"Pocas veces pasa esto"

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En quién realmente le pertenece la razón. A un adulto que vive una fantasía o a aquel adolescente que se atreve sin miedo a nada.
Samuel tomó el riesgo por el profesor al ponerse la capucha y arriesgarse a besadlo delante de los pocos clientes.
El profesor dejó que aquel instante se detuviese; viviendo, provocando un recuerdo con el sonido de la tormenta.
El mayor lejos de poder hablar, ignorando la existencia de las palabras, acaso era necesario interrumpir el momento?
-Para...
-Acéptelo...
Fue el susurro de Samuel.
Una sola palabra hizo que el mayor se dejase llevar.
El viento sopló fuerte, la energía se cortó.
El pasado borró muchos malos ratos de haberse convencido de lo que no era.
El pelinegro tomó la nuca del castaño para hacer el beso más cálido.
-Yo...
-Pocas veces pasa esto, no se lo diré a nadie si usted hace igual.
-Podemos subir...
Aquellas dos palabras fueron más bien una súplica.
Samuel sin quitarse la capucha lo tomaría de la mano para pasar por delante de todos sin importarle lo que piensen ya que el adolescente piensa así.
La lluvía era tan intensa que el menor no se preocupó en empaparse pues su única preocupación era no soltar la mano de Guillermo.
La puerta estaba junta.
Parecerá extraño pero es el menor quién inicia el acto.
En la cabeza de Guillermo pasaban sus encuentros con mujeres pero era distinto ya que si.
-Tranquilo,  deje que sea yo quién lo guíe.
Con una sonrisa Samuel descendió hasta desprender sus cuerpos de todas las prendas
Guillermo con miedo pasó su mano por el pectoral de Samuel, cómo si las dudas se formasen en ese lugar.
El menor lo besó, con aquel gesto sería con el que el profesor cedía.
Al ser de día la vista de todo fue como esa primera vez.
Cada aspecto del cuerpo de ambos era la locura del mayor,  si con solo un roce de labios aquel adulto enloquecía imaginar lo que sucedía por lo que acontece entre esas sábana era un desastre de emociones.
Guillermo tomó el control al estar encima de los muslos del menor, su movimiento se sincronizo con el respirar. Difícil fue solo el principio hasta que al fin aceptó que Samuel no ha sido quién lo ha confundido, más bien fue quién le daría el valor para confirmar aquélla verdad que sus padres le dijeron que era un error.
El móvil de Guillermo sonó pero este no respondería, sabía de donde era y hasta el asunto del que se podría tratar.
Nada era más importante que satisfacer su verdad.
Finalmente el mayor gritó el nombre del menor trás apretar fuerte las sábanas.
-Esta es un error que repetirlo será sumar años a mi condena...
Ya se encontraban ambos tratando de recuperar la respiración.
-Nadie lo condenará, deje de preocuparse pues no haré nada en contra de su nombre.
-Puedo otro profesor no dudará en hacerlo, te he defendido cuando nadie más lo hizo y sin haber un motivo.
-No dejaré que le pase algo.
-Por  favor no seas impulsivo.
-Seré como soy, usted debería ser igual.
-No tuviese trabajo si lo fuese.
-Entonces ha elegido mal, yo no dejaré que nadie haga nada en su contra.
En los pensamientos del profesor uno no era tan estúpido como parecía. Debía renunciar, empezar muy lejos.

Do-Re-Mío...  (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora