Sin duda ya era tarde, más tarde de lo que usualmente salía de su trabajo. En lo único en lo que pensaba era en llegar a su casa lo más pronto posible y dormir hasta que no hubiera un mañana. Esa semana había sido un infierno, su jefe ya lo había amenazado con despedirlo si seguía tratando con tanto desdén a los clientes, ¿pero cómo demonios quería que se comportara si su trabajo era peor que oler mierda?.
Había varias razones por las cuales odiaba su trabajo. Primero que nada; su horario no coincidía con sus clases así que tenia que salir de la preparatoria más rápido que alma que lleva el diablo (sin contar que estaba descuidando sus estudios), segunda; Su idiota jefe, tercero; el acoso por parte de mujeres tanto de hombres en sus horas de trabajo ya lo estaban sacando de sus casillas, podríamos seguir enlistando pero tardaríamos horas en acabar. A pesar de todo lo que sufría no podía a abandonar ese puesto, ganaba suficiente dinero como para seguir subsistiendo pero lo más importante era que gracias a ese dinero podía seguir pagando el tratamiento médico de su abuelo.
Ya había pasado más de dos meses desde que el abuelo Nikolai cayó en cama debido a su edad. Su situación era un poco inestable y el calor de verano lo empeoraba aun más. A pesar de que el abuelo era más viejo que la reina de Inglaterra, se dice que incluso tomó un té a su lado, se le caracterizaba por ser un hombre fuerte que no se debilitaba ni desfallecía ante ninguna enfermedad. Pero eso es lo que hace la vejez, nos quita toda nuestra vitalidad poco a poca hasta que un día ya no queda nada y volvemos a ser uno con la tierra.
Yuri le tenia gran afecto a su abuelo, desgraciadamente sus padres murieron cuando apenas era un niño, pero su abuelo lo crío y lo amo como su propio hijo. Realmente no le dolía el recordar a sus progenitores ya que con problemas recordaba unas cuantas cosas de su infancia. Estaba tan sumergido en sus pensamientos que sin darse cuenta ya estaba en el pórtico de su casa.
Yuri entro hecho mierda a la casa. Sin dudarlo más se fue desprendiendo de su ropa mientras iba subiendo las escaleras hacia su habitación. Primero por la camisa con un estampado de tigre de bengala, después sus botas favoritas de tono negro, seguido por unos pantalones del mismo color que se acoplaban perfectamente a sus glúteos, quedando de esta forma solamente con su ropa interior. Al llegar azotó la puerta con tal fuerza que hizo que una pequeña figura de un gato cayera el piso. Sin darse cuenta piso la figura, fue tal el dolor que le ocasionó que cayó en su cama con unas lagrimas escapando de sus ojos verdes.
-¡Hijo de pu...!- Yuri no termino su maldición ya que en un giro brusco sobre su cama se dio un golpe en la cabeza que hasta vio estrellas. Rendido ante su mala suerte, simplemente se volteo boca arriba y contemplo aquel blanco techo pensando en el día de mañana; su jefe lo volvería a regañar, otra vez tendría la mano de un desconocido en su trasero mientras le servía el café a una mesa y el maldito e insoportable calor de verano. Ante estos pensamientos, cerro los ojos y se dejo llevar por el cansancio sumergiéndose en un profundo sueño.
En su sueño corría tan rápido que pensaba que de un momento a otro su cara estaría estampada contra el suelo. Podía sentir las ramas de los arboles golpear contra sus hombros y brazos, el caluroso aire golpear contra su cara, pero lo que más le llamo la atención fue el sentimiento de algo tibio y cálido en su mano.
-¡Rápido cerdo, o nos encontrarán!- gritaba mientras apretaba más su agarre y aceleraba. ¿Cerdo? El no conocía a nadie llamado cerdo, tal vez era un nuevo nombre para un menú en la cafetería, ante la duda decidió voltear su cabeza para ver con quien hablaba. Sin embargo antes de siquiera girar para comprobar, pudo sentir algo, algo que estaba sucediendo en el mundo real y no en su sueño. No sabia si era el calor o sus hormonas de adolescente caliente lo que provocaban esa extraña sensación en su fiel y gran amigo. Simplemente lo ignoró e intento volver a dormir, pero la maldita sensación no se iba, y peor aun, ¡¡¡cada vez era más intensa!!! Era como si alguien se estuviese restregando en su parte baja, debía admitir que se sentía bien.
-Yurio, Yurio , despierta...- fue una voz cantarina lo que le hizo abrir sus ojos como platos y mirar a todas direcciones hasta encontrarse con unos ojos color chocolate intenso que se encontraba encima suyo, más específicamente en su regazo. El dueño de estos hermosos ojos era un chico de cabellos negros y de tez morena, vestido con unas bermudas blancas acompañadas de una camisa sin mangas, tenia un lazo color azul amarrado alrededor del cuellos de la camisa.
-Buenos días Yurio.....- Le dijo la extraña presencia con una sonrisa, que iba de oreja a oreja, al darse cuenta que Yuri estaba despierto.
Era oficial, debía tomarse unas buenas vacaciones.
Este es básicamente mi primer fic. Realmente no soy buena en esto pero planeo ir mejorando conforme al tiempo y la practica. Si llegaste hasta aquí quisiera agradecerte por leer <3 En este fic Yuri tiene 17 años al igual que los demás personajes principales que irán apareciendo conforme avanza la historia (Otabek, Viktor, Chris y Pichit).
Quisiera agradecerle a mi beta por la hermosa portada que me hizo, gracias bebé, nunca cambies. Y recuerda, no importa el tamaño de la varita sino la habilidad del mago(?
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Donde las Rosas Nacen
FanfictionKatsuki Yuuri desapareció hace 7 años. Misteriosamente, Yuri Plisetsky no recuerda nada acerca de este hecho y mucho menos a Yuuri. Solían ser grandes amigos e incluso tenían una base secreta donde pasaban la mayor parte del tiempo junto con otros n...