¡Qué dices! ¿Verdad o reto?

¡Todo por amor!

Hermano, ¿qué le pasó a Jou? ¿Lo llevaremos a su casa?- Mokuba se acerca a mirar a Jou, notó que estaba en un sueño bastante profundo.
Al avanzar la limosina el atardecer ya estaba llegando a su fin, pasaron muchas horas encerrados y algo lógico es que cuando Tristán sale con Ryou se sorprendan al ver el fin del atardecer. Caminan hacia el parque que no quedaba muy lejos de ahí, hubo un silencio incomodo, Ryou estaba muy incómodo don Tristán pero tenía que aclarar las cosas.

-Ryou, ¿pensarás en mi oportunidad que te pido?-Tristán camina unos pasos adelante de Ryou, Ryou se detiene en seco y agacha la cabeza, Tristán nota este detalle en Ryou y regresa con él.-no lo pensarás ¿o sí?.

-No Tristán no lo pensare, eso nunca se dará, tal vez tú intentes darme todo pero yo no seré capaz de hacerte feliz, solamente te quiero como mi gran amigo que eres.

-¿Por qué me niegas esta oportunidad, Ryou? Desde que te conozco he notado que tienes una tristeza inmensa y no es porque peleas con tu padre y te culpas de la muerte de tu hermanita... Sé que es él el que te hiere con sus comentarios estúpidos, es un atarantado gorila.-Tristán toma de los hombros a Ryou para hacerlo reflexionar aunque le metía unas ideas negativas de su yami, recordando la primera vez que se conocieron.

Flash Back

Ryou había cumplido 13 años apenas, hace seis años que su madre había muerto después de su hermanita, el padre de Ryou estaba desconsolado; para que el dolor de sus pérdidas no le dolieran más al señor, se dedicaba horas y horas a trabajar en sus viajes como arqueólogo.

En ese cumpleaños su padre le había mandado un pequeño obsequio, recibiéndolo de su niñera; una mujer de aproximadamente el doble de la edad de Ryou, amargada, insensible y muy estricta y egoísta.- Tu padre nada este paquete para ti Ryou, ¡qué desagradable, mas te vale que no estés haciendo desastre con este artefacto nuevo serás tú quien pague las consecuencias!-Ryou era un chico tranquilo e inocente, solamente iba a la escuela y regresaba, comía todo lo que le daban aunque fuera una verdadera porquería, casi no tenía amigos, pues era bastante tímido, en ese entonces apenas iba conociendo a Yugi y a Tea quienes le insistían mucho en platicar.

Una noche cuando la niñera dormía, Ryou se infiltra en la habitación para tomar la caja que su padre le había mandado, la tarde anterior La niñera vio a Ryou usando un artefacto rarísimo y parecía ser de gran valor. Ella ya tenía planes, le robaría la joya a Ryou para que ella se diera muchos lujos, entonces le castiga el objeto a Ryou diciéndole que era bastante peligroso que jugara con un objeto de esos. Un rato después recibió un mensaje de su padre preguntándole si había recibido su obsequio, Ryou afirma pero le comenta a su padre que la niñera se lo había castigado por razones de fuerza mayor. El padre solamente le mandó saludos y se despidió de él. 

Ryou entonces decide tomar cartas en el asunto, aquel objeto de cinco picas no se veía tan peligroso y es ahí cuando se infiltra a quitárselo a la niñera. Por l mañana cuando va a la escuela, a medio camino saca el enorme amuleto de la caja, de ahí salió na pequeña notita de su padre: 

"Felicidad es lo que te mando con este pequeño objeto de las arenas de Egipto, cuídalo mucho. Atte: Papá"

Ryou lee esta nota y sonríe, siente que el objeto enviado fue especialmente encontrado para él. Al llegar al colegio, nota que Yugi parecía como hablar solo y se extraña, se dirige justamente hasta donde está Yugi, ahora es cuando se da cuenta que Yugi también poseía un artículo muy parecido al suyo solamente que este era con unas dimensiones más amplias en forma de pirámide invertida.

-Nee, Yugi, ¿con quién hablas?- Ryou deja sus útiles a un lado del lugar de Yugi y se sienta delante de él.

-con un amigo Ryou- Yugi le contesta a Ryou muy contento, y en cuanto empiezan a hablar a profundidad, Yugi también nota que tiene un artículo especial, solamente que de él se veía que desprendía una energía muy distinta a la de su artefacto.