Parte VII:El Valle De Las Brujas

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Erase una vez, una joven que trabajaba para una revista de ocultismo y fenómenos paranormales, esa joven soy yo y actualmente estoy investigando las misteriosas desapariciones, que ocurren en un pueblo llamado: La Caldera Del Diablo y las leyendas cuentan que son las brujas que viven en un valle, las que secuestran a los jóvenes para hacer horribles rituales.

Voy conduciendo por una carretera con montañas a ambos lados, cuyos altos picos desaparecían bajo las nubes. En un Cartel puedo leer: La caldera del diablo, cojo el desvío y a unos cuatro kilómetros entro en el pueblo de desérticas calles y bonitas casas con jardín a ambos lados de la calle y las paredes cubiertas de carteles con fotografías de personas desaparecidas , en cuyo margen superior se lee: desaparecido. Aparco el coche y me dirijo a una tienda esotérica cuyo nombre es: Viaje Astral y su dueña se llama Judith, con la cual he hablado por teléfono. Entro en la tienda y suenan unas campanillas que hay sobre la puerta, se respira un fuerte olor a incienso. Aparece Judith, , es una mujer joven , pelirroja, de nariz ganchuda y profundos ojos negros que se clavan en los míos, viste completamente de negro . En la tienda hay todo tipo de material esotérico, y animales disecados , como gatos negros, búho y cuervos. Me dice que la siga y entramos en una pequeña habitación iluminada por las velas negras de un candelabro hecho de calaveras humanas y las velas salen de los cráneos agujereados le pido permiso para grabar la conversación y ella acepta, por lo que pongo la grabadora encima de la mesa.

-Quiero que sepas, que corro un grave peligro, por decirte donde se ocultan las brujas, me va a costar la vida, estoy conectada a ellas saben todo lo que hago, digo y pienso. Pero quizás seas tú la única persona que puede conseguir pruebas tangibles sobre la existencia de las brujas y conseguir que la policía las detenga y así parar las desapariciones de los inocentes jóvenes que son utilizados en horribles rituales. Nunca me han perdonado que no me una a ellas, pero hay una diferencia, yo solo hago magia blanca . Yo las e intentado denunciar, pero a mi nadie me ha creido, quizás tu tengas mejor suerte.

Judith saca un mapa, el cual extiende sobre la mesa y con una pluma negra de ave, que moja en un tintero, me traza el recorrido que debo hacer desde el pueblo, atravesando el bosque, hasta el Valle De Las Brujas, me entrega el mapa y entonces empieza a sangrarle la cabeza, la sangre cae por su rostro.

--Están utilizando mi muñeco y le están clavando agujas.- Dice Judith

Sus ojos comienzan a hincharse como si fueran globos hasta reventar y de sus cuencas vacías, la sangre sale a borbotones, yo sigo en mi silla paralizada por el horror. De repente Judith comienza a arder, gritando mientras se consume en las llamas hasta morir. Logro reaccionar y con mi móvil llamo a emergencias, se presentan dos coches de policía y una ambulancia.

La agente de policía Ana me hace unas preguntas, yo le cuento lo sucedido y le pongo la grabadora, donde sale todo lo que me dijo Judith

- Yo no creo en brujas y lo único que se es que usted ha sido, la última persona que la ha visto con vida y debe acompañarnos a comisaria.-Dice la agente Ana.

una vez en comisaría, , me someten a un largo y duro interrogatorio, como si tuvieran la certeza de que yo era la asesina. Terminado el interrogatorio, me encierran en el calabozo por ser sospechosa de asesinato.

Al día siguiente me sueltan, porque el forense dictamino, que la causa de la muerte fue por una combustión espontanea, un fenómeno poco corriente, pero posible.

La agente Ana me aconsejo, que no me entrometiera en los casos de la policía, investigando las desapariciones por mi cuenta y que abandonara la búsqueda de brujas y volviera a mi casa.

Aunque tremendamente asustada tras presenciar la horrible y cruel muerte de Judith, decidí seguir con mi investigación e ir en busca de las brujas. Abandone el pueblo y me introduje en el bosque, tras un largo recorrido, la noche cae sobre mí, siento miedo en la soledad y silencio del bosque y tan solo iluminada por la luz de la luna llena y cuando ya creía que me había perdido, encontré El Valle De Las Brujas, el cual atravesaba un rio y en su orilla hay varia plantas alucinógenas que según las leyendas, eran tomadas por las brujas en los aquelarres, entre ellas puedo reconocer el estramonio, la belladona y la mandrágora. Me fijo en unas grandes ollas de barro, decido mirar en su interior y me horrorizo ante lo que veo, calaveras y huesos humanos, hirviendo en agua. Hago unas fotografías y cuando estoy a punto de irme, tras los arboles secos que rodean el valle y cuyas ramas apuntan al cielo, como si fueran manos humanas desesperadas por el sufrimiento pidiendo piedad a dios, tras esos árboles salen un centenar de mujeres completamente desnudas y todas ellas pelirrojas, con nariz ganchuda y ojos negros de profunda mirada. La mayoría de ellas parecían tener mas de cien años,, formaron un círculo alrededor de mi y avanzaban lentamente, una de las brujas, avanzo mas rápido, poniéndose frente a mí, la reconocí enseguida era Ana, la policía que me había interrogado, siendo la bruja más joven que había.

-Ya tienes lo que quieres una prueba tangible de que las brujas existimos.

Me acaricio la mejilla, me cogió entre sus largos y huesudos dedos un mechón de mi pelo pelirrojo y lo corto con unas tijeras.

Con este trozo de pelo y el muñeco que hare para ti, tengo mas que suficiente para matarte, haciéndote pasar antes por un largo tormento, clavándole agujas al muñeco y después hacerlo arder, como hice con la buena de Judith y eso sucederá , si le cuentas a alguien mi verdadera identidad o le dices a alguien donde esta este valle, ahora dame tu cámara de fotos y tu móvil no puedo permitir que nos fotografíes, vivimos entre vosotros como personas normales y nuestra verdadera identidad jamás puede ser descubierta. Ahora siéntate bajo un árbol comete esto y disfruta del espectáculo, tendrás suerte si sales de aquí con vida.

La obedecí, sentí miedo y un escalofrió recorrió mi cuerpo. Observe lo que la bruja me había dado para que me lo comiera, era una mandrágora inconfundible por la forma humana que tenia, me senté bajo un árbol y me la comí. Habrían pasado quince minutos desde que me comí la mandrágora cuando vi a las brujas mas ancianas sacar de sacos serpientes, sapos, ratas y murciélagos, todos ellos vivos y las echaban dentro de las ollas removiendo su contenido con huesos humanos. Dentro de una de las ollas, hervía un hombre vivo, cuyos desesperados gritos se perdían en el bosque que rodeaba el valle, el hombre se agarraba con sus manos al borde de la olla, haciendo esfuerzos para poder salir, pero una docena de brujas le golpeaban con huesos humanos las manos y la cabeza impidiéndole huir , una de las brujas le cogió la cabeza y se la hundió en el agua hirviendo, ella parecía no quemarse la mano, cuando soltó la cabeza del hombre esta salió a flote totalmente hervida y con los ojos derretidos, el hombre estaba ya muerto.

Las brujas mas ancianas, con cucharas hechas de huesos humanos, bebían, del brebaje que contenían las ollas, rejuveneciéndolas como si tuvieran veinte años, después algunas de ellas montaron en sus escobas a la luz de la luna llena. Otras bailaban con esqueletos haciendo que las manos les acariciaran los pechos y el sexo hasta llegar al orgasmo. Otra bruja mantenía una calavera entre sus pechos, la puso a la altura de su cara, la beso y saco la lengua lamiéndole la boca.

Después las brujas pintaron en el suelo el pentagrama del diablo con sangre, un fuerte olor a azufre se apodero del aire y se formó una densa niebla a través de la cual se podía entrever la aparición de un ser sosteniéndose sobre unas pezuñas, mientras iba desapareciendo la niebla pude contemplar con horror al mismísimo Satanás en forma de macho cabriolas brujas se arrodillaron frente a él, haciéndole una felación, las cogió entre sus pezuñas y las penetro con su gran pene, mientras ellas gemían hasta llegar al orgasmo, luego la soltaba y cogía a la siguiente y así hasta la última bruja, finalmente me señalo a mi, me desnudaron y me levaron ante él, me cogió entre sus pezuñas y me penetro con su gran pene, sentí placer y tuve el orgasmo más salvaje de mi vida, seguidamente me dejo caer suelo y me quede sumida en el mas profundo de mis sueños.

Desperté desnuda, cuando ya comenzaba a salir el sol. Las brujas se habían marchado, me vestí y me fui sin fotografías ni ninguna prueba de la existencia de brujas, no podría demostrar al mundo que existían. Lo único que podía hacer era escribir la experiencia que había tenido aquella noche. La mayoría de la gente creerían que eran alucinaciones producidas por la mandrágora que había comido. Sin embargo las desapariciones en el pueblo La Caldera Del Diablo seguirían ocurriendo yyo ya tenia nombre para mi artículo se llamaría El Valle De Las Brujas.

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