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Llegaba a casa después de dejar a Oswaldo en el aeropuerto, en unos días lo alcanzaría para apoyarlo en el partido contra Irlanda.

Abrí el portón de la casa para meter el coche. Ya adentró tome mi bolsa y baje, cuando iba a abrir la puerta está estaba abierta, seguramente Carlos había venido y no cerró la puerta.

-Carlos ¿estas aquí?- No recibí respuesta en cambio, una mano cubrió mi boca impidiéndome gritar.

-¿Me extrañaste nena? Porque yo sí y no te imaginas las ganas que tengo de estar contigo otra vez.

-¿Que haces aquí Saúl?- Estaba tratando de portarme indiferente, no quería que notara lo nerviosa que estaba por tenerlo detrás de mi.

-Vine por lo que es mío- Con una mano me tenía sujeta de la cintura y la otra iba de arriba a abajo en mi brazo.

-Debes irte, esto no está bien- Trate de soltarme pero no podía, maldito ejercicio.

-No cariño, yo no me voy de aquí sin lo que quiero, agradezco que ya no cargues con el hijo de Oswaldo, no hubiera querido hacerle daño- Su respuesta me cayo como baldé de agua fría, mi hijo. Después de decirme eso su agarre se soltó un poco.

-De mi no tendrás nada así que puedes irte.

-¿Quieres que pase lo mismo de la última noche que estuvimos juntos? No me importaría hacerlo con tal de tenerme debajo de mi- Ya no aguanté mas, me solté y lo vi de frente.

-Eres un maldito Saúl, déjame sola, no entiendes que no te quiero ver más, me hiciste demasiado daño y ahora vienes como sí nada, agradeciendo que haya perdido a mi hijo para que me acueste contigo.  y veté- Un suspiro frustrado salió de su parte y bajo la mirada.

-Está bien, me voy pero esto no termina aquí.

Lo vi salir de la casa, estaba tan triste. No tenía a Oswaldo aquí conmigo y Saúl sólo vino a recordarme que mi hijo se fue.

Mi pequeño Santi, no entendía que había pasado, un mes antes estaba bien y al siguiente mes estaba despidiéndome de el. Me hacia tanta falta.

El timbre sonó, fui a abrir y era Xime, una chica que conocí en la semifinal.

-Hola Xime, pasa- Me quite de la puerta y la deje pasar.

-Hola, perdón que llegue preguntando esto pero ¿quién era el chico que iba saliendo de aquí?- Oh no, lo había visto.

-Era Saul, mi ex.

-El que te...

-Si, era el

Su cara lo decía todo, ella no sabía todo lo que había pasado con el. La tarde se pasó en platicar sobre lo que paso con el y hablar sobre nosotras.

-Oye Xime, ¿te puedo preguntar algo?

-Claro.

-¿Te gusta mi primo?- Sus mejillas se sonrojaron, definitivamente le gustaba.

-Es muy lindo.

-Es bueno saberlo, porque tu a el le gustas- Carlos era tímido con las chicas así que yo era su cupido.

-Yo, tengo que irme- Xime tomo sus cosas y se fue hacia la puerta.

-Llamalo, le va a alegrar escucharte.

-Adiós Paola.

Volvía a estar sola, mañana prepararía mis maletas y un día después viajaría.

Fui a mi cuarto, cerré las cortinas y me puse la pijama. Mi celular sonó, la pantalla mostraba la foto de la final, era Oswaldo.

Hablé con el durante un rato, me contaba sobre su llegada, lo mucho que extrañaba la selección y que me extrañaba. No le contaría sobre Saul, aún no.

Colgué y me fui a dormir, quería olvidar el mal rato de la tarde aunque sería imposible.

•Instagram• Oswaldo Alanis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora