N-O-T-A: Este capítulo empezará con algo de KookMin. Puede que a algunas no les guste pero, vamos, es necesario.
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—¡Seremos padres, Kookie! —exclamó JiMin, sorprendiendo a todos los presentes.
JungKook recién había ingresado a la universidad, pero hacía unos cinco años que llevaba una estable y bella relación con Park JiMin, una de las personas más queridas de la escuela. Es más, eso era poco. ¡Media ciudad parecía amar a esa “bolita” —aunque debajo de toda esa ropa estuviese más marcado que... No sé, algo que se marca mucho— de ternura! Pocas personas, por no decir ninguna, se había resistido a los encantos de JiMin en toda su vida. Y JungKook no fue la excepción, pues quedó completamente cautivado por el muchacho cuando lo vio realizar como si nada aquel paso de baile que a él tanto le costaba.
Pero ahora, en aquella cena organizada por TaeHyung, el más joven de todos parecía estar viendo al más horrible de los engendros. Ya no había amor en su mirada, solo miedo y algo irreconocible. YoonGi pudo notarlo, por lo que tensó su mandíbula y se preparó para lo peor.
Si tenía que golpearlo, lo haría. Nadie hería a su adorado amigo, al cual conoció gracias a HoSeok; quien a su vez creó una bonita relación con el nalgón por las clases de baile, a las que asistía con mucha regularidad. Clases que compartían también con el niño rata. Curioso, pero no sorprendente.
¿Y TaeHyung? se preguntarán. Pues él siempre estuvo pegado a JiMin, crecieron juntos. Eran como “culo y calzón”, siempre estando uno para el otro. Una amistad muy bella para algunos, todo un bromance para otros.
Volviendo a JiMin y el bebé, todo se había vuelto incómodo. JungKook no hablaba, y el pelirrojo comenzaba a tener mucho miedo. Lo del embarazo —no pregunten cómo sucedió, ni ellos lo entienden— también lo tomó por sorpresa en su momento, pero pronto se había alegrado porque, vamos, ¡esperaba un hijo de quien más amaba! ¿Quién no estaría feliz de vivir una aventura como esa junto a tu primer y único novio?
Oh, esperen, sí hay una persona así.
Jeon JungKook.
Y es que el chico no se sentía preparado para tal responsabilidad, a pesar de que amaba a su novio. ¡Recién había dejado la secundaria! Era muy joven, ¿y qué es eso de embarazo? ¡Él mismo había visto que JiMin tenía pene —pequeño, pero tenía—, por eso no usó protección aquella vez! Todo parecía una mala jugada de Dios.
«¡Es porque soy gay, ¿verdad?!» se preguntó dramáticamente.
—¿Kook?
La dulce voz de su novio despertó a todos de su trance, volviéndolo el blanco de las miradas una vez más. Los ojos de Park brillaban con preocupación, y esa emoción que sólo alguien que esperaba un bebé podía tener. Un brillo lleno del más puro de los amores, el de una madre.
O padre, en todo caso.
—Yo... —miró a HoSeok, quién ya sonreía emocionado. Era tan bueno e inocente que ni siquiera imaginaba lo que su gran amigo haría a continuación—. Lo siento, no puedo. Simplemente... —se puso de pie y, en un momento, ya se encontraba en la puerta del departamento de su amigo. HoSeok ya no sonreía—, lo siento. Ese niño no es mío. No puede serlo. Tíralo, ponlo en adopción, lo que quieras. Pero yo no lo cuidaré.
Y sin decir más cerró la puerta con cuidado, pues aún respetaba la vivienda de TaeHyung. Corrió a su auto y abandonó el lugar a toda velocidad, sin escuchar cómo el chico que hace unos minutos decía amar se ahogaba en un mar de llanto. Sin saber que sus acciones no tenían retorno.
—JiMinnie... —TaeHyung abrazaba a su mejor amigo con fuerza, compartiendo sus lágrimas. Le dolía verlo a él, un chico sumamente amable, tierno y servicial, deformar su bello rostro por las lágrimas y los hipidos que escapaban de sus dulces labios. Sus mejillas ya estaban rojas y húmedas, al igual que sus pequeños ojos.
Casi podía sentir el dolor de su amigo, al que conocía más que a sí mismo. ¡Lo había ayudado a comprar su primera revista porno, por Dios! No había nada que no supieran del otro, por lo que no era extraño que su corazón se oprimiese de esa manera al tenerlo entre sus brazos, llorando como nunca. Sentía su dolor como si fuese propio.
HoSeok estaba en shock, y YoonGi no pudo culparlo. Él tampoco esperaba la reacción del menor, aunque sí esperaba que hiciese algo estúpido. Algo como, no sé, desmayarse o vomitar. Pero ciertamente nunca esperó que insinuase un orfanato, mucho menos un aborto. Tampoco esperaba que abandonase a JiMin así, ¿no se suponía que era responsable y de noble actuar? ¿Acaso no le juró amor eterno al chico cuya alma acaba de destrozar? Puras falsedades, eso era Jeon para YoonGi.
—Hyung... —detuvo sus pensamientos anti-JungKook's para centrar toda su atención en JiMin, quien lo miraba con ojos desolados y llenos de dolor aún en los brazos de su amigo. ¿Por qué lo miraba así?
—Ven aquí, bonito —en otro momento se hubiera regañado por llamarlo así, pero ya habría tiempo para eso más tarde. Ahora esa hermosa criatura lo necesitaba, y él no podía estar más feliz por aquello, aunque sonara algo cruel.
Si Jeon JungKook quería perder al ser más perfecto del mundo, adelante.
Si quería jugar con los sentimientos de alguien tan amable como lo era JiMin, pues bien.
Si quería dejar solo al fruto de lo que creía fue amor, de acuerdo.
Si no quería hacerse cargo de sus responsabilidades, perfecto.
Sin embargo, YoonGi esperaba que no se retractase de sus acciones. Jeon eligió herir a JiMin, pero eso no quería decir que él iba a permitir que ocurra otra vez.
Porque al sentir el cuerpo del chico contra su pecho, y sus pequeñas —y adorables— manos aferrándose a su camiseta ya húmeda por el llanto, supo que jamás iba a abandonarlo. Solo en ese momento se dio cuenta de lo mucho que significaba el menor para él, y lo mucho que le gustaba verlo sonreír.
Se esforzaría en hacer volver esa sonrisa, por una simple razón:
Ahora JiMin, su JiMin, lo necesitaba.
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Suga se dio cuenta que le tiene ganas al culón, pero lo hizo en un momento medio raro, ¿no?
Por otro lado, no sabía bien si poner a Kookie como “malo”, porque su carita de nene bien es impresionante. Pero J-Hope es aún menos creíble como malo, y de TaeTae ni hablar. RapMon es un ángel y Jinnie es demasiado fabuloso para andar preñando chicos, así que sólo había una opción.
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~Padrastro~
FanfictionADVERTENCIAS: Mpreg YoonGi no era el padre biológico del hijo de JiMin, pero poco le importaba. Fue él quien vio nacer al pequeño, quien acompañó a su adorable chico en esa montaña rusa emocional que fueron los primeros meses. Cuidó todos y cada uno...