De camino a casa tomé otra vez el bus.
Es más difícil tomarlo por las noches cuando toda la gente en la ciudad está desesperada por llegar a casa, pero yo no tenía dinero para pagar un taxi; es por eso que he dejado el espejo en la puerta trasera de la cafetería. Lo he escondido detrás del basurero para que nadie lo viera. Sé que allí estará seguro. Además, nadie querría llevarse un espejo tan sucio y viejo.
Esta vez no tengo la misma suerte que en la mañana. Voy de pie y muy apretada con la gente. Mis pies arden, mi espalda duele y me siento muy débil. Hoy me siento más cansada que otros días de trabajo. Me arrepiento de haber ayudado a Alba a limpiar el piso.
Miro por la gran ventana de emergencia que tengo en frente. A medida que el bus va avanzando, los edificios se van haciendo más pequeños. Yo me quedo en una de las últimas paradas.
Mi vecindario esta al sur de la ciudad, al límite de la isla. Al norte es donde residen los ricos y privilegiados de la isla. Nunca he estado allí, pero mi mama dice que los vecindarios parecen de ensueño y algunos de ellos tienen sus propios yates y barcos para viajar a otras ciudades.
Mi casa, como todas las del vecindario, está ubicada prácticamente a la orilla de la playa.
Observo como algunas casas ya están deterioradas por la accion del viento y la sal. La mía estuviera igual, si no fuera por el gran trabajo que hizo papá al construirla.
Después de un largo rato, el bus comienza a vaciarse así que logro sentarme.
Al principio me acurruco en mi asiento pegada a una ventanilla, pero mis ojos comienzan a parpadear incontrolablemente y el cansancio se está convirtiendo en sueño. Ya me falta poco para quedarme así que arreglo mi postura.
Diez minutos después, me bajo del bus y me adentro en mi vecindario.
En lo único que puedo hacer similitud entre el norte, el sur y el centro de la ciudad, es que en altas horas de la noche siempre hay gente en la calle a pesar del frio que trajo el mes pasado, Diciembre, que aún está presente. Yo no cargo suéter. Es por eso que camino rápido.Como es de costumbre, oigo el ruido de las olas del mar cuando paso por el Murelle (muro-muelle) donde los enamorados se sientan a charlar y a besarse.
Cuando llego a la casa, mama está preparando la cena. La saludo con un beso en la frente. Yo soy más alta que ella. Y aunque pareciera que los años no le cobraran la edad, se ve algo descuidada desde que murió papá.
También me doy cuenta de que ha estado llorando por el rubor alrededor de sus ojos.
No puedo decir si estuvo llorando por que hoy es mi cumpleaños o por papá.
Es más probable la última opción.
“¿Qué tal tu día mamá?” le pregunto, sabiendo cual será la respuesta.
“Bien, hija. He limpiado todo el día.”
Mamá es una obsesionada con la limpieza. En realidad siempre ha sido así. Incluso antes que muriera papá ella era así. Es algo que me irrita de ella. No es que yo sea la más desordenada del mundo, pero creo que mi mama exagera.
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AMOR ETEREO
Ciencia Ficción"Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo soy de las estrelladísimas..."