dulce

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Murochin cuando despierta, Dulces, chocolates, paletas, Murochin cocinando, caramelos, papitas sabor tomate frito, Murochin jugando, barritas, juguitos, Murochin estudiando, dango, helados, gomitas, si... efectivamente la lista de las cosas favoritas de Atsushi era larguísima... y amaba comerse cada una de ellas de manera diferente... y sin lugar a dudas el predilecto era Murochin cuando estaba en celo.

Atsushi sintió sus narinas ser embriagadas por el suave aroma del estro de su pareja destinada y de manera inmediata dejo caer la paleta que tenía en su boca. Murochin estaba saliendo del baño, cubierto por un ligero yukata, con la piel sonrojada y los ojos vidriosos, su respiración un poco fuerte, tratando de calmar el bochorno de su estado y el caminar sensual hacia el peli morado exigiendo de manera muda una sola cosa... sexo...

-Murochin...- susurro de manera ronca el altote, permitiendo que el pelinegro se le montara en la cadera y se restregara contra él, tratando de excitarlo, invitándole de manera silenciosa al mundo de la lujuria.

-te necesito Atsushi...-

El sexo del peli morado había anotado eso fuerte y claro pues ya estaba duro y palpitante dentro de sus pantalones, deseando hundirse en la carne de su pareja y llenarlo de semen hasta que doliera su estómago.

El deseo del alfa y el omega caldeaba el aire y las hormonas eran tan embriagantes que solo estimulaban el deseo de ambos.

Así como Atsushi no era una persona paciente para chupar paletas y terminaba mordiéndolas para llegar al centro chicloso, tampoco era un amante que le gustara mucho los juegos previos así que con mucha facilidad, abrió la bragueta del pantalón y saco su carne dura, sobándola un par de veces, tratando de calmar el ardor y sintiéndose poderoso de ver el anhelo de su lindo Murochin por cabalgarla hasta que sus piernas temblaran como las de un cervatillo recién nacido.

Pero Murochin pese al celo no estaba tan desesperado como para no portarse un poco mal antes de... así que ronroneando había dado mordisquitos en el cuello fuerte de su alfa y sobre la tela comenzó a bajar y bajar, siguiendo la misma acción, sabiendo que pese a la tela, sus dientes se clavaban con la suficiente fuerza como para dejar un camino de moretones que dejarían bien a la vista que Atsushi era un alfa apareado con un omega posesivo y territorial.

-ni se te ocurra morderme ahí...- le susurro serio el peli morado, pero por experiencia Himuro sabía que tras unos buenos lametazos y unas mamadas hasta la garganta, al peli morado le gustaba que le diera unas mordiditas en el glande.

-miauuu...- bromeo el pelinegro, haciéndose el que no entendía nada e indicando con la misión de felar a su pareja hasta tenerlo totalmente duro para poder empalarse en él.

La cabeza del mayor subía y bajaba lentamente, su boca abierta hasta el límite lo rodeaba y los músculos de su garganta le masajeaban maravillosamente... pero Atsushi quería más... quería hundirse en su culo hasta que sus huevos chocaran contra el bonito perineo del omega, quería follarlo y que el sonido obsceno y húmedo resonara en todo su hogar, quería estallar en el fondo de su vientre.

El deseo y las hormonas del Atsushi estimulaban y estimulaban a su omega y muy pronto el moreno saco la erección de su pareja y jadeo abrumado por la pasión, la saliva y el líquido pre seminal escurrían de sus labios de manera sexy y su culo estaba tan húmedo y palpitaba tan deseoso que apenas y tuvo la conciencia que ya estaba a horcajadas sobre el alfa y lo estaba montando.

Los dos gruñeron... y se miraron y volvieron a gruñir y jadear y comenzaron a moverse desenfrenadamente, Atsushi hacia arriba, Himuro hacia abajo, encontrándose y embonando como dos piezas de rompecabezas.

-eres mioooo...- rugió el altote, clavando más contra su pelvis el estrecho canal de su pareja, comenzando a moverse cada vez menos y sintiendo como su miembro comenzaba a hincharse para anudar.

-tuyo....- le secundo el bello moreno, dando un par de sacudidas a su pene durísimo y a sus testículos congestionados...

Los dos gritaron cuando el nudo finalmente estuvo hecho, la erección de Atsushi bombeaba y bombeaba en el interior del omega, expulsando chorros de semen que prontamente rebosaron el cálido canal.

Y Himuro se había desmallado, con la respiración agitada, el rostro lleno de éxtasis, el abdomen húmedo por su propia liberación.

Y Atsushi no pudo evitar sentirse el alfa más alfa de todo el lugar.







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todo cucho pero como prometi!! este one shot es por participar en la actividad de mi pagina ffyaioverse, dedicado a Alex Makenshi... prometo que algun dia hare algo mas chulo xD

gracias por participar nena!

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