THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVE

Capítulo 1.- DUELE

Aquí me encuentro. Un día más echada en mi cama dándole vueltas a todo. De fondo suena Malú, en estos momentos es lo único que me anima...

Me llamo Alex, de Alejandra. Tengo 28 años y vivo en Vigo, Pontevedra. Acabo de pasar por la ruptura más importante de mi vida y estoy destrozada. 6 años de relación tirados a la basura. Se llamaba Manuel. Sinceramente, después de lo que ha pasado solo quiero morirme. No puedo parar de llorar.

Por Dios, con mi mejor amiga, Manuel!- recuerdo que le gritaba.

Él ni se movió. Se quedó petrificado sin decir nada. Salí corriendo de allí lo más rápido que pude. ¿Como pudieron hacerme esto? Lo pienso y se me cae el mundo encima.

Ahora solo me queda la música. Malú es lo único que tengo. Desde que era pequeña mi madre me ponía sus canciones para que estuviera contenta. Recuerdo como bailábamos juntas siempre. Mi madre lo era todo para mi. Mi padre nos dejó cuando nací. Él para mi está muerto. ¿Qué clase de insensible deja tirada a una niña pequeña?

Necesitaba dejar de pensar. Cogí mi guitarra y me senté junto a la ventana. Solo canciones tristes. Cualquiera se deprimiría al escucharlas...

Decidí irme a dormir, había sido un día muy largo.

A la mañana siguiente me levanté a las 8. Cogí mi guitarra y me fui al parque a tocar. Me gustaba tocar en sitios abiertos por que me hacían sentir libre. Cuando llegué aquí necesitaba ganar algo de dinero, así que me había puesto a tocar la guitarra en ese parque. Desde entonces se convirtió en mi pasión. La gente pasaba y me veía cantar y tocar. Les gustaba y eso me hacía feliz.

Esa mañana, de regreso a mi pisó pasó muy cerca de mi un coche rojo. Me resultaba familiar pero no lo reconocí del todo. De repente una chica me llamaba. Para mi sorpresa era mi hermana, Sofía.

Sofía y yo estábamos muy unidas. Cuando murió mi madre ella era lo único que me quedaba.

La invité a subir a mi piso y charlamos un rato mientras tomábamos café.

-Hey Alex cuéntame ¿qué tal te va todo?- me dijo preocupada. Ella sabía lo que había pasado con Manuel, por eso había venido.

-Bueno, supongo que ahora duele por que acaba de pasar, pero confío en que pronto se me pase...

-Mmmm, tengo una idea. Haz las maletas.

-¿Para qué? ¿Qué se te ha ocurrido?- pregunte intrigada

-Venga, no preguntes y haz lo que te digo.

Me dispuse a hacer lo que me pedía. Cualquier cosa sería mejor que quedarme aquí sola recordando.

Cuando tuve la maleta hecha me pidió que subiera al coche y me dijo que durmiera. Según ella sería un viaje muy largo.

Cuando me desperté aún no habíamos llegado, pero no me quiso decir a donde íbamos hasta que llegáramos.

Me quedé un rato mirando para la carretera, embobada. Había puesto el disco "Si" de Malú y la verdad es que me ayudaba bastante. Vi las indicaciones de la carretera y me di cuenta de que íbamos hacia Madrid.

-¡No puede ser!- exclamé de repente- ¿A qué vamos a Madrid?

-Ya lo verás, no seas impaciente y disfruta del viaje.- dijo disfrutando de mi intriga.

Llegamos a un hotel y nos instalamos. Seguía sin decirme nada y me estaba poniendo de los nervios.

Era la hora de cenar y fuimos a un restaurante que había cerca de allí. Por el camino vi un cartel que me llamó muchísimo la atención: ¡Malú actuaría en el Palacio de Deportes al día siguiente!

Sin esperar mucho tiempo se lo enseñé a Sofía.

-¡Tíaaaaaaa,tíaaaaa mira!- grité saltando y llena de emoción.

-Lo siento Alex, no quedan entradas... Ya lo he mirado

¿COMO QUE NO QUEDABAN ENTRADAS? Otra vez me hundí. ¡Estaba a tres pasos de donde iba a actuar mi ídola al día siguiente y no podía ir! La angustia me comía por dentro.

Ya ni cené. Estaba demasiado enfadada. Me quería ir otra vez a mi casa. No quería estar más allí.

Esa noche, hacia las 10 cogí la guitarra y salí del hotel. Fui a buscar algún parque para tocar. Me senté en la hierba y toqué una de mis canciones. La había compuesto cuando empecé a salir con Manuel. Qué recuerdos...

Una chica se paró frente a mi y se quedó escuchándome. Cuando levanté la cabeza al ver que me observaba no me lo podía creer. ¡No podía ser ella!