Capítulo VI.

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"Bébete la vida, a sorbitos cortos pero intensos. Refréscate y emborráchate de amor y de alegría y deja en la copa, solo el trago amargo de la tristeza"

Si hay algo que odio en las personas es exponer su vida y sus problemas ante los demás. Aún peor, mostrar los conflictos de pareja delante de personas desconocidas. Era un verdadero show el que hacían Daniels y Marissa en el hotel. Todas las personas se giraban en torno a ellos dos. Ella le reprochaba que no la había atendido, que la había dejado en la arena mientras que él se divertía con su familia y su nueva amiguita. Daniels no sabía donde iba a esconder su cara, solo le pedía que por favor hablaran en la habitación. Ninguno de los dos se había percatado de la presencia de nosotros. Mi tío estaba rojo de la ira, y me pidió que continuáramos el camino hacia la playa, porque ese espectáculo era vergonzoso.

Al llegar donde nuestra familia, supimos que después que nos fuimos, ellos siguieron jugando y en un momento que Daniels y Lili perdieron, fueron nadando hasta la orilla y ella lo estaba esperando, para reclamarle, pues se había puesto celosa de Lili, y le reprochaba que ella estaba sola en la arena y él en el agua divirtiéndose, y que cuando ella llegó, él ni siquiera salió del agua a darle un beso.

Es una vergüenza la que ha sufrido mi familia con esta disputa. Nos retiramos hacia las habitaciones a ducharnos y relajar tensiones, pues mi tía Elisa y Sean estaban bastante molestos. Al llegar a la habitación revisé el móvil, tenía tres llamadas perdidas y dos mensajes, de Steph, preguntándome como estaba todo. Inmediatamente le escribí diciéndole que todo estaba bien.

Por la noche fuimos a cenar y no fue hasta ese entonces que volvimos a ver a Daniels y Marissa. Yo había pensado que, como dijo antes, se había marchado, pero ella es como los perros que ladran pero no muerden. Cenamos en el restaurante buffet una comida exquisita, en un ambiente relajado, compartiendo en familia, eso sí, nunca se volvió a mencionar el tema. Ellos, aunque estaban distanciados, disimulaban paz y tranquilidad, aunque ni siquiera se dirigían la palabra.

Luego en la noche, fuimos a ver un espectáculo a un salón, el cuál incluía bebida y luego discoteca. Luego de ver un show de cantantes y bailarines muy bueno, decidimos quedarnos en la discoteca, convencimos a mi mamá para que nos acompañara a bailar, pero no duró mucho, ya que ella, mi tía Elisa y Sean decidieron marcharse al poco rato. Marissa también pidió disculpa para retirarse, y aún cuando Daniels había confirmado su presencia, tuvo la - casi obligada - decisión, de retirarse junto con Marissa.

Me quedé acompañada por Lili, ya que me daba pena estar a solas con Lucy y Paul, se sentía como estorbo. Dimos unas cuantas vueltas por la disco y después nos posicionamos cerca de mi prima para bailar. Estaba yo muy entretenida bailando cuando recordé que no llevaba el celular encima. Era parte importante de mi, bueno, de quién no, me excusé un momento y fui hasta la habitación a buscarlo. Al pasar por la habitación de mi tía Elisa, la puerta estaba entreabierta y pude escuchar la conversación que se desarrollaba. La verdad no me gusta espiar conversaciones, pero era importante oír lo que mi tío Sean le decía a su adorable hijo.

- Lo que quiero que entiendas que es bochornoso la pelea que presencié, y no yo, sino todas esas personas que estaban de espectadores. Esa mujer debe buscar ayuda porque no me cabe dudas que está enferma.

- Es que nuestra relación no es igual, yo no la culpo por dudar de mi, ya no soy igual, la verdad es que la quiero, pero cada vez se me hace más difícil aguantarla.

- Daniels la relaciones se basan en el respeto, la confianza, y sí, la atracción y el deseo hacia tu pareja es importante, pero no lo es todo. La mujer que tengas a tu lado debe ser digna de ti.

Amantes que OdianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora