#44 [Último Capítulo]

2K 170 122
                                    

Veía las tres paredes y las rejas sin poder creerlo.

Tantas veces me había imaginado ahí, pero nunca pensé que fuese a pasar definitivamente, no así, no tan fácil y rápido.

Pero pasó.

Era real.

Estaba preso, estaba finalmente cargando con las consecuencias de haber sido un delincuente narcotráficante.

—______ -susurré imaginandomela-

Definitivamente iba a volverme loco ahí a dentro, sobre todo porque no quería hacer más que morir. Literalmente.

Quería morir.

Ya no tenía nada, yo no tenía a ______, nada tenía sentido. ¿Por qué seguir?

Mi depresión también era por Nahuel, mi mejor amigo, mi compañero, mi hermano de corazón, no me había despedido de él y tampoco iba a poder verlo mucho.

Me pregunté qué estará haciendo él, o Cami, o Magui.

O _____ ¿qué hacía ella?

Seguramente su vida iba a seguir, porque tenía que seguir.

Pensé en que dentro de unos años o menos ella ya iba a poder superarme y tener una pareja, tener hijos, tener su propio trabajo.

Obvio, tenía que seguir con su vida y me parecía bien, pero me dolía mental y físicamente.

Solamente sabía que la amaba con toda mi alma, y que si alguna vez nos volvíamos a ver, definitivamente yo la iba a seguir amando, como desde el primer día.

(...)

[ ______ ]

Me desperté al sentir manos golpeando levemente mi mejilla, diciendo mi nombre.

Abrí los ojos y me sobresalté.

—Mariano... -dije con la voz quebrada, buscándolo-

Pero no había sido, como estaba rogando, una pesadilla.

Era real, Mariano estaba en la cárcel, Mariano no estaba conmigo, ni iba a estarlo durante muchos años.

—¿Te sentís bien? -me dijo la madre de Nahuel, deprimida-

Estaba todavía en ese horrible lugar de cárceles, me había desmayado en cuanto perdí de vista a Mariano, sabiendo que no iba a volver a verlo.

—Nosotros ya nos vamos -me dijo la madre de Cami- si queres te podemos llevar a tu casa.

—¿Te sentís bien?

—_____ ¿estas bien?

Pero tenía mi mirada y mi mente en otro lado, en Mariano.

Me temblaban los labios y rompí en llanto, acordándome de lo horrorosa que había sido nuestra despedida.

Y que simplemente, no iba a verlo más.

Todo se había acabado, tanto para él como para mí.

Yo no iba a poder.

—Por favor tranquila _____, va estar todo bien, los chicos van a estar bien -me calmaba el padre de Magui- ahora tenemos que irnos de acá.

Ellos lo decían porque iban a poder visitarlos siempre, yo no.

No podía evitar sentirme una mierda por haber mentido sobre Mariano y haberle aumentado sus años en la cárcel, solamente para salvarme a mí.

BAD BOY [Mariano Bondar] | SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora