Capítulo 15
Me sentía emocionado. Ella siempre me evitaba, pero una vez más tendría la oportunidad de estar en su casa, frente a ella. Aunque mis motivos allí eran meramente profesionales, no podía evitar el anhelo de verla. Quizás solo era la necesidad de llenar el vacío de su indiferencia con mi mirada, aunque supiera que eso no bastaba.
La puerta se abrió, y una rubia apareció ante nosotros. No era la rubia que esperaba. Rei se adelantó, y yo la seguí, sintiendo la tensión crecer en mis músculos. Entonces la vi. Bajaba apresurada las escaleras, casi como si huyera de algo, o tal vez de alguien. Antes de que pudiera reaccionar, se vino sobre mí. Sentí un golpe, y todo se volvió oscuro.
Los murmullos alrededor eran distantes, como un eco que rebotaba en mi mente. Me sentía pesado, atrapado en un limbo entre la conciencia y la inconsciencia. Poco a poco, el mundo comenzó a aclararse.
—Ya está despertando —la voz de Jedite llegó a mis oídos, primero como un susurro, luego más clara.
—Mamoru, sigue la luz, por favor —dijo Jedite, apuntando una linterna a mis ojos. Parpadeé, tratando de enfocar.
—¿Dónde estoy? —pregunté, mi voz sonaba ajena a mis propios oídos.
—En el hospital, amigo —contestó Jedite con calma—. ¿Cómo te sientes?
—Confundido... y un poco aturdido —admití, tratando de procesar lo que había pasado.
—Todo está bien. Solo fue una leve contusión.
Rei y Mina estaban cerca, sus rostros llenos de preocupación, pero también con un toque de alivio. Mina intentaba hacer una broma para aliviar la tensión, pero la preocupación en su mirada la traicionaba. Rei, por otro lado, parecía más en control, aunque no dejaba de observarme con atención, como si esperara que algo más saliera mal.
—¿Qué fue lo que pasó? —pregunté, intentando recordar cómo había terminado en el hospital.
Rei intercambió una mirada con Mina antes de hablar.
—Tuvimos un pequeño... accidente. Usagi... ella estaba un poco alterada, y... bueno, tú estabas en el camino — Rei intentaba mantener un tono ligero, pero había una seriedad subyacente en sus palabras.
—¿Usagi? —El nombre salió de mis labios casi de forma automática—. ¿Cómo está ella?
—Está bien, aunque... —Mina vaciló un momento antes de continuar—. Parecía muy afectada, Mamoru.
Una oleada de preocupación me recorrió. El solo hecho de pensar que ella pudiera estar sufriendo por mi causa me retorcía por dentro. Pero, al mismo tiempo, una pequeña chispa de alivio se encendió en mi pecho, una chispa que odié al instante. Si su malestar no era solo culpa mía, entonces quizá había esperanza.
—No me malinterpreten —dije, tratando de aclarar mis pensamientos—. Solo quiero entender... si lo que ella siente no es solo por mi.
Rei me miró, su expresión suavizándose un poco, aunque mantuvo ese tono de reproche habitual.
—Puede ser una mezcla de muchas cosas, Mamoru.
El silencio cayó entre nosotros. Sabía que tenía razón, pero esa chispa de alivio seguía ahí, consumiéndome lentamente. Decidí que necesitaba hacer algo, algo para compensar el caos que mi presencia parecía causar en la vida de Usagi.
Pasaron los días, y cada minuto sin verla se sentía como una eternidad. Rei me mantenía al tanto de su estado, pero eso no era suficiente. Necesitaba verla, saber que estaba bien. Sin embargo, cada vez que pensaba en acercarme, el recuerdo de nuestros últimos encuentros me paralizaba. ¿Cómo podía reparar algo que parecía romperse más cada vez que lo tocaba?
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Ansiedad social
FanfictionUna joven con ansiedad social se encierra en su mundo para evitar el dolor de las relaciones. Su vida transcurre en soledad, protegida por muros invisibles que levantó para no ser herida. Por otro lado, un hombre, impulsado por una curiosidad inquie...