POV Luna.
Giraba, deslizaba y movía mis manos al ritmo de mis patines.
Hace tanto no patinaba y ya me había olvidado de la gran terapia que hacía el patín conmigo.Patinaba mis penas, mis alegrías, mis planes, mi furia, mi todo y por eso era la mejor, porque a diferencia de todos, yo tenía penas, yo tenía dolor. Cuando patinaba transmitía el dolor a la gente y cuando lo hacía por euforia o alegría, la gente se exaltaba, pues no hay alegría más pura y sincera que la de alguien que casi no cuenta con ella.
Por el simple hecho de que nunca valoramos lo que tenemos cuando lo tenemos.
La gente no valora la alegría con la que amanece cada día, porque sabe que al día siguiente esa alegría va a estar con ellos, pero para los desafortunados como yo, el destino nunca está asegurado, hoy te duermes con lágrimas y sollozos a flor de piel y mañana despiertas en una alegría más grande que la pena, o puede ser al revés, nunca se sabe.
Cuando patinó, siento y hago que la gente sienta, es mi pasión y por eso logró hacer estremecer a la gente.
Di un giro y acabé en mi pose final, entonces unos aplausos me sacaron de mis pensamientos.
— Patinas hermoso. — me sonrió desde atrás de la reja que separa la pista de los asientos para espectadores. — Ahora que te veo así, no entiendo cómo pudieron poner a Ambar en tú lugar. — se acercó patinando a mi. — Me transportas, Luna.
— Gracias, Simon. — forcé una sonrisa.
— ¿Patinamos? Extraño patinar con alguien como tú. — acercó su mano a mi mejilla.
— Tengo que regresar, a la mansión. — me aleje un poco de el. — Es tarde.
— ¿Recuerdas cuando nos conocimos? — recordó y mis ojos se iluminaron, nunca iba a olvidar ese día.
— Claro que si, llegue al roller y aunque ya sabía algo básico de patín, el roller me enseñó todo lo que se, por primera vez pude desahogarme con algo, pude sacar todo y...— suspiré. — tú me ayudaste desde el primer día. — lo miré. — Pero cambiaste, sinceramente no sé que te pasó. — si Simon me amaba tanto como decía, esto lo lastimaría y sinceramente, quiero lastimarlo, quiero que sienta el dolor apuñalado su cuerpo como yo lo siento.
— No digas eso, siempre estaré contigo, yo te ...
— No. — lo interrumpí. — No, cuantas veces me consolaste en mi cama, mientras me prometías cosas que nunca cumpliste, cuando prometiste no lastimarme, quedarte conmigo, cuando me dijiste que me entendías, — sus ojos se encontraban llenos de lágrimas, pero ya no importaba, quiero verlo llorar, quiero verlo mal. — cuando prometiste nunca cambiarme y sin embargo, al final de la competencia entre pistas, me dejaste sola, me cambiaste, me heriste y me abandonaste, no cumpliste nada de lo que prometiste. — negué con la cabeza. — Ojalá nunca te pase lo mismo. — y en verdad lo deseaba. Si quería que sufriera pero lo que me pasa a mí no se lo deseo a nadie, ni a él.
— Luna, soy un ser humano me puedo equivocar.
— Conmigo no, conmigo los errores no están permitidos. — recalque mi posición. — Que tengas buena noche, adiós. — patiné fuera de la pista y me dirigí a los lockers.
Llegando a los lockers me quite los patines y me dirigí a donde estaba Nico, se los entregue y después de un "Gracias" y de un"No hay problema, cuando necesites rentar otros patines dime". Si había rentado unos patines pues no tenía unos debido al mal carácter de Sharon.
Después de eso, me retiré a ponerme mi calzado y colgar mi mochila en los hombros.Caminaba por las solitarias calles de Argentina con mis audífonos y una canción cualquiera, mientras deseaba no llegar a aquella mansión, tenía miedo de entrar y que Sharon ya hubiese llegado, me reclamara por llegar tarde y quizás me abofeteara un par de veces.
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• Galaxias Paralelas •
Fanfic«Fuiste un pequeño rayo de sol que iluminó mi vida de la manera más hermosa y sincera. Después, te apagaste y jamás volví a sentir tú calor.» Obra original de LittleBunnyGxrl, nos se aceptan copias, adaptación o lo que sea sin previa consulta Se or...