I-8

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[YiXing]


El fuego es algo que me encanta y dicho gusto aumento desde que vi a un alto pelirrojo usarlo. Sé que es un elemento muy poderoso y hermoso pero también muy devastador y peligroso.

Aquel hombre, que sonreía de oreja a oreja mientras veía como el elemento consumía a sus víctimas, era tan extraordinario como peligroso. No tardo nada en darse cuenta que lo miraba.

—hey, ¿No es bonito? El fuego. — su voz era ronca y su rostro demostraba una total locura.

Mi cara de hielo se había ido, mis ojos brillaban mientras veía como la carne, el musculo y el cabello se deshacía en llamas controladas. Aquel hombre lo noto y se movió tan rápido que yo, demasiado encimado en lo que veía, lo note cuando llevo sus manos enguantadas a mi barbilla.

—tus ojos son bonitos también, sería una lástima que se apagaran como esas basuras. —retrocedí después de alejarlo con un manotazo y cuide que la bolsa oscura no se me cayera. —tranquilo. — su sonrisa era torcida pero atractiva. —sé que pertenecemos al mismo mundo y que eres bastante bueno en lo que haces. — señalo con la cabeza la bolsa y levanto los pulgares.

Como no puedo hablar, solo aferre un poco más la bolsa en mi mano y ladee la cabeza. El flaqueo la sonrisa un poco pero se recobró casi al instante.

—veo que no hablas. — cruzo sus brazos y se dio la vuelta, caminando hasta la escena. Entonces note el fénix tatuado en su espalda y que se veía gracias a la playera con tela de red en la espalda. —no es como si eso fuera problema en este mundo, mejor para tu líder.

Asentí sintiendo más curiosidad por el hombre. No podía ver un arma visible con la ropa pegada que llevaba pero estaba seguro de que era más fuerte que yo, la despreocupación que mostraba me confirmaba ese pensamiento.

—hey, acércate. — su voz era tan grave que me erizaba la piel, era fascinante. —mira esto. — no debí obedecerle pero lo hice, movido por el fuego que me tenía encantado. — a que te encanta. — me señalo los restos que se calcinaban, formando un extraño dibujo. Abrí la boca impresionado, él empezó a reírse y se revolvió el cabello rojo.

Sin soltar la bolsa donde llevaba mi trabajo, saque el móvil desechable y teclee: ¿Cómo lo haces?

—es mi secreto, precioso. La marca que me pertenece solo a mí y de la cual debes cuidarte. —la hermosa figura en el suelo me distrajo lo suficiente como para no reaccionar a tiempo, el pelirrojo me había tomado de la barbilla, acariciando mi labio inferior con su pulgar. —pero ¿sabes? Estaré encantado con mi fuego en tu piel. — sus palabras me hicieron retroceder con el pánico en mi rostro, cosa imposible pues nadie me intimidaba así. Parecía que en cuestión de segundos, el hombre delante de mí fuera la más grande amenaza en el mundo, el máximo depredador.

Apreté la bolsa y me levante, intentando controlar los espasmos de mi cuerpo. Ese hombre sonreía pero su rostro, su cuerpo... sus ojos... era el mismo demonio.

—hey...— respingue de nuevo, mirando esos oscuros ojos que reflejaban el fuego. —tú también usaste el fuego con esa basura, me entiendes. — temblé de nuevo, ¡Me había visto! ¡Me vio! —solo nosotros entendemos la belleza de las llamas, no puedes decir que no.

Retrocedí hasta chocar con la pared, imposibilitado y con la mente bloqueada para huir. El pelirrojo estiro sus manos, quitándose los guantes para tocar mis mejillas. Casi jadee del miedo.

M| EM *[KrAy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora