Capítulo 1
El viento me echaba el pelo a la cara y no veía apenas por donde iba, caminaba rápido esquivando señoras y farolas, intentando esquivar a un señor alto con un sombrero y bastón tropecé y caí en la acera, como llevaba los libros en la mano paré el golpe con la mejilla, me levanté rápidamente en un torpe intento de disimular mi caída, noté como las mejillas se me sonrojaban y seguí caminando con la cabeza agachada.
Siempre estoy llegando tarde a todas partes, encima soy muy torpe y al menos me caigo al suelo una vez al día, es algo que no puedo evitar y algo de lo que me avergüenzo. Era el primer día después de las vacaciones de navidad y yo había perdido el autobús por lo que tuve que bajar andando, llegué al instituto con quince minutos de retraso y eso que había ido lo más rápido que mis piernas doloridas me permitían. Subí rápidamente los escalones de la entrada no sin antes tropezar con mi propio pie, salí al patio y giré a la izquierda, con la mirada iba buscando a algún compañero regazado que se hubiese quedado en el patio pero ya no había nadie. Piqué a la puerta azul con un letrero amarillo que traía “Desdoble”, entré y me senté en mi sitio de la segunda fila.
-¿Qué excusa nos traes hoy Lucía?-me preguntó mi profesora de Francés-
-Perdí el autobús-dije en voz baja mientras notaba que mis mejillas volvían a ponerse de color rojo-
-Esperaba que fueses capaz de llegar temprano el primer día después de estas largas vacaciones pero ya veo que es imposible…bueno al menos habrás hecho los deberes ¿verdad?- antes de que llegase a acabar la frase recordé que me los había dejado en casa, encima de la mesa de la cocina, mis mejillas se encendieron de nuevo y bajé lentamente la mirada hacia mis manos-
-La verdad es que me los dejé en casa, pero los hice se lo puedo asegurar- hice un leve intento de que mi voz pareciese firme y mi mirada segura pero más bien fue todo lo contrario-
Ni si quiera se molestó en contestarme y siguió con la lección que ya había empezado, el imperfecto, se supone que es algo que se da en tercero pero tenemos un nivel tan bajo que apenas no sabemos los colores. Saqué el libro de la mochila junto con el archivador y el estuche, lo coloqué todo sobre la mesa lentamente calculando el espacio para que me entrase todo y aún me sobrase espacio para escribir, sin querer le pegué un empujón al estuche y todos mis bolígrafos se quedaron tirados por el suelo. Lentamente me agache para recogerlos y cerré el estuche.
-Bueno ¿qué tal el primer día? ¿Un poco de sueño eh?- le dije sonriendo a mi mejor amiga Bella que se sentaba a mi derecha-
-Como todos supongo…Francés a primera es matador ya sabes-dijo entre suspiros, se notaba que estaba medio dormida por sus ojos, aún medio cerrados detrás de las gafas de montura azul-
Bella y yo somos bastante parecidas a mi parecer. Las dos tenemos el pelo castaño liso, aun que ella bastante más largo que yo, tiene los ojos verdes y grandes y la piel morena, lleva gafas y es bastante delgada, mientras que yo tengo los ojos negros y la piel más bien blanca, necesito gafas aun que nunca las pongo y le saco unos kilos, pero en la forma de ser nos parecíamos más de lo que aparentábamos, era mi mejor amiga desde hace unos años pero no éramos de esa clase de mejores amigas que necesitan estar hablando todo el día y sabiendo donde está la otra en cualquier momento, nosotras hablábamos más bien poco, excepto cuando estábamos en clase, nos contábamos las cosas que decidíamos que la otra debería saber y nos pedíamos opinión sobre las cosas, pero a pesar de eso teníamos un fuerte vínculo.
-Lo sé, deberían de pensar más en nosotros a la hora de decidir los horarios, oye ¿me dejas el bolígrafo rosa? Este trimestre tendré la libreta curiosa-dije entre risas, tanto ella como yo sabíamos que lo de tener curiosa la libreta sería las primeras semanas luego volvería a ser el desastre de antes lleno de tachones, anotaciones y dibujos en el margen.
