Capitulo 3

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No hay muchos días que quisiera resaltar sobre esas vacaciones, realmente no fueron algo que quisiera recordar. Pero igualmente, además de enterarme de la noticia que cambió completamente el rumbo de mi vida, habrían luego cosas que influenciarían un poco más el cambio que hubo en mi interior.

Desde entonces no había parado de hablar con Ana, ella jamás tardó en responder mis mensajes y me acostumbró a mí a eso también. Era especialmente divertida y agradable, me encariñé demasiado incluso antes de haber cruzado palabra con ella. Algo que no solía hacer muy a menudo.

Mi mano estaba como nueva, pero no creí que fuera necesario ir a agradecerle a la madre de Ryan, no creí que necesitara volver allí.
Luego de ese pequeño 'accidente' pasé varios días encerrado en mi casa, casi sin saber si mis padres estaban allí o no.
Sin querer dejé de contestar los mensajes de mis amigos, hablaba en serio demasiado con Ana.

Un día de los tantos que habían pasado, Valerie llegó sin motivo alguno a mi casa, al parecer quería salir conmigo. No me negué, no tenía mucho que hacer y sin si quiera arreglarme un poco me dispuse a salir con ella. Ella me miró de arriba a abajo, hizo una mala cara y dijo:
-¿Planeas salir así?
-¿Por qué no?- Respondí limpiando un poco mi abrigo.
-Pero si yo duré horas arreglandome solo para tí, amor.-Dijo ella tomando una de mis manos entre las suyas y estampando su labial rojo pasión en una de mis mejillas.
La miré con desgana, pero con una mirada coqueta me obligó a entrar de nuevo.
Entramos en la sala y le ofrecí un espacio en el sillón.
-Esperame aquí -dije subiendo las escaleras- No tardaré.
Contemplé su hermosa figura una vez más antes de desaparecer siguiendo mi camino.
No tardé más de 5 minutos, solo me cambié la camiseta y los zapatos, me puse otro abrigo encima y me peine un poco. Borré la marca que había hecho Valerie en mi rostro y me apliqué un poco de loción.
Volví por Valerie dispuesto a salir. Esperaba encontrar a mi bella chica sentada esperando por mí en el sillón blanco de la sala, pero eso no fue precisamente eso lo que encontré al entrar allí nuevamente.
Ella estaba de pie junto a la mesa en la que se hallaba el televisor, había un cajón abierto junto a ella y sostenía una hoja arrugada en sus manos.
-¿Qué es eso? -Pregunté.
Ella abrió los ojos y arrugando el papel lo llevo atrás de su espalda.
Bajé el resto de gradas que quedaban e intenté quitarle el papel de las manos. Valerie se alejó de mi.
-Deberías decirme tú qué es eso- La escuché decir.
-¿A qué te refieres?
Ella me entregó la hoja arrugada, la desenvolví, era mi libreta de calificaciones. Claramente allí decía que no había conseguido pasar.
-¿Por cuánto tiempo esperabas ocultarme esto?
-Te lo iba a decir, lo juro.
-¿Cuándo? ¿Sabes qué problemas nos traerá?
-Eso no me importa.
-Pues a mí sí. -Anunció Valerie tomando su bolso y emprendiendo su camino hacia la puerta.
-Espera ¿Quieres?- Alcancé a decir segundos antes de que cerrara la puerta en mi cara.
No iba a ir por ella, no era como si la necesitara. Pero eso me enfureció, demasiado.
Subí a mi cuarto de nuevo sintiendo que cada paso que daba hacía retumbar la casa.
estuve de nuevo a punto de golpear la pared, pero vino a mi mente el recuerdo de hallarme en la casa de Ryan. La lástima que había provocado allá era más que suficiente para no querer volver a acercarme. Así que solo me tiré a mi cama y me tapé la cara con la almohada, golpee en colchón hasta más no poder. Luego sólo me quedé estático allí, sin dormir, sin pensar. Nada.
Era el mejor haciendo rabietas.

Vagué unos instantes más allí y creí correcto contar lo que había pasado a Ana. Ella seguía respondiéndome en menos de dos minutos y eso no me molestaba para nada.
Primero que nada empezó el interrogatorio acerca de por qué me había ido tan mal en la escuela. Me enojé un poco -mucho- Y al ver esto ella dejó las preguntas de lado para ayudarme con mi problema, aunque ya no hubiera nada que pudiera hacer.
Desde ese momento mi confianza en Ana aumentó en un 100%. Era mi confidente, casi mi diario personal.
Eso me sorprendió un poco.

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