Lo que nunca podré decirte.

2K 68 25
                                    

Todo comenzó exactamente en un momento que no puedo recordar.
Tampoco recuerdo qué pensé de ti la primera vez que te vi, ni siquiera sabría decir si realmente algo pasaba por mi mente, y sé que nunca tendré la respuesta a ello. Pero recuerdo perfectamente ese momento, en el que decidí que serías la única persona que tendría permitido arruinar mi vida.

Ahora es cuando las palabras comienzan a cobrar sentido, junto con esos dichos tan populares de hoy en día, como no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, pero yo nunca te tuve, nunca te perdí.

Sin embargo, cada día se ha convertido en costumbre el sentir que te pierdo un poco más, aunque sé que nunca estuviste ahí y nunca vas a estarlo.
Escribo lo que nunca podré decirte, ahora que mis palabras están llenas de sentimiento, ya que espero que en un tiempo, ­—no importa cuán corto o largo sea— éstas no tengan sentido y se conviertan en algo menos que un recuerdo, sólo palabras vacías.

Llegas a un punto en la vida, en el cual te cansas de que todo sea tan rutinario y debes elegir un camino, donde estas hasta el borde de tus emociones y de lo que crees posible. Tienes dos opciones: hacer eso que estás pensando o no hacerlo.

Si no lo haces, te arrepentirás el resto de tu vida, pero si lo haces, posiblemente el resultado sea el mismo, así que ¿cuál es el punto?, no importa qué camino tomar si el destino será el mismo.
Entre las cosas que nunca podré decirte, se encuentra cada recuerdo nítido que tengo sobre ti, que en su momento no significaron nada, pero ahora que ha pasado el tiempo se han convertido en algo tan valioso e irrepetible.

Mientras tú sonríes, yo me resigno a la realidad, he dejado de vivir en las nubes ¿sabes?, ahora me he dedicado a no despegar los pies de la tierra otra vez.
Fingir que no existes cuando en realidad tu ausencia la siento tanto como el respirar, se ha convertido en una de mis especialidades, y esperar a que me necesites ahora es un estilo de vida.

Detesto que me mires justamente cuando yo te estaba mirando, eso provoca que tenga que desviar mi mirada hacia otra parte y no poder observarte un segundo más. Pocas veces me sonríes, podría contarlas con los dedos de una mano, pero noto cuando sonríes a los demás, bajo tus ojos se forman unas pequeñas marcas que podría asegurar nadie más las ha notado.

Pocas veces me hablas por mi nombre, pero cuando lo haces provocas que tenga insomnio durante una noche entera, convirtiendo esos dos segundos en ocho horas nocturnas.
Siempre me despierto con horas de anticipación, quiero estar presentable y que por primera vez en tu vida me notes, me observes de verdad, pero creo que hago algo mal, porque lo único que obtengo es una mirada indiferente.

Te espero, siempre te espero; desde esa vez en la que coincidimos en el autobús, desde entonces mi corazón palpita con fuerza cada vez que el autobús se detiene exactamente ahí, pero nunca estás, la puntualidad nunca ha sido tu fuerte, aunque podría asegurar que si sintieras lo mismo, despertarías antes sólo para encontrarte conmigo.

Las veces que has intentado hablar conmigo lo he estropeado magníficamente, y en las que he tratado de remendarlo y armarme de valor para hablarte, me has intimidado con tu mirada.

Entre las cosas que nunca podría decirte es que estaré aquí, no sé por cuánto tiempo, así como puedo irme en un par de años, igual puedo irme el día de mañana, sólo espero que si llegas a cambiar de parecer, no sea demasiado tarde.

Porque yo soy de esas personas que una vez que deciden seguir avanzando, tienen prohibido mirar hacia atrás.

Y tú te habrás quedado atrás.
Donde ya no puedo mirar.

Lo que nunca podré decirte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora