Ella pasaba horas mirando la pared blanca de su habitación, alternaba de vez en cuando con la ventana y unos rompecabezas.
Yo solo la admiraba desde la distancia, sin perturbar sus pensamientos, la belleza encaramada de su presencia hacía de mí solo un simple observador, un espectador más, como un niño anonadado por la primera vez que va al cine, y con expectación espera poder observar la película desde primera fila, él quiere ser el primero en recoger las imágenes. A mí con ella me pasaba igual, quería ser el primero en recoger su belleza.
Pero como en los libros y no en las películas, las historias no siempre terminan bien, pues quien es amigo de la infancia es celoso.
Siempre fuimos nosotros, pero desde que me percate de su presencia. No existe nada que perturbe los momentos que disfruto contemplándola.Mis padres me dieron un nuevo hogar, un edificio enorme y en el interior se sentía frialdad, pero esa sensación fue desapareciendo al conocer las distintas personas que allí habitaban.
Ahora que Peter y yo somos mas adultos nos encargaron que recibiéramos a los nuevos integrantes a la familia.
Siempre empezamos hablándoles de las maravillosas personas que viven aquí, Napoleón, Van Gogh, Marie Curie, Mozart, una reina de Inglaterra, hasta tenemos señores que viajan en el tiempo.Cada uno cuenta hermosas historias, a Peter y a mi nos encanta escucharlas.
Pero en una de las visitas guiadas me percate de que detrás de ese señor y esa señora había una joven, castaña, blanca como la nieve, los labios color carmín sin la necesidad de pintárselos y unos ojos azules del cual el mismo cielo despejado de verano se vería apagado por su brillo.
Es autista nos dijeron, es hermosa tenia ganas de decirles yo, pero al final solo solté que este era el mejor lugar para ella. Que problema tenía yo me preguntaron, no contestamos, seguimos haciendo la ruta.
Decían que Peter no existía, que no era real, me daban medicamento para ver que era cierto lo que me decían, pero era mi amigo y estaba siempre conmigo, así que les engañaba con el medicamento, el no desaparecería estaría conmigo siempre, o eso pensaba yo...
Los problemas aparecieron cuando apareció ella, Peter y yo no dejábamos de pelearnos.
Entonces nos ataron a las camas, me empezaron a inyectar medicamentos, cuando desperté Peter había desaparecido, me decían que le habían cambiado de habitación para que no nos peleáramos. Me soltaron pero ya no era el mismo me sentía solo.No tardo mucho tiempo y Peter volvió. En su ausencia invertía las horas en ella, sentía mariposas en el estomago, pensaba que estaba loco ya que no puede haber mariposas vivas revoloteando en mi estomago, pero las sentía y era por ella, era amor? La mayor de las locuras me había afectado pero no me importaba, dirían que estoy loco si estaba empezando a amar esta enfermedad, pero si era por ella merecía la pena.Y aun con la vuelta de Peter seguía estando ella en mi cabeza, mi cuerpo y mi mente le pertenecía solo a ella.
Una tarde de verano, fue el ultimo adiós. Peter y yo peleamos, y en la milésima de segundo que el tiempo se paro, fue porque estaba sangrando, la sangre recorría mi cuerpo, Peter me había matado. Su mirada y la mía se volvieron borrosas y delante de mi desapareció como si fuera una bruma. Y ella desde su habitación clavaba su mirada en la mía, la primera vez que me vio y fue en mi muerte.
La última noticia que les llego a mis padres es que me suicide por un amor no correspondido.

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Historias de un psiquiatrico
Truyện NgắnDiferentes historietas que de un modo o otro te conmoverán. No me dedico a escribir solo es un hobby que me gusta. Me gustaría que dierais vuestra opinión.