Estuvimos un rato paseando por el bosque. Llegamos a un prado lleno de flores.
-Que bonitas las flores. – dije observando todo el lugar.
-Pero no más que tú. – dije abrazándome por detrás y depositando un beso en mi cuello. Después me giré para quedar cara a cara.
-No mientas, sabes la historia de Pinocho, no? Si mientes te crecerá la nariz, y a mí ya me gusta como la tienes. – dije tocándosela con mi dedo.
-No me va a crecer, porque estoy diciendo la verdad. Eres muy guapa. – beso mis labios.
-Te quiero… ojalá no te tuvieras que ir a finales de semana… - dije agachando mi cabeza.
-Ei, ei… - dijo levantándome la cara con sus dedos. – que me tenga que ir de aquí, no significa que no nos vayamos a ver más… lo nuestro no es solo un aventurita de finales de verano si eso es lo que te tiene preocupada…
-Pero… después de este sábado será más difícil vernos, y además tu eres adictivo… una vez te enganchas no puedes separarte…
-Jaja, tranquila, los fines de semana puedo enviarte billetes de avión para que vengas si yo no puedo venir, o cosas así… la distancia no es problema. Y no te quiero ver preocupada, quiero que estos días, disfrutemos el uno del otro.
-Vale, disfrutemos. – me mordí el labio inferior.
-No hagas eso…
-El que? – volví a repetir la acción. – No querías que disfrutáramos? Pues me gusta provocarte…
-Con que esas tenemos, eh! – Me apretó más a su cuerpo. Se estaba acercando para besarme. Cerré mis ojos para disfrutar más del momento. Sentía su respiración cerca, muy cerca, amaba esa sensación de deseo que se creaba dentro de mi cuando lo tenía así de cerca. Pero de pronto, sus manos empezaron a hacerme cosquillas.
-Jajana, para! Justin! – me separé de él. Pero él se volvió a acercar y siguió con las cosquillas. – No, no! En serio para… jajaja! – ahora sí que me separé de él y empecé a correr por el prado lleno de flores. Él me seguía, y seguramente no tardaría mucho en atraparme.
Narra Justin:
Cuando ella se mordió el labio, provocó que todas mis hormonas se volvieran locas, no sé cómo lo consigue, pero cada acción suya hace que algo en mi interior se active; no sé qué es eso, pero lo único que sé es que es la primera vez que me pasa eso cuando estoy junto a una chica. Hice la acción para acercarme y besarla. Estábamos a milímetros, sentía como su respiración comenzaba a agitarse. Entonces con un movimiento rápido, empecé a hacerle cosquillas. Ella reía mientras me decía que me detuviera. Se separó de mí; pero enseguida la volví a atrapar entre mis brazos y seguí con esa pequeña tortura.
Después, cuando se volvió a separar de mí, empezó a correr por el prado. Le deje unos segundos para dejarle un poco de tiempo para que escapara, y luego corrí tras ella. Minutos más tarde me encontraba encima de él. Al atraparla, había caído encima de ella, pero ya no le hacía cosquillas. Ahora tenía otra cosa en mente