Si ya era molesto el profesor Christophe, lo había sido aún más con ese comentario estúpido. La clase entera conocía de la sexualidad de Yuri, por lo que no había nada que ocultar pero no había necesidad de recordarlo una vez más, aunque topó con la suerte de que hasta el momento solo conocía una personas homofóbica, la única personas por la que suplicaba fuera gay.
Todos los chicos parecían divertirse con la clase de higiene, además los comentarios impertinentes de su profesor hacia de la clase, una más animada, pero como era de esperarse Yuri era el único chico que no estaba riendo, al contrario, solo maldecía en su interior a Christophe.
La campanilla sonó y como era de esperar Yuri fue el primero en salir, de nuevo los halagos de parte de los chicos que pasaban a su lado, exceptuando a los que ya conocían su identidad, la cual había revelado anteriormente.
Fue directo al salón de Otabek, ahí se encontraba el profesor Viktor, quien aún estaba en su escritorio guardando algunas cosas.
Desde que conocía a Viktor había aprendido algunas cosas, entre ellas estaba que siempre sería amable con él mientras hubieran más personas, no debería desaprovechar la oportunidad de hablarle.—Profesor Viktor ¿Cree que pueda volver a explicarme de nuevo los comienzos del estado ruso?— volvió a usar ese particular tono de voz en modo de coqueteo hacia el albino, recostándose al escritorio en el que el mayor estaba.
Las palabras de Viktor fueron interrumpidas por Otabek, quien se ofreció a "explicarle" aunque sabía bien que no se trataba de no hacer entendido.
Tomó del brazo al rubio y se lo llevó arrastrado a fuera del salón sin cambiar esa sería expresión de su rostro.—Idiota, estaba hablando con el profesor, necesitaba que me explicara algo ¿quieres que repruebe?— Se quejó luego de ser arrastrado, mientras ambos, iban uno al lado de otro caminando con destino al comedor.
—Yuri, deja de hacerte falsas esperanzas, Viktor nunca te va a llegar a amar ¿si?— dijo de forma calmada, siendo lo más directo de pudiese con el menor, sus ojos de inmediato se llenaron de lágrimas, pensando en ¿cuanta razón podía tener? Lo había besado después de todo.—Hay mejores hombres a los cuales puedes tener, además sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.— llegaron al comedor y tomaron una bandeja cada uno, hicieron la fila esperando llegar para que la chica de la cafetería, junto a dos señoras (las cuales ya estaban lo suficientemente viejas como para ser un par de momias) los atendieran y sirvieran su merienda.
Los finos labios de Jean fueron puestos en el pálido cuello del rubio sin aviso previo, causándole casi un infarto por el susto que le había dado. Las manos del mayor lo rodearon por la cintura mientras besaba su cuellos y luego sus labios.
—Deja de tocarla, me das saco, respétala al menos.— Interrumpió Otabek, molesto por la forma en la que Jean tocaba a su amigo, claro, pensando que este era una chica.
—Déjame hacer lo que quiera con ella mientras pueda.— sonrió de forma inusual volviendo a besar el cuello del rubio, quien se encontraba completamente ruborizado y estático sin poder mover un solo dedo.—Ya me voy, te veo luego linda.— fue lo último que dijo antes de irse a la biblioteca, aunque no precisamente a leer.
—Yuri ¿Que te pasa por la cabeza? ¿Como permites de alguien como él te toque de esa manera?— exclamó con notoria molestia.
—Es solo diversión, el no me gusta, es solo que...—suspiró interrumpiendo sus propias palabras.—Hace mucho no beso a un chico de forma romántica.
—¿Acaso te parece "romántica" la forma en la que él lo hace? En este momento es posible que este con una chica, además nosotros siempre....—prefirió no terminar su frase, aunque Yuri sabía perfectamente a que se refería.
—Dije romántica, tú y yo solo somos amigos, ya eres parte de la familia para mi.— dejó salir una dulce sonrisa, que a pesar de ser hermosa la había acompañado con palabras que le causaban gran dolor a su amigo. Este solo sonrío de forma falsa y más rápido de lo que pensaron fueron atendidos por las mujeres ya mencionadas. Ambos comiendo lo mismo de siempre, un sándwich de jamón.
Yuri prefirió guardar silencio durante todo el receso, mientras que Otabek aún buscaba las palabras correctas para decirle toda la verdad y acabar con ese sentimiento que ya había lastimado a muchos.
Mientras tanto Mila estaba en el mismo comedor que los chicos, aquella ruptura le había quitado él hambre, además mientras todas sus amigas reían y hablaban de cosas sin sentido, aún encontraba la forma perfecta de dañar a su hermano, donde por suerte presenció desde unos cuantos metros aquella escena tan desagradable para Otabek.
Jean y Mila se encontraban en el mismo estatus social estudiantil por lo que lo conocía muy bien, por lo que sabía cuánto saco le causaría saber que tocó a su hermano de esa manera.Sonrío de forma inusual, parecía tener algo en mente, y así era, ahora solo tenía que poner en marcha su plan .
Yuri regresó a su salón luego de que el receso había concluido y estaba preparado para ver al profesor que lo traía tan loco y desesperado. El profesor Nikiforov se había tardado más de diez minutos en aparecer por la clase, pero después de todo llegó. Primero se disculpó por tal retraso con el cual no contaba y luego procedió a dejar su maletín en el escritorio para luego guardar en un folder de plástico los documentos que llevaba en la mano.
Todos los chicos se encontraban hablando de diferentes cosas, mientras que el joven rubio era el único que estaba en silencio migrando al pupitre mientras lo dañaba con líneas de su lapicero con el cual se distraía.
—Aquí traigo el resultado se sus pruebas de diagnóstico.— habló luego de lograr captar la atención y brindar su silencio en la clase, sacó las pruebas, las cuales se trataban de pruebas sin valor significativo en su nota, si no más bien para conocer el estado de conocimiento sobre la historia con que sus alumnos.
Comenzó a repartir los documentos sin un orden en específico, la última prueba había sido de Yuri quien había obtenido la calificación más alta.
—No creo que sea necesario que le explique, parece que entiende muy bien la historia.— Habló de forma seria sin dirigirle la mirada al chico que esa mañana había besado, y si, a pesar de estar disgustado algo en él lo hacía querer repetir aquello, aunque se negaba a aceptar una idea como esa.
—De verdad lo necesito, Profesor Nikiforov.— Volvió a ese tono de voz que ya volvía loco a Viktor, molesto por escucharlo de esa forma.
Le ordenó salir del salón y ahí pudo hablar con el rubio de forma en que los estudiantes no escucharan.—Cállate, ¡quítate esa ropa!— Dijo molesto por verlo actuar durante toda la mañana como un a chica, de una u otra ya le resultaba desagradable.
—Tsk...No me desnudaré para usted.— reclamó pensando en cosas más morbosas comparadas a la realidad.
—Mira mocoso, ya me estás agotando la paciencia.—mSu voz era más grave y había cerrado los puños mientras que el menor comenzaba a preocuparse por el asunto.
—Lo siento...Mañana regresaré como soy realmente.—Bajo la cabeza y luego Viktor le dejo volver a ingresar al salón para proseguir con su clase, que a diferencia de como era costumbre, Yurio comenzó a distraerse derramando lágrimas en su libreta de apuntes, procurando no ser visto.
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Quiero que me ames ||Yuri On Ice Au|| Vikturio #FanficAwards2017
Hayran KurguViktor Nikiforov era el profesor de historia que todos amaban, pero era humano, tenía sus defectos. Llevaba casado con una mujer a la que nunca logró corresponder sus sentimientos, Viktor nunca llegó a amarla, sin embargo era necesario para su juego...