Prólogo

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La noche era oscura, mientras un pequeño joven de trece años llamado Joshua corría por su vida. Su rostro estaba lleno de sangre que se escurría de forma asidua por todas sus facciones. No sabía si llorar, o tener miedo, al parecer el mundo se le iba en ese momento.

   ¿Había esperanza? Joshua no estaba muy seguro, sólo corría, sin muchas fuerzas, sin saber qué podía pasar más adelante. Mientras perdía sangre, su vista comenzó a fallar, el mundo daba vuelta, las cosas empezaban a tener una imagen borrosa.

   A Joshua se le acaban las fuerzas, así que cayó al suelo de una forma abrupta, y no sabía cuál dolor era más grande, el dolor físico, o el dolor que sentía por dentro, al saber que la cadena de su generación se repetía en él.

   Estando en el suelo, en un lugar oscuro donde no habían personas, quedó el joven adolescente, tal vez era sus últimos minutos de vida, pues, ya había perdido mucha sangre.

El Dolor que me llevó a tu CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora