí allí están todas mis muñecas? en la casa del árbol- subió su mirada verde azulada brillantes como dos luceros a mitad de la noche.
¡¿Una casa del que?! ah no...
- Niña no pienses que subire allí arriba- me puse de pie sacudiendo mi ropa.
- Anda chris sólo serán algunos minutos- hiso un tierno puchero.
- ¡Allí todo está sucio! además de todos los insectos y animalitos andantes- hise una mueca de asco.
- ¿Vas a decirme que tus padres jamás te hicieron una?
- ¿Mis padres?Nunca estaban presentes estaban muy ocupados preocupándose por mi futuro como para gastar su tiempo en tonterías como esa
Ella me observó con total incredulidad.
- Andando chris
- Me llamó christine- dije entre dientes.
Está rodó los ojos fastidiada y me arrastro prácticamente hacia las escaleras.