Había una hermosa luna, cuarto menguante, su leve luz iluminaba apenas la habitación, Harry dormía con una sonrisa en su dulce cara, sus horribles gafas estaban en la mesita de noche. Hedwig me ululó curiosa, estaba en su jaula, le di una golosina, esa lechuza era uno de los pocos animales que no me temía, sin embargo, no se me acercaba por cuenta propia; generalmente los animales tienden a huir de mí.
Me di una ducha un poco más larga de lo que acostumbro. Estaba nervioso, y no era propio en mí.
Los últimos días habíamos pasado un tiempo agradable, Severus y Remus dejaron de darnos asesorías desde hacía una semana atrás, con la excusa que al fin de cuentas estábamos de vacaciones y debíamos disfrutarlas. Para mí todo esto en realidad eran vacaciones, forzadas, pero lo eran.
Los gemelos se lo tomaron muy apacho. Toda la semana nos sacaban a Harry y a mí a pasear por el mundo muggle; llegamos asistir a obras de teatro en donde eran tan espectaculares que los cuatro nos quedábamos mudos, entre las luces el humo, las canciones y las actuaciones, y ni hablemos de esos vestuarios tan estrafalarios y detallados. A cines con el sonido que me sorprendió, las imágenes y los efectos eran fascinantes-aunque muchas peleas eran tan falsas- e incluso fuimos a un par de conciertos –lo más ruidoso que en mi vida habido-.
Severus y Sirius, estaban siempre al regresar a casa, esperándonos en el living o el comedor con una comida suntuosa. Casi siempre les comprobamos algo, aunque más bien Harry les compraba algo.
Harry acomodaba las ultimas cosas en su baúl, el mío estaba a su izquierda, terminado, estaba alucinando. Nunca fui a una escuela.
Una cosa eran las asesorías. Pero una escuela, niños, un instituto al que ir para obtener aprendizajes. Como, ¡como un niño normal!
—Gaara ¿estás bien? Estaba ansioso, tenía una sonrisa de felicidad que no podía ser capaz de disimular. Ya quiero mostrarte todo el colegio, será grandioso. Suspire tenía que tranquilizarme, no era el yo de antes, esos niños no serán los mismos que me temían.
—Lo será. Harry estaba indudablemente feliz por volver.
Me adelante al comedor, las cosas estaban listas, solo teníamos que tomar un desayuno un poco suntuoso antes de partir... ir al lugar donde estaríamos un par de meses encerrados. ¿Cómo aguantaban?
Antes de llegar al comedor, se escuchaba la completa conmoción, que había dentro. Para mi desgracia todos los que se fueron en su momento volvieron ese día. La voz de la señora Weasley se alzaba de entre el barullo, dando órdenes a la manada que tenía por hijos.
Tome unos huevos revueltos y una taza de té ooulong, Sirius tarareaba con su taza de café, no parecía deprimido, lo cual de cierta manera era raro, aunque si ignoraba indiscriminadamente las ordenes de la matriarca pelirroja.
Igualmente estaba la pelos de chicle, que no entendía su utilidad, en sí no era una mala persona, pero su torpeza era desastrosa, quizás solo necesitaría esforzarse mejor en su entrenamiento, cualquiera que fuera este.
Ron y Ginny, después de un par de minutos se pusieron hablar con Sirius, el hombre aunque reticente, les llego a contar a grandes rasgos lo que en realidad hacíamos. Ambos en realidad se les hizo aburrido y desistieron en saber. Después de todo, resumidas cuentas solo estudiábamos y teníamos tardes de juegos dentro de la mansión.
Luego de un par de minutos Hermione entro al comedor con Crookshanks retorciéndose en sus brazos, detrás de la maraña de cabello que era la chica entro Harry, ahora parecía un poco exasperado.
Se sentó conmigo y rápidamente devoro un par de tostadas. Ron y Ginny, le cuestionaron casi con las mismas preguntas con las que habían cuestionado a Sirius, para su desfortuna obtuvieron las mismas respuestas.
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Hominum
FanfictionLa vida de Gaara siendo el actual Kazekage era mucho mejor de lo que muchos que le conocieron hubieran creído. Sin embargo, su perfecta vida da un giro total al despertarse, justamente frente al "Número 12 de Grimmauld Place". Advertencias. Esta his...