Trick or treat? trick and treat!

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Escrito entre el 26 y 30 de marzo. Editado el 14 de junio. Reeditada el 30 de octubre y finalmente publicada.

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Jungkook era amigo de Taehyung desde el jardín de infantes, pero cabe decir que eso no siempre fue así.

Taehyung nunca olvidaría el tremendo regaño que le dio su madre a los cinco años cuando la mamá de Jungkook tocó a su puerta acusándolo de romper los muñecos de su hijo, y lo peor es que tenía toda la razón.

¿Por qué lo hizo?

Porque Taehyung simplemente odiaba esos tontos muñecos que el chico tanto amaba.

Pero lógicamente esto no le concedió la atención de Jungkook, sino que el efecto contrario. Pasaron meses hasta que Jungkook estuvo dispuesto a perdonarle y ser amigos, amistad que perdurara hasta la mayoría de edad de ambos. Edad en la que comenzaron a salir de noche, como casi todos los jóvenes hacen.

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Jungkook estaba sentado en la barra de un bar. El lugar era horrible y probablemente la pesadilla de toda madre, pero ¿Qué importaba? Tenía mesas de billar.

Estaba enfocado en el juego esperando a ver quien ganaba para poder jugar con él, sin poner mucha atención a su entorno. Supuso que por eso no notó cuando alguien se ubicó a su lado.

– ¿Jungkook? – Oyó una voz de chico, un tanto aguda.

Volteó en su dirección sin reconocer el sonido y mucho menos reconoció el rostro, o mejor dicho, los rostros.

Eran dos chicos que tenían casi la misma altura. Uno se veía serio y el otro le sonreía. El más alegre se aferraba del brazo del otro firmemente, como si soltarlo implicara riesgo de escape. El más serio sólo tenía sus manos en los bolsillos.

Sin duda llamaban la atención, puesto que no era habitual ver parejas gays en lugares así. Incluso si no lo fueran, eso era exactamente lo que parecían con sus brazos entrelazados. Su vestimenta no tenía nada de especial, pero nuevamente, era llamativo que eran casi iguales: Pantalones de jean negros con algunas roturas y las camisetas de ambos de color blanco, con la diferencia que el más serio tenía una capucha sobre su cabeza y la del sonriente la sutil silueta de una rosa color negro sobre el pecho, del lado izquierdo. El alegre tenía cabello de color naranja mientras que el otro de un verde opaco.

– Disculpa, ¿Nos conocemos? –Preguntó Jungkook con la mayor delicadeza que podía. El que le sonreía cambió su gesto por unos instantes en una mueca de sorpresa para luego intentar disimularlo, sonriendo nuevamente pero con cierta incomodidad.

– Te dije que no nos recordaría –habló entonces el más serio en un tono que solo ellos tres podrían haber oído. Jungkook detectó cierta frustración y reproche en sus palabras.

Su atención se desvió de ellos cuando notó que la partida que observaba antes se había terminado y, por lo tanto, era su turno. Los miró de nuevo intentando recordar, pero era inútil. Estaba seguro de nunca haberlos visto en la vida. Les hizo un leve saludo y fue directo a su juego.

Jungkook fue capaz de ignorar a esos dos y seguir jugando, pero cada vez que veía por el rabillo del ojo, ahí seguían. Sin apartarse el uno del otro.

Sintió un ligero alivio cuando Taehyung llegó, tarde como usualmente. Su amigo y él habían experimentado muchos cambios en esos años, siendo Taehyung apenas más alto que él y con una voz gruesa que llegaba a intimidar las veces que discutía con alguien. Su cabello era castaño y su tez un tanto más morena que la de su amigo. Jungkook era un poco más bajito, de cabello negro y facciones algo más delicadas que las del contrario, acompañado por su piel nivea.

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