Prisionera de la noche.

Capítulo 1.

La cuidad me acoge. Brillantes rectángulos tan altos que apenas puedo descifrar dónde terminan y dónde comienza el cielo. Me envuelven en sombras. Me esconden. Me sostienen. En este preciso momento, me siento segura aquí y no recuerdo la última vez que me sentí segura en algún lugar. El sol se pone sobre el horizonte oculto, pero no vuelvo al hotel. Nadie me espera ahí.
Los sonidos y aromas de este lugar son cono un mundo distinto. Huele a gente, a tanta gente. Estoy a costumbrada al olor del vacío, pero sería extraño en un lugar tan lleno. No, esta mas que lleno. Está bullendo de vida. El aroma del Rittenhouse Square llena el aire que me rodea, es verde y abundante. Estoy rodeada de millones de alientos que salen al mismo tiempo, rodeada de vida. Lo mejor que los padres hicieron por mi en la vida fue caer sin causarme muchos problemas. Al menos, solo tuve que escapar una vez. No estoy segura de que estén muertos, pero sin duda lo intenté. Y realmente no puedo pensar en eso ahora.
Mas bien, necesito vivir. Solo he conocido muerte y dolor; empaparme de vida se siente bien.
Cerrando los ojos, extendiendo mis brazos y el calor de la cuidad fluye a mi alrededor, fluye a través de mí. No hay mas dolor. No hay mas dedos que se entierran en mi piel, ansiosos de romperme otro hueso o de causar otro magullón en mi piel pálida. No hay mas ojos ni palabras crueles que revuelven mi mundo. Ahora están muriendo. Ahora están muertos.
Y no me arrepiento de lo que hice.