Epílogo

33 2 0
                                    

...Dalya...

Me estoy arreglando para irme, Juan (mi novio desde hace un año) pasará por mí en media hora y nos iremos juntos. He decidido usar un vestido blanco, sé que ella no quisiera vernos tristes...

...Donatien...

Mi traje está listo sobre la cama, pero no me he decidido a ponérmelo aún, ella me pidió ser fuerte pero he sentido mucho su ausencia, necesito sentirme cerca de ella una vez más, es hora de arreglarme, no falta mucho para que empiece el servicio...

...Bratt...

Estoy sentado a la orilla de la cama, llevo listo alrededor de una hora, pero desde que terminé de arreglarme no me he movido de aquí, mirando un punto fijo en la pared. Mi hermana menor entra al cuarto y me dice que es hora de irnos, se acerca, me toma la mano y me guía hacia el coche, sé que lo hizo porque de repente estoy sentado dentro de él y estamos en movimiento, aunque apenas soy consciente de ello...

...Joy...

Ella solía llamarme "risitas" por el hecho de pasar la mayor parte del tiempo riendo, aunque desde que se fue no lo hago tanto como antes. Después de recibir su carta entendí que era necesario seguir como hasta el momento, pero es algo duro; estamos a punto de llegar y las lágrimas ya amenazan con nublarme la vista...

...Erick...

Pasé mucho tiempo sin hablar con ella, el día que recibí su carta se me hizo muy extraño, incluso pensé que era una broma de mal gusto, así que fui a visitarla a su casa; en ese momento me enteré de todo y comprendí que no había sido ninguna broma. Ya estoy listo, pero me siento un poco inseguro de ir...

...Nick...

Ya he llegado, la puntualidad es algo que me gusta y que ella apreciaba en mí. En el momento que llegué vi a su familia reunida en la entrada pero a la primer persona que observé fue a su abuela, me dirigí directamente a ella, le di un abrazo y dejé que unas lágrimas rodaran por mi rostro; ella solo me dijo "lo sé" y me devolvió el abrazo, más fuerte y seguro de lo que pude haber imaginado...

Conforme van llegando todos toman asiento, buscando entre la gente caras conocidas, casi todos muestran una mueca en un intento de sonrisa al encontrar a alguien familiar. Los murmullos no son muy altos, apenas y audibles a pesar de la acústica que presenta la iglesia.

Al frente en el altar hay una colección de arreglos florales blancos, cada uno de ellos con una pequeña frase escrita en un listón adornando el rededor de la foto de una chica de unos 18 ó 19 años, ella tiene ojos claros, cabello largo y una sonrisa ilumina su rostro.

A las 10 en punto, una vez que todos han llegado, el sacerdote comienza a hablar:

-Hoy nos reunimos para recordar a una amiga, hija, nieta, sobrina... es un día duro, pues hoy se cumple exactamente un año de que ella decidió dejarnos. Pero no debemos llorar por su partida, todos sabemos que eso no le gustaría, tenemos que recordarla como la chica risueña, loca, amable, amistosa que siempre fue- hizo una pausa, para dejar que los presentes analizaran un poco sus palabras, luego continuó- No sabemos exactamente qué la llevó a tomar esa decisión, pero sí que no era su intención lastimar a nadie, y prueba de ello fueron las cartas que envió y que cada uno de ustedes fue recibiendo desde el día de su muerte.

El sacerdote siguió con su discurso unos minutos más, algunos presentes se levantaron y tomaron la palabra, mencionaron recuerdos que tenían de Violetta, la chica de la fotografía, algunos soltaban una risita acompañada de lágrimas, otros se quedaban mudos a la mitad del relato o el llanto les impedía continuar.

Una vez terminada la misa en honor a Violetta, todos acudieron al panteón donde estaba enterrada, llevando los arreglos florales que habían adornado la iglesia o con otros ramos, una vez ahí depositaron todas las flores alrededor de su tumba, adornando cada espacio con ellas.

Una vez que estuvo adornado todo, sus "Amigos de siempre"; "La mejor"; "El incondicional"; "El confidente"; "Risitas "; su "Primer amor" y su"Amor, amor, amor" se acercaron uno a uno a la lápida y depositaron cartas sobre ella, ellos se pusieron en contacto unos días antes del servicio y acordaron escribirle una carta a Violetta; ella se despidió de ellos antes de decidir irse y ellos querían decirle EL ÚLTIMO ADIÓS...

El último adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora