Capítulo 46

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Johan se tensa con mi petición deteniendo sus caricias en mi culo, sus ojos se quedan fijos en un lugar en específico y después de unos minutos me observa.

—¿Qué quieres saber?

Consciente de que en estos momentos puedo indagar en su pasado, estoy a punto de sonreír, pero decido no hacerlo. Es una de las cosas que, desde que conocí quise saber, sé que oculta secretos que no me contará pero el interés en ese aspecto sigue ahí, desde el primer día. Sin embargo, había estado evitandolo por que no quería presionarlo, además de que no quería que se molestara por mi curiosidad. Las mujeres nos caracterizamos por ser curiosas, pero sé que aveces puedo llegar a ser extremista.

Al mirarlo trato de sonreír pero no consigo hacerlo, que aceptara me tiene bastante nerviosa y sorprendida a la vez.

Rápidamente comienzo a pensar en todas las preguntas que quiero hacerle, todas se amontonan en mi cabeza esperando ser una de las primeras; preguntas sobre Leah, sobre él y Josiah y sobre todo de lo que vivió en Londres. Siempre pensé que Londres era un país tranquilo y aburrido, pero hermoso, Johan mencionó que regresaría a la mierda que tiene allí ¿Pero que hay realmente en Londres? ¿Recuerdos? ¿Verdades?

—¿Qué sucedió con tus padres? —le pregunto, levanta la mirada fría e impasible que suele tener regularmente, por un momento pienso que me apartará pero su agarre en mi cintura se aferra a mi piel. Respira con profundidad y veo en sus ojos como se acumula la molestia. Aprieta los labios y tensa la mandibula.

—Murieron.

—Yo-o lo siento —balbuceo —¿Quieres que me detenga...? —pregunto en un susurro, niega con la cabeza y lleva un mechon de mi cabello detrás de mi oreja. Estoy a punto de derretirme.

—¿Hace cuanto?

—Fue hace dos años.

—¿Qué fue lo que pasó?

—Accidente. —farfulló.

—¿Dónde conociste a Josiah? —esa era una de las preguntas que más habían permanecido en mi cabeza. Ellos eran unidos, por más de que Johan y él discutieran por cualquier cosa se defendían el uno al otro. Es una de las cualidades que más admiro de su amistad.

—Desde pequeño, a ése idiota le encantaba robar mis cosas..., aunque sabía que me molestaba de la hostia.

En seguida me imagino a un Johan pequeño, con los ojos azul grisáceo, el pelo casi rubio y piel clara frunciendo el ceño hacia el pequeño de unos ojos azules exuberantes que le sonríe con malicia.

Sonrío y me recuesto en su pecho, Johan deja su barbilla en mi cabeza y me acaricia la espalda desnuda con dos dedos. Sus placenteras caricias me hacen cerrar los ojos para disfrutarlo, sin borrar la sonrisa de mi rostro.

—¿Han sido inseparables desde entonces?

—Se podría decir. Él y Devon eran los más cercanos a mí... —Frunzo el ceño ante el nuevo nombre, pero dejo que continúe —: por las noches salíamos por más calles de Londres buscando olvidar por unos momentos la mierda que nos consumía, los demonios que nos rodeaban..., la oscuridad que nos acechaba. Buscábamos diversión, y la encontrábamos, cada noche.

—¿Qué clase de diversión? —susurro con mi voz perdiéndose en su piel.

—Drogas, carreras, peleas, chicas y alcohol.

Cierro los ojos con fuerza, sé que tuvo un pasado en el que no estuve presente pero el saberlo hace que mi pecho duela por alguna razón. Sé que consume aún —como olvidarlo—, también sé que no lo dejará si se lo pido pero me duele saber que no puedo ayudarlo.

Johan (Into the Darkness)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora