Capítulo 8: El secreto de Mirage

24 2 0
                                    

Al día siguiente, al despertar, puedo ver a todos deambulando por la cocina-comedor: Soy la única que seguía dormida.
—¿Qué tal, fea durmiente? —Escucho a Lautaro burlándose.
Lo miro con mala cara.
—Es temprano, o eso suponemos, no tenemos reloj —Reconozco la voz de Arian —Levántate y ponte tu uniforme de los P.A.C.E., iremos a dar una vuelta, mejor ahora que tenemos dos autos
Asiento con la cabeza, aún medio atontada por el sueño, y me dirijo hacia la habitación: Allí están el armario y los uniformes guardados.
El mío es un traje de policía que parecía ser de una mujer. Es de un oscuro azul y tiene una gran cantidad de bolsillos, además de un cinturón para el guardado de armas: Sinceramente, es un vestuario muy útil.

Cuando finalmente todos portamos armas y los autos están preparados, a último momento, decidimos que era mejor no utilizar los vehículos: No tienen mucha más gasolina y es una distancia que podemos recorrer a pie.
Llegamos a un acuerdo para comenzar por el lado este del bosque. Al no haber tantos árboles, y tampoco tantos zombies, podría ser el lugar perfecto para la instalación de un grupo de supervivientes.

—¿Hallaron algo? —Les pregunto a Tiziano y Alejandro.
—Nada —Contestan al unísono.
—Esto es una idiotez —Se queja Luca. Típico por las mañanas... —Ya recorrimos todo el perímetro. Aquí no hay supervivientes... Volvamos. Mañana registremos la zona sur
A medida que todos avanzamos para volver a casa, notamos que Julián se ha quedado inmóvil, observando a su alrededor en busca de alguien.
—¿Y Mirage?
Cierto: Falta Mirage. Mientras todos se observan confundidos, decido hablar rápidamente, anticipándome a cualquier cosa que pueda alterar mis planes.
—Yo iré a buscarla
Sí, tengo que ir. Tengo que averiguar qué está tramando... Estoy segura... Hay algo que nos está ocultando desde que se unió a nuestro grupo.
Los chicos se quedan en su lugar hablando sobre cómo cubrir completamente el área sur del bosque, esperándome, mientras que yo comienzo a adentrarme aún más entre los árboles alejándome de la casa: Me muevo guiándome por mis instintos. Pasados unos minutos, escucho la voz de una mujer, a la que reconozco fácilmente como la de Mirage.
Me escondo detrás de un gran árbol que parece más de selva que de bosque, y me preparo para espiar a la rubia: Parece estarle hablando a esa especie de radio que llevaba en el cinturón. Noto que tiene una pequeña pantalla, así que confirmo mi sospechas de que eso no es un aparato tradicional.
Me acerco peligrosamente a Mirage y, forzando un poco la vista, veo a través del monitor a un hombre. Un señor con el cabello de un color rubio oscuro, con un traje marrón y unos cuarenta y tantos años.
—.. ¿Sabes qué? Yo soy un contacto por tecnología avanzada de la F.A.C.A.B. No soy una soldado, ni una espía, ni ninguna de esas cosas. Yo era una maestra de primaria... Apenas sé lo básico de lucha por ustedes. No debería estar aquí —Le dice la mujer, enojada, al pequeño aparato.
—Carecíamos de agentes el día que te enviamos, Mirage. Tienes que entenderlo... Además, según tus informes, estás haciendo las cosas muy bien.. ¿Cómo vas con los supervivientes? ¿Piensas reclutarlos a nuestra organización?
—Es lo más conveniente. Estuve observando a esa tal Íngrid...
—¿La muchachita?
—Sí. Pese a ser joven, es increíblemente buena para el combate. Debería verla usando un lanzagarfios, señor. Es el tipo de chica perfecta para la F.A.C.A.B.
—Excelente. Manténgame informado de los siguientes progresos, señorita Everding. Recuérdelo... Aún no es momento de contarles todo
—Claro está, señor. Cambio y fuera
Me adelanto hasta Mirage y salgo de mi escondite: Aunque noto su sorpresa, rápidamente intenta disimularla con su típica sonrisa malévola.
—Veo que hice bien en no fiarme de ti, Mirage...
La mujer rubia procede a apuntarme velozmente con una pistola mientras que yo intento ocultar mi nerviosismo.
—¿Qué es la F.A.C.A.B? ¿Quién es ese hombre?
—¿De verdad crees que te daré información así de fácil? Pero qué graciosa.. ¿Por qué mejor no resolvemos esto como verdaderas mujeres? —Mirage procede a guardar su pistola y luego me mira fijamente —¿Quieres información? Pues peleemos: Sin armas de fuego. Si tú ganas, seré justa, y te la daré
—Me parece algo razonable. No me considero muy buena pero...
Antes de finalizar mi propia oración, saco mi cuchillo del traje con velocidad y lo lanzo hacia la mujer, quien lo esquiva moviéndose a un lado: El arma blanca queda firmemente clavada en el tronco de un árbol.
—... Pero no me hago responsable de tu posible muerte —Termino con frialdad.
Mirage se acerca corriendo hacia mí e intenta darme un puñetazo, pero consigo inclinar la cabeza hacia atrás a tiempo. Logro moverme a su espalda y darle un golpe en la nuca: Ella se voltea y, aunque intento darle un rodillazo, ésta vez consigue esquivar mi ataque.
La mujer me sujeta del cuello con su brazo derecho e intenta asfixiarme, pero por medio de un forcejeo consigo liberarme de ella. Me alejo y vuelvo a acercarme, ésta vez a las corridas, con el puño preparado para atacar. Mirage me esquiva y caigo de boca al suelo, por lo que intenta abalanzarse sobre mí. Me giro rápidamente y, cuando alzo una pierna, noto que su pecho queda encima de la planta de mi bota: Aprovecho ésto para moverme violentamente y, al caer, la mujer se da un fuerte golpe en la cabeza. Las dos volvemos a ponernos de pie y comienza una secuencia de movimientos de puños que intentan agredir a la otra.
Mirage se aleja lo suficiente de mí y me apresuro a lanzarle otro cuchillo, ésta vez dirigido a sus piernas: Da un gran salto y consigue evadirlo.
La rubia toma del suelo una firme y larga rama y, aunque en un principio el miedo intenta apoderarse de mi cabeza, consigo esquivar sus ataques con ágiles movimientos.
Volvemos a forcejear y esta vez consigo quitarle la rama y, apenas la tengo entre mis manos, la golpeo fuertemente en la cara con la misma. Mirage cae violentamente al suelo. Apenas lo hace, coloco mi pie izquierdo y uno de los extremos de la rama sobre su pecho, inmovilizándola.
—Mirage... Creo que necesitas saber una cosa. Yo siempre gano el juego, aunque no sea quien pone las reglas —Me burlo de forma sarcástica con una mirada triunfal.

—¿No van a explicarnos por qué estaban moliéndose a golpes? —Dice Luciano y ninguna de las dos contesta.
Los chicos presenciaron toda la pelea, ocultos detrás de unos árboles. Como su amabilidad es inmensa, no tuvieron una mejor idea que no detenernos, según ellos debido al impacto que les causó ver el conflicto (Cobardía, así lo llamaría yo). Creyeron que podía asesinar a Mirage, y fue entonces cuando interfirieron, haciendo millones de preguntas. Camino a casa, ambas nos mantuvimos completamente calladas, y aún no hemos soltado palabra. Yo no soy quien tiene que explicarse...
Todo el grupo está sentado en el salón, esperando al menos una respuesta. Yo sólo quiero terminar con toda esta pantomima y escuchar a Mirage.
—¿Y? —Exclama Arian.
—Cosas de mujeres... —Respondo friamente.
—¡No son cosas de mujeres! —Espeta Julián —¡Las mujeres pelean tirándose del cabello, no con ramas, no con cuchillos!
—Pero qué comentario tan sexista —Se queja Mirage.
—Estábamos entrenando —Miento.
—¿Entrenando? ¿De verdad? Parecía un entrenamiento muy violento
Harta, desenfundo mi pistola y me levanto rápidamente del sofá-cama, apuntándole a Mirage. Algunos de los chicos me sujetan por la espalda, intentando calmarme, aunque no distingo quiénes son.
—¡Ella está metida en algo extraño, iba a matarnos! La oí hablando por ese aparato de mierda con un tipo ¿Pueden soltarme ahora? —Continúo pataleando como una niña, hasta que finalmente los chicos me hacen caso —Gracias
Antes de que alguien pueda hacer lo que sea, Mirage se lanza por la ventana trasera de la casa, haciendo que los vidrios de ésta estallen en mil pedazos. Nos acercamos rápidamente hacia ella, pero ha trepado a los árboles con una velocidad impresionante. Aunque intentamos dispararle, es sumamente rápida, e incluso en las alturas logra evadir nuestras balas. En apenas unos segundos, desaparece de nuestro campo de visión, desvaneciéndose en el bosque.
¿Volveremos a saber de ella?

Cuando El Apocalipsis Empieza (Masacre Mundial 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora