Las siguientes tres cuadras para llegar al Edificio Galaxia se hicieron eternas.
El espejo pesaba un montón. Como si contuviera el universo dentro de él.
Por un momento, me arrepentí de haberlo comprado.
Le he mandado un texto a Alba para que me abra la puerta trasera de la cafetería, pero creo que Karla le ha ordenado apagar el móvil, como siempre.
No tengo más opción que entrar por la puerta principal.
Dejo el espejo en la puerta trasera.
Estoy completamente empapada en sudor. Trato de sacudirme el polvo que me queda en la camiseta y saco de mi bolso una servilleta que al pasarla por mi cara cambia de blanco a marrón.
Creo que ya estoy lista.
Avanzo hacia la gran puerta del edificio. Por lo menos la cafetería está en la planta baja del edificio, así no tengo que subir las escaleras. Los asensores son para los prestigiosos trabajadores del edificio.
Cuando entro en la cafetería, nadie parece notarme excepto por Alba, mi compañera de trabajo.
"¿Pero qué demonios te pasó?” pregunta riéndose.
“Shhh! No quiero que Karla se dé cuenta,” respondo riéndome también.
“Me compré un espejo barato que estaba desbordado de polvo.”
“Uhg.”
Me pasa el delantal y me lo pongo rápido.
Justo a tiempo porque Robert, un cliente, viene con un pastel en la mano.
Con un pastel.
Lo había olvidado por completo.
¡Hoy es mi cumpleaños!
Otra de las cosas que no hacemos en casa desde que murió papa es celebrar cumpleaños. Perdimos la costumbre porque realmente los cumpleaños sin él nunca más serán iguales. En lo que va de día, no me había pasado por la mente que este era mi día. Lo veo tan normal como cualquier otro. Mamá tampoco estuvo para recordarme. Cuando salí de casa ella aún estaba dormida. Así que hay varias excusas para no acordarme de mi propio cumpleaños.
“Feliz cumpleaños, Estela,” me dice Alba abrazándome.
Sospecho que todo esto fue su idea.
“Gracias,” respondo, tratando de disimular lo incómoda que me siento.
Me incomodan los grandes detalles, y menos que los haga Alba que viene de una familia humilde. Karla me felicita, pero no me besa, ni me abraza. Les agradezco por este acto. Ahora entiendo porque Karla me permitió llegar tarde el día de hoy. Así tendrían tiempo de arreglar todo para mi llegada.
Luego de probar el riquísimo pastel y de charlar un rato, Karla ordena que es hora de ponerse a trabajar. Atiendo a la mayor cantidad de clientes que puedo, lavo los platos y en pequeños tiempos atiendo la caja.
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AMOR ETEREO
Science Fiction"Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo soy de las estrelladísimas..."