Capítulo 3.- SIN TI TODO ANDA MAL

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A la mañana siguiente me desperté muy temprano. No quise levantarme para no hacer ruido y no despertar a Malú. Era la primera noche en su casa y no quería ser maleducada así que esperé hasta que se despertara. Pasada una media hora me sonó el móvil. Era Patri, la hermana de Manuel y una de mis mejores amigas. Me había mandado un whats app hacía unos días pero no lo había contestado, por lo que me mandó otro:

"Oye Alex, se lo que te hizo mi hermano y de verdad que lo siento, pero tía yo no tengo la culpa, no me parece justo que por que el sea un gilipollas a mi ya no me hables :( En serio, no me gustaría que dejáramos de ser tan amigas por su culpa, no se, piénsatelo y hablamos vale? te quiero."

Entonces me di cuenta de que tenía razón. No podía dejar de hablarle a mi mejor amiga por culpa de su hermano. De echo ella y yo ya éramos amigas antes de conocer a Manuel. Ella misma me lo presentó. Le contesté y le dije que ahora estaba pasando unos días en Madrid, pero que cuando volviera a Vigo la llamaría para que nos viéramos. 

Un rato después se levantó Malú y pasó por mi habitación a darme los buenos días.

-¡Buenos días Alex! ¿Qué tal has dormido?

-Buenos días-dije sonriendo- genial, esta cama es realmente cómoda.

-Me alegro- se rió- ¿Desayunamos?

-Claro- dije levantándome y poniéndome una chaqueta.

Aun no me lo podía creer. Todo esto estaba siendo un verdadero sueño.

Acabamos de desayunar y seguí mi rutina. Le dije a Malú que iba a ir al parque a tocar la guitarra. Ella tenía que ir a una sesión de fotos, así que mientras estuviera fuera tendría que buscar algo para entretenerme. 

Salí de la casa y empecé a andar. Realmente no sabía a donde iba. Aún no conocía del todo Madrid, pero a pesar de eso no tenía miedo a perderme. Por el camino me iba fijando en la gente. Había muchísimas personas corriendo de un lado para otro, muchos hablando por el móvil, otros presumiendo de ipads y tablets. En fin, había de todo. Aquello era un completo mar de gente. Encontré un parque después de un buen rato andando. Era precioso. Tenía muchísimas flores de distintos tipos y colores. Un estanque pequeñito con algunos patos y una gran fuente al lado. Realmente precioso. Me acomodé bajo un árbol y saqué mi guitarra. Era un buen momento para descargar las emociones que tenía encima. Empezaba a echar de menos a Manuel. O eso creía. Sentía como un pinchazo en el corazón. Me faltaba el. Solo de pensar que ya no lo volvería a ver más se me caía el alma al suelo. Sin el ya nada era lo mismo. Pero me hizo muchísimo daño, por lo que me mentalizaba una y otra vez que tenía que olvidarlo. Para siempre. Empecé a tocar una versión personalizada que había hecho de la canción "Te voy a olvidar" de Malú. Estaba cantando y la gente se iba acercando. No presté atención para no desconcentrarme. Acababa de empezar y ya me estaba emocionando. Poco a poco la fui sintiendo más y más, y acabé cantándola con lágrimas que corrían por mis mejillas. Al acabar me sentía genial. Como si hubiera liberado todo lo que llevaba dentro. La gente empezó a aplaudir, les había gustado. Algunos me echaban monedas. Me sentí realmente feliz. Seguí cantando un buen rato. No se cuantas canciones, pero en todas ellas me aplaudían. Eran como las 12 del mediodía y decidí irme ya. Tenía que buscar el camino de vuelta a la casa y eso me llevaría un rato. Por el camino me detuve ante un bar. Lo que me llamó la atención era que tenía un escenario. Decidí entrar y preguntar. Quien sabe, quizá me contrataban y podía trabajar allí cantando. Eso sería genial. 

Me dirigí al dueño y le pregunté.

-Disculpe, he visto que tienen un escenario. ¿Que tipo de actuaciones hacen?

-Sobre todo monólogos, nos gustaría rellenar con algo más pero por aquí no hay mucha gente que trabaje por un sueldo bajo.

-Yo lo haré-contesté con efusividad- Es decir, si usted me contratara y podría...

-¿De verdad? ¿Y qué tipo de monólogo quieres hacer?

-No,no. Yo no hago monólogos, sino que canto y toco la guitarra. 

-Ah! Pues haberlo dicho antes! Nos interesaría mucho una actuación musical. Claro que tendrías que venir una noche de prueba. 

-Por supuesto! ¿Qué días trabajaría? ¿Y cuando puedo venir a hacer la prueba?

-Si te parece puedes hacer la prueba hoy, y si eres buena trabajarás todos los días. ¿Te parece?

-Me encantaría. Esta noche me paso entonces. Muchas gracias!

Salí de allí con una sonrisa de oreja a oreja. Solo tendría que gustarle al público de esta noche y podría trabajar allí!

La verdad es que no era gran cosa, pero para empezar estaría bien. 

Llegué a la casa y Malú ya estaba allí. 

-Eh Alex, te has ido a algún parque de Vigo?-bromeó- ¿Dónde te has metido?

-Perdona, he estado mucho tiempo tocando. Se me acercó gente y todo.- sonreí orgullosa.

-Ah bueno, en ese caso no hay problema. Venga, vamos a comer. Espero que te guste, he hecho pollo. Y está muy bien hecho eh- se empezó a reír. La verdad es que su pollo se había quemado un poco, pero resultó gracioso. 

Comimos y mientras le fui contando lo sucedido en el bar. Prometió ir a verme esta noche, cosa que le agradecí. 

Esa tarde no hicimos nada. Nos quedamos en el salón, hablando. 

Eran más o menos las 8 de la tarde y decidí empezar a vestirme. Me puse esto:

La verdad es que yo era bastante pijilla. Sobre todo con la ropa. 

Malú tenía que ir de vestida normal y que casi no se la viera para pasar un poco desapercibida. Se puso esto:

La verdad es que esta chica, se pusiera lo que se pusiera iba monísima. 

Decidimos irnos ya. Cogió su coche y cuando llegamos procuramos aparcar en una zona lo menos visible que fuera posible. Entré yo primero y hablé con el dueño. Necesitábamos una zona para ella donde nadie la pudiera reconocer. Y por supuesto le pedí que no dijera nada. 

Empezó la actuación. Mis nervios eran máximos. Y aun peor sabiendo que esa actuación era la decisiva para saber si podría trabajar allí o no...

Finalmente todo salió genial. Me lo pasé en grande y la gente también. No canté más que 5 canciones, pero fue genial. Aquella sensación que me producía era única. Y que aun encima me viera mi ídola era mil veces mejor. El dueño del bar me dio el puesto. Todas las noches tocaría unas cuantas canciones. Qué feliz estaba.

Volvimos a casa y Malú quiso que nos quedáramos un rato tomando algo en su salón para celebrarlo. Estuvimos horas hablando de miles de cosas. Sentía que la conocía desde hacía muchísimo tiempo. Y cada minuto que pasaba con ella me gustaba más. Nos pusimos a bailar, haciendo tonterías, nos lo estábamos pasando en grande. De repente se tropezó con la esquina de la mesita que había en el centro del salón y calló encima de mi. La tenía tan cerca...

De repente, no sé como ni por qué, la besé. 

¿Qué estaba haciendo? ¿Estaba loca? Me va a echar de su casa! Dejará de hablarme! 

Me separé rápidamente de ella, cogí mi chaqueta y unos zapatos.

-Lo siento... mejor me voy.-y salí corriendo de la casa antes de que pudiera decirme nada.

THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora