16-Salvar

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Mensajes sin parar, casi cinco cada día, varias veces le insultaban por no contestar rápido, pero seguía contestando.

Tenía que contestar o sería su fin, ya no quería seguir con esto y estaba cada vez más cansado, sentía asco de si mismo, de verse al espejo o ver a cualquiera de sus amigos así que los evitaba todo lo posible encerrándose en su cuarto dado por Akashi en aquella gran mansión y se dedicaba a acostarse en su cama viendo los mensajes.

-Sabes que tendrás que ir a clases algún día, verdad? Tendrás que salir y enfrentar al mundo-

Akashi aun pensaba que el peliceleste seguía triste por todo lo ocurrido, incluso traumado y lo comprendía dándole su espacio para superarlo, pero después de algunos días se le hacia exagerado las pocas horas de sueño que tenía y lo poco que comía Kuroko, quería verlo bien y sonriendo como antes.

-Tetsuya-

-Sal de aquí Akashi, no me importa-

Akashi suspiro por tercera vez, Kuroko sabía que el pelirrojo tenía llaves de toda la mansión pero ya era demasiado que no lo dejara en paz, estaba sufriendo y quería sufrir en soledad.

-Mañana comenzaras las clases en mi instituto, así tenga que arrastrarte iras-diciendo eso salio de la habitación dejándolo solo, Kuroko tomo la lampara a su lado y la arrojo a la puerta molesto haciendo que se rompiera.

-Idiota-murmuro para si mismo volviendo a ver el mensaje de Haizaki.

Te veo a media noche en el hospital abandonado, no faltes o sabes que pasara.

No quería ir, no quería, siempre le hacían tanto daño, comenzó a llorar en silencio sin saber que hacer, sería tan sencillo dejar de ir, contarle a alguien pero entonces la generación de los milagros la pagaría por él y no podía, simplemente no podía ser un monstruo.

Se puso una sudadera, cubrió su cabeza con una gorra y dejo su teléfono en la cama para salir por la puerta pasando por encima de la lampara rota, camino por el pasillo y el vestíbulo para escuchar la voz de Akashi detrás.

-¿A dónde vas?-

Comenzaba a ser fastidioso que Akashi no lo dejara en paz.

-¿Acaso eres mi padre? ¿Qué te importa a donde vaya?-pregunto con ira en su voz.

-Escucha Tetsuya, eres importante para mi y realmente me preocupa no saber que esta pasándote, quiero ayudarte pero no podre si no me dejas hacerlo, además, necesito saber a donde vas porque no quiero que ocurra algo como...-

-Cállate Akashi, tu no sabes que paso-

-¿Por qué no me lo cuentas? Sigues diciendo que no sabes pero es obvio que si-

-¿Podrías hacer algo si te lo cuento?-pregunto con ironia pero igual con algo de esperanza.

-Podría salvarte y cuidare, protegerte, no hay nada que no pueda hacer-Akashi sonrio para dar confianza a sus palabras.

Kuroko sintió las lágrimas acumularse en sus ojos, era lo que más quería ahora, sentirse seguro y protegido, pero Akashi, Akashi estaba en peligro y si algo le pasaba a Akashi entonces todo lo que tenía se rompería, toda su esperanza se iria y no tendría nada, bajo la mirada dandose la vuelta.

-No me esperes-

-Tetsuya-

-Akashi...lo siento-Salio de la habitación antes de que pudiera detenerlo-En serio lo siento-

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Miro el camino cuidando sus pisadas, estaba perdido en sus propios pensamientos, no tenía nada que perder ¿verdad? Y comenzó a subir el edificio, las escaleras eran demasiadas y estaba cansado, se detuvo a tomar aire un par de veces antes de llegar a la azotea y salio.

Kuroko miro el cielo nocturno sintiendo como el frió viento de la noche movía su cabello y sonrió por primera vez en tanto tiempo.

Camino hacia la cornisa del edificio sentándose en la orilla, solo él y sus pensamientos, amaba ese mundo pero últimamente lo estaba odiando, lo odiaba y se sentía tan mal, tan solitario y eso le hizo recordar su reflejo.

Su reflejo en el agua, aquel reflejo no uniforme que se movía por el viento y lo odiaba, su rostro pálido, enfermo y cansado, tan cansado de todo y comenzó a llorar nuevamente recordando a todos, en especial a Akashi.

Podría salvarte y cuidarte.

Sonrió ante tal mentira, no era posible, el mundo lo odiaba a él y estaba seguro que no sería bueno seguir, no encontraba salida por lo que miro hacia abajo, a la oscuridad de un callejón al lado del edificio y respiro profundamente, solo tendría que tirarse y todo acabaría, no dañaría a nadie más y nadie le haría daño, incluso ese lado oscuro dentro de él que seguía molesto con todos, se callaría, dejaría de gritarle para que deje de pensar tanto en los demás y comience a hacerles daño, tal como le hicieron daño a él.

Cerró los ojos y volvió a respirar profundamente y se puso de pie alzando un pie hacia el vacío, hacia la paz y tranquilidad por un momento y luego un teléfono se escucho.


(Como siempre, tarde demasiaaado en actualizar, pero al menos volví mejor que antes, de igual forma quiero preguntar 

¿Cómo les gustaría que acabara esta historia? 

Me gustaría escuchar sus pensamientos porque sí, ya estamos cerca del final wuuu, hace años que no hago notas de autor, así que no se sorprendan de mi locura)

Solo quiero ser feliz [Kuroko no basket]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora