-¡Para!, exclamó ella con la voz entrecortada. Él no se inmutó y siguió golpeándola hasta que quedara inconsciente, sacó una pluma del bolsillo de su chaqueta y en el abdomen desnudo de aquella chica escribió: 'Con amor, Jean Paul''.
Tapé rápidamente el pequeño agujero con el viejo cuadro desgastado con el que solía hacerlo, apagué el cigarrillo y salí al balcón, en el balcón contiguo estaba él, sudado y un poco agitado, me miró mientras se guardaba el plumero.
-¿Qué tal vecino?, pregunté con una sonrisa fingida pero certera.
-De maravilla, respondió. Sabe usted vecino, me ha pasado algo de lo más extraño hoy, me he topado con una hermosa chica al salir de mi oficina y al mirarla me ha sonreído, me ha resultado extraño, como podía ser yo agradable a la vista de semejante mujer, ¡yo!, un viejo regordete con cara infantil, dijo entre carcajadas.
-Ya sabrá usted como son las mujeres de ahora. Le sonreí, y me metí de nuevo a mi cuarto, juro que quería matarlo y a la vez no, quería hacerle todo lo que le ha hecho a esas pobres chicas pero mi líbido es más fuerte, mi extraño fetiche no me permitía ver las atrocidades que él cometía y que para mí eran el mayor de los placeres, quien lo diría, un año más tarde yo estaría en la cárcel y él en el cementerio.
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Al son de tus lamentos.
Mystery / ThrillerUn amor pueril, un fetiche, muchos asesinatos.