Louis era un pequeño niño de hermosos ojos azules.
Él siempre iba a la misma playa, se sentaba en la blanca arena y dejaba que sus manos esculpieran.
Estaba en su nuevo proyecto, quería que fuera hermoso y especial.
Harry lo veía, haciendo sus castillos de arena blanca.
Un día, el bonito niño de ojos verdes, se sentó al lado de Louis.
Y, juntos, armaron el castillo.
Estaban a punto de terminarlo.
Pero llegó Nick y agarró de la mano a Harry y se lo llevó del otro lado de la playa.
Louis intentó no darle importancia, pero su castillo empezaba a tener grietas.
Y eso nunca le había pasado.
Intentó cubrir las imperfecciones de su preciado castillo, el castillo de Harry y Louis.
Créanme, lo intentó todo.
Pero las grietas seguían ahí.
El ojiazul casi terminaba el castillo, pero se sentía algo desanimado.
Si el de ojos esmeraldas no estaba, el castillo del reino Larry, ya no tenía gracia ni sentido.
Una tarde, Harry y Nick se acercaron donde estaba el pequeño niño de ojos azules.
Él se emocionó, tal vez lo ayudarían a terminar su castillo y reparar las grietas.
Pero no.
No fue así.
Nick y Harry saltaron sobre el castillo blanco de Louis.
Lo aplastaron, lo destruyeron, le quitaron cada flor y piedrita de adorno.
Se había esfumado.
Y todo con la mirada de unos vidriosos ojos azules, de los cuales salían cascadas de agua salada.
Louis nunca volvió a esa playa.
Se rumorea que él construye castillos con nuevas personas.
Cuando el sol se escondía en el horizonte, Harry examinó con la mirada la fila de castillos que él y Nick habían construido.
Llenos de grietas, a punto de derrumbarse.
Harry caminó largos kilómetros para llegar a la playa donde decían que Louis estaba.
Y supo que estaba en el lugar correcto, cuando un castillo que le llegaba a las rodillas, se alzó ante sus ojos.
Decía con una bonita letra "Louis & Niall"
Luego otros castillos "Louis & Zayn", "Louis & Liam", Louis, Louis, Louis.
Todo estaba oscuro.
Pero Harry sabía que Louis estaba ahí, lo sentía en su corazón.
Vio fuego, una bonita fogata.
Pero no era lo más bonito ahí.
La luz daba perfectamente en la cara melancólica de Louis.
Estaba solo.
Un castillo se encontraba a su lado, terminado.
¿Quién lo habrá ayudado?
Harry perdió la cuenta del tiempo que se quedó viéndolo.
Hasta que Louis le sonrió a la luna y entró al agua.
Pasaron minutos, largos minutos en los que Louis no salía.
Harry se preocupó y fue corriendo hasta el mar.
Agarró el frío cuerpo desnudo de Louis en sus brazos.
Lo dejó en la orilla de la arena.
Y lloró.
Con los ojos borrosos, vio el castillo.
Era el más hermoso que podía haber existido.
De nuevo, ¿quién lo habrá ayudado?
Buscó y buscó algo que indicara el nombre de la otra persona.
Pero no lo encontró.
Lleno de furia, decepción y odio a sí mismo.
Pateó el castillo, lo destruyó, tal como aquel día hace años.
Lloraba mientras gritaba maldiciones al aire, al castillo, al cuerpo de Louis, al mar y a la luna.
Cuando terminó, encontró una nota dentro del castillo.
Se acostó junto a Louis y la leyó.
"Louis & Harry
El castillo del reino Larry nunca se destruyó por completo"
Ese era su castillo.
Y lo había vuelto a destruir.
Le gritó al ojiazul, aunque sabía que no le respondería.
Le gritaba que volviera, que construirían más castillos, que no volvería a dejarlo solo.
Pero no servía de nada.
Los demás castillos se empezaron a derrumbar.
Uno a uno.
Porque Harry no vio las grietas.
Volvió a mirar al de ojos azules, y le cerró los ojos con delicadeza.
Ahí, Harry se dio cuenta.
Que los castillos de Louis eran únicos.
Y destruyó los castillos,
que con tanto esfuerzo,
juntos, habían construído.
sand castles