Stefano tiene todo lo que Ky jamás se imaginó: dinero, poder y tatuajes.
Ella siempre supo que algo no andaba bien con él y está dispuesta a todo con tal de desenmascarar los misterios de ese hombre inmenso, de mirada oscura como la noche y hoyuelos...
Todo en su interior se tensa, pidiendo a gritos lo que a la chica le espera.
Por su parte, Kylie clava las uñas en la superficie de la mesa de billar y rasguña mientras el dolor la atraviesa como mil demonios. Sólo una vez lo hizo antes y sucedió hace mucho tiempo. En verdad esta es casi una segunda primera vez.
Él presiona nuevamente.
Entra.
Y entra.
Sin piedad.
Cada vez más profundo es el dolor pero se trata de algo a lo cual la chica no quiere renunciar.
Muerde la mano de Stef, probando el sabor salado y adictivo de su piel. Por un instante se preocupa pensando que podría lastimarlo pero llegado a cierto punto, renuncia a cualquier pensamiento para dejarse llevar por el estallido de sensaciones en su interior.
Stefano reposa sus labios en la clavícula de la chica y jadea sobre ella mientras la excitación lo conduce al clímax.
Sus manos descienden hasta los muslos de la chica y luego la sostienen por los glúteos mientras sus piernas están aferradas a la cintura del muchacho.
-Kylie-susurra sobre su piel-. Mi Kylie.
Todo lo que hay por debajo de la cintura de la chica se estremece en mil sacudidas que suplican piedad.
-Stef...-jadea ahogando un grito-. Stef... No creo... Poder soport... Soportarlo... ¡Ay!
El anuncio se vuelve provocador a los oídos lascivos de este hombre.
Lo hace con más fuerza: sabe que es este el momento. En ella la tortura se desata mientras el cielo rojo le otorga esa tan ansiada clemencia que la suelta en una descarga de placer.
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#MALOS #ELORIGEN #STEFANO
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