"Aquí y ahora" ↪SeKai/KaiHun↩

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Dedicada a: GuriBunny97 <3

¡Al fin!

JongIn tenía problemas, para que mentir; él los tenía pero no eran cosas tan graves, sólo pequeñeces que un adolescente suele cometer al tener las hormonas alborotadas y la cabeza enredada. Sin embargo, nada fue tan grave como cuando en un estado de inconsciencia decidió confesarse a su amigo enviándole un mensaje. Porque sí, JongIn era muy romántico y expresivo -que se note el sarcasmo-.

Y desde ese día hasta hoy, ha decidió interminantemente ignorarlo. No contestaba sus llamadas, dejaba en visto sus mensajes, dejó de seguirlo en toda red social que lo tuviera de amigo, no salió con sus amigos, no asistió a fiestas ni juntadas y ni mucho menos salió de su casa; porque tenía la paranoica idea de que sí salia SeHun saltaría a su encuentro; y no precisamente para darle una caja de bombones, sino, para darle su buen merecido. Y no lo vio a la cara durante las semanas al incidente. Prácticamente JongIn, se había vuelto un ermitaño.

Pese a todo ello, un martes en la noche cuando todos se encontraban durmiendo, su caminata nocturna terminó en la puerta de la habitación de su ex mejor amigo. Y mentiría si no dijera que intentó hacer reaccionar a su cuerpo cuando quiso correr sin mirar atrás, pero a veces las cosas no se dan y el seguía parado allí con el puño en el aire, dudando en si tocar o no.

Miró hacia abajo, encontrándose con la luz que venia de adentro reflejarse en sus zapatillas y supo de inmediato que SeHun estaría despierto. Sentado sobre su escritorio con una pierna cruzada sobre la otra, mordiendo la punta del lapiz donde se ubica la goma rosada, mientras frunce el ceño al no entender algún ejercicio y los lentes a mitad del puente de la nariz. JongIn deseó tener una imagen de ello y guardarla en su billetera para mirarla todos los días.

«Maldición, no era hora de pensar en eso»

—¿JongIn? —su voz sonó ahogada, quizás con un matiz de asombro.

—Ah sí, soy yo, pero ya me iba... —bajo el puño e intentó darse la vuelta, pero SeHun fue más rápido y en dos zancadas ya lo tenía sujetado de la muñeca y lo arrastraba hacía el interior de la habitación.— Siento interrumpir tus estudios —logro decir luego de perder su mirada en algunos nombres de libro y apoyarse contra la pared, cruzado de brazos en pose segura.

—Sabes que adelanto todo, asique no interrumpes nada.—pronunció riendo. Cerró los libros y miró directo a JongIn, por más que este no lo estuviera viendo.— ¿Te pasa algo?

—¿Qué? ¿A mi? Nada. Ya sabes, problemas de adolescentes —se alzó de hombros y rió un poco, luciendo despreocupado. Aunque por dentro estaba que se moría de los nervios.

—Me refiero a que te ha estado pasando estas semanas, prácticamente me has ignorado. Al principio creí que eran los estudios o problemas personales pero... —silenció sus palabras, haciendo una mueca sin saber como seguir la oración. JongIn al ver esto, sintió la quemazón en el estómago y el cosquilleo en las manos por querer agarrarlo de las mejillas y depositar un beso en sus labios. SeHun no merecia ser tan adorable y no darse cuenta de ello— ...luego ya ni sabia que pensar porque me veías en los recreos pero ya no me saludabas o siquiera acercarte a mi y decirme como siempre "vamos a comer algo" —finalizó, cerrando los puños y mirarlo directamente con una mirada dolida.— Estas raro.

Decir que no le sorprendió verlo de tal forma, era un falacia. Aquellos orbes marrones lleno de gracia que suelen iluminar sus mañanas al despertar, se habían apagado por el destello de la tristeza que JongIn le estaba provocando debido a su problema que lo relaciona directamente.