Awake

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El la vio, acarició su rostro, la miró fijamente a sus ojos, en sus ojos tenía un brillo y le sonrió. Vio que ella no lo veía como el la miraba, la tristeza se le notaba en la mirada y por su mejilla cayó una lágrima. El no sabía que pasaba, sintió un fuego interno, levantó su mano para tocar su bella cara pero el fuego lo estaba consumiendo, sentía que no podía hacer nada pero debía hacer algo, ahora o nunca... 

Pero entonces despertó, ahí estaba, en esa misma habitación, más que una habitación de hospital psiquiátrico, parecía una celda de una cárcel. Miró la pared que estaba al lado de su cama y la golpeó con su puño con todas sus fuerzas y esbozo una leve sonrisa mientras veía como la sangre se quedó en la pared deslizándose lentamente a través de su sombra. 

Su habitación de 9m2, siempre se le hacía tan grande, debido a que esta tenía solo un par de cosas. Se levantó y se acercó a la pared contraria, su dedo se deslizó a través de ella, la miraba fijamente de arriba a abajo, estaba llena de marcas, tenía seis líneas una al lado de otra y una línea que las cruzaba entre si. Era su calendario, hizo una nueva marca en la pared y como usualmente lo hacía , contó los días, eran exactos 1095 días, se cumplían 3 años de su ingreso.

Entonces el sintió los pasos de una enfermera a través del pasillo, Andy se acostó rápidamente en su cama y fingió seguir durmiendo. Entonces ella se paro al frente de su "habitación", abrió la puerta y se acercó a Andy. Le tocó suavemente el hombro y le susurró al oído. 

-Despierte, le traje la medicina, además debemos bajar al comedor, a desayunar-. dijo con mucha suavidad. El no se movió pero ella supo que lo había oído. -Señor Anderson no me lo haga más difícil, no querrá que llame a los enfermeros del pasillo C-. 

-No hace falta señorita Julia-. respondió rápidamente Andy mientras se incorporaba, definitivamente no quería a esos enfermeros. 

Tomo sus medicinas y acto seguido ella salió de la habitación mientras Andy la acompañaba a unos metros de distancia, tal como las reglas del hospital "Roundarz" especificaban. Llegaron al comedor y el se sentó en su puesto de siempre, a la esquina del comedor que daba con una ventana con vista al patio. Alzó la vista y vio todos los pacientes del lugar, en la mesa de al lado vio el grupo de George y Randall, eran 6 personas y no hacían más que jugar ajedrez todo el día, un poco más allá estaba el viejo Paul, solitario como siempre. 

Pero entonces vio que alguien bajaba las escaleras que daban a las habitaciones y no reconoció su rostro. Estaba claro que era un paciente nuevo. Aunque siendo francos a el no le interesaba mucho los demás pacientes, no tenia ningún amigo allí. 

Andy intercambiaba su mirada entre su comida y el paciente nuevo, este ultimo parecía hacer lo mismo, aunque procuraba que Anderson no se diera cuenta que lo miraba, así se mantuvo durante todo el desayuno, hasta que terminó de comer y fue a dejar su bandeja. 

Mientras caminaba vio que el paciente nuevo lo observaba fijamente a solo 5 metros de Andy, este sintió que un escalofrío le recorrió la espalda, tenía una mirada tan penetrante, tan, ¿Distinta? , algo en su interior le hizo pensar que este paciente era diferente a los otros que habían allí, no vio una mirada perdida como tenia la mayoría de allí, el no tenía una mirada de una persona "loca", de hecho parecia la persona mas cuerda del lugar, incluso más que Andy.

Salieron al patio donde los dejaban tomar aire y jugar ping pong junto a todos los pacientes de su pasillo A, Andy como siempre prefirió la segunda opción, haciendo honor a su apodo en el lugar "paleta dorada" era su gran debilidad. 

Como todos los días venció a todos y cada uno de los jugadores, fue un tramite bastante rapido, para el ya era algo común hacerlo, entonces mientras vencía al viejo Paul vio que el paciente nuevo se acercaba lentamente a la mesa. 

-¿Puedo jugar?-. dijo con una voz ruda y una leve sonrisa en el rostro. 

-Vienes llegando y ya jodes-. respondió el viejo Paul mientras le lanzó la paleta, algo usual en la personalidad de este paciente, este la tomó e inmediatamente le miró a los ojos de Andy, sin darle importancia al viejo Paul. 

Todos miraban el juego, querían ver si por fin alguien podría quitarle el puesto a Paleta Dorada y para sorpresa hubo uno de los mejores partidos de ping pong en el hospital Roundarz, una competencia increíble, ambos tenían que moverse por al rededor de la mesa para evitar que no les marcaran un punto, pero la calidad de "Paleta Dorada" estuvo a la altura, venciendo 7-6 al chico nuevo, estuvo a solo un punto de hacerlo, mas cerca que ninguna otra persona del lugar.

-Buen juego-. esbozó Paleta dorada mientras sonreía al chico nuevo. 

 Andy dejó la paleta en la mesa y se fue a sentar al césped, ya había jugado bastante por hoy. Sintió un dolor muy fuerte en su cabeza, tuvo que lidiar con el durante todo el partido, pero ahora se intensifico mucho mas, cerró los ojos pero el no entendía como la imagen aún no salía de su cabeza, a pesar de tanto tiempo que había pasado, entonces se recostó sobre el césped y recién pudo calmar un poco el dolor, era la única forma que el conocía para hacerlo, se volvio a sentar, pero entonces sintió que alguien se sentaba a su lado.

¿Que hago aqui?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora