Y pensar que en tus brazos sentía las 10 maravillas del mundo, las infinitas sensaciones en un trance profundo, sentía como nunca me había sentido y ya hoy, solo siento una nada en el olvido...
Fuiste... Fuiste y serás un olvido, como eres en las mañanas en mi café, en las tardes cerca de la mesa del te y en las noches al recorrer las memorias sin fe...
Te escribía miles de poemas, mientras hoy no te escribo ni un "hola" ni un "de veras"... Eras alucinante y te veía en los más recónditos espacios de mi cabeza, sin embargo, fue un fracaso, duró tanto como lo propiciado, y tan poco como lo inesperado... No te miento fui feliz, e infeliz cuando te vi correr a otros brazos, hasta quise romper tu retrato y ya hoy no lo veo a diario, quise expectativas diferentes y recibí decepciones indiferentes, me enfoqué en que podía hacerlo todo por los dos y no me fijaba que no podía hacer nada ni por mi mismo...
Que al final, se corto el camino, que era corto nuestro destino porque no sabemos cual fue la causa pero si la solución aunque fuese desesperación pero al final fue la separación y quizás no nos separamos por completo y rompimos lazos nocivos y algo sin motivos...
Y como escribí hace años, pensando en el balcón lleno de tus recuadros... "Que no es el amor que hace daño, sino como amamos, como nos mortificamos... Como las ansías dé alguien nos hacen crear que sentimos algo, que no es un sentimiento, sino un motivo complementario".
