Nanba es la prisión de máxima seguridad de Japón. Todo anda bien, con los presos del Ala 13, Celda 13 haciendo lo que les viene como siempre; hasta que un día llega un/a nuevo/a preso/a a la prisión. Todo parece normal. Se va adaptando y tal, hasta...
Hoy era un día distinto en Nanba. A pesar de tener su usuales brillos y no haber ningún percance, todo corría a más velocidad. Pues justo hoy llegaba un preso de alta seguridad. Se trataba de un asesino a sueldo, detenido en la perfectura de Kyushu tras asesinar a diez personas en un bosque cerca de un antiguo castillo. Los detalles no importan mucho, el caso es que es un asesino peligroso.
Capaz de matar a sangre fría con el mínimos esfuerzo, se trata de una persona sin emociones capaz de matar a cualquier precio. Hasta la fecha, trabajaba desde las sobras, matando con técnicas infalibles, y sin ser nunca descubierto. Hasta que, esa fatídica noche en lo alto de aquellas montañas, fue apresado por la policía estatal. A los funcionarios de prisión les parecía extraño que, alguien que nunca se dejaba ver por nada ni nadie, fuese, un día porque sí, atrapado de esa manera.
El caso era, que iba a cumplir condena en Nanba. Y conociendo su historial, debían de ser cuidadosos. Llegaría en unos veinte minutos en helicóptero. Todos los supervisores de Nanba, incluida la mismísima alcaidesa, lo esperaban en el heli-puerto.
Momoko: Bien señores; en menos de veinte minutos el peor asesino a sueldo de todo Japón formará parte de los presidiarios de Nanba. No sabemos si tiene dotes de escapismo, pero esta claro que si de asesino. Sin duda alguna, uno de los presos más temibles que pisará los suelos de Nanba.
Hajime: Sra. Alcaidesa, a que Ala será asignado?
Momoko: Hasta que se prepare toda la seguridad, permanecerá en el Ala 13 bajo la máxima seguridad.
Hajime: Hai!.
Momoko: Una vez preparado todo, pasará bajo tu supervisión, Samon. Permanecerá en el calabozo subterráneo del Ala 5.
Samon: Sí señora!
Kenshiro: Aquí llega el helicoptero...
Momoko: Preparaos para recibir al preso! No vaciléis ante nada.
El helicoptero aterrizó y sus puertas se abrieron. De el, esposado, bajó el preso, el asesina más bien, acompañado de dos sargentos del ejército japonés.
Momoko: N-no puede ser... Pero si es...!
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Todos los presos estaban al tanto del nuevo reo que sería trasladado, y por ello, muertos de miedo. Sobretodo la celda 13, quien se emparanollaba con todo. Estaban pues, los cuatro chicos de la celda 13, mirando de un lado para otro por si aparecía el nuevo preso.
Jyugo: Oye Uno, estás seguro que lo traerán aquí?
Uno: Que sí!-dijo pegado a los barrotes, girando la cabeza de un lado a otro- Te digo que se lo escuché decir a Seitarou antes. Además... Con nuestra suerte, lo ponen en nuestra celda-su voz sonaba temblorosa-.
Nico: Va, va... No creo que, si es peligroso, lo metan con nosotros. No? ... Nos va a matar!!! Seguro que nos mataa!!!
Rock: Bueno, ha sido un honor fugarse con vosotros -snif- no os olvidaré nunca.
