-Yo paré hace mucho tiempo ?dijo el Buda-Eres tú el que no ha parado. Yo dejé de pisotear a las demás personas. Yo deje de desear controlar y dominar a las personas, pero tú crees que la libertad se halla matando y avasallando a los demás. Parar de verdad significa dejar de interferir en las vidas de los demás para lograr tus propios propósitos. Tú te estas revelando contra la opresión de otros, pero tú mismo eres opresivo, estas atemorizando y aterrorizando pueblos y aldeas.
¿Cómo puede el terror traer la libertad? -Los seres humanos no se aman unos a otros- respondió Angulimala-.Losricos son crueles con los pobres. Las castas altas son viles y falsas con las castas inferiores. ¿Por qué debo amarlos? No pararé hasta que los haya matado a todos
-Angulimala, comprendo que has sufrido en manos de la casta superior, los ricos y poderosos. Existe crueldad en el mundo, pero la crueldad no se disuelve con crueldad, la opresión no se acaba con opresión. El fuego no se puede apagar con más fuego. Intenta superar la crueldad con compasión, el odio con amor y la injusticia perdonando. Deja de viajar por el camino del odio y la violencia. Eso es parar de verdad. Parar te llevará a la calma, al descanso, el descanso a la sanación; la sanación de ti mismo y la sanación de los demás. El Buda miró a los ojos de Angulimala y dijo:
-Te estás equivocando si crees que cuando hayas matado a cien personas y obtenido control sobre las vidas de otras serás feliz. ¿Acaso eres feliz ahora?- preguntó el Buda. -No, no soy feliz- contestó Angulimala.
-¿Entonces cómo puedes predecir que serás feliz en el futuro, cuando estas sembrando la semilla de la infelicidad en el presente? ¿Cómo puedes sembrar cardos y esperar rosas? Ahora es el momento de vivir completamente, y vivir en la felicidad. Si no hay felicidad hoy, ¿Cómo puedes esperar ser feliz mañana? La felicidad nace de la bondad. Cuando eres bondadoso eres feliz, y cuando eres feliz eres bondadoso.
Las palabras del Buda penetraron profundamente en el corazón de Angulimala. ?Nunca he conocido a un hombre que mire, hable y sonría de esa manera?, pensó. Comprendió la futilidad de su manera de ser; la futilidad de la violencia y de matar; la futilidad del poder. Observó su situación, y era miserable. Reflexionó sobre su pasado, y era confuso. ?Si rehúso la ayuda, el consejo y la amistad del Buda y sigo con mis ansias de matar, ¿Qué habré logrado??, Angulimala se preguntó. Fue un instante decisivo, un instante de realización interior e iluminación.
El Buda miró a Angulimala a los ojos como si estuviera diciendo:? ¡Escoge, Angulimala, escoge! O me matas o te rindes ante mí. ¡Tú decides!?. Ocurrió una ruptura inmediata: Angulimala clavó la espada en la tierra, se quitó el collar de dedos, asió la espada de nuevo y cavó un agujero en la tierra con la punta de la ancha hoja. Entonces metió el collar en el hoyo y lo enterró en la tierra.
-Ahí lo tienes. Ahí lo tienes. Fuera con el collar. Fuera con la espada. Fuera con la violencia. He parado.
El Buda observaba las acciones de Angulimala con asombro. Había visto muchos guerreros, hombre noble, cortesano, reinas y reyes pasar por un instante de lucidez, pero jamás había observado una transformación tan súbita.
-Ya veo, Angulimala, ya veo. Ahora has parado- el Buda sonrió. Junto con el collar, angulimala también había dejado atrás la ira, como una serpiente deja atrás su vieja piel.
Caminaron juntos en silencio absoluto, atravesando el bosque. Los pájaros cantaban, los ángeles sonreían. Llegaron a un estanque lleno de flores de loto. El Buda permaneció quieto y recogió un loto y se lo enseño a angulimala. -Míralo, mira este loto. Sus raíces están en la profundidad del fango pero la flor siempre está sobre la superficie del agua. Caiga la lluvia que caiga, el loto permanece impávido. El loto es suave, gentil, agradable, bello y amable. Nosotros también podemos ser como el loto si adoptamos sus cualidades.
Angulimala, asió fuertemente la mano izquierda del Buda. Esto era una señal y el Buda la comprendió. Angulimala había decidido seguir al Buda hasta la Arboleda Jeta.
-Angulimala, igual que eras la causa de tu propio sufrimiento, también eres la llave de tu propia felicidad, tu propia fuente de alegría. El poder interno te otorga la paz que perdura. Puedo ver la paz en tus ojos, Angulimala. He visto a mucha gente cambiar y transformarse, pero tú eres muy especial. La transformación te ha ocurrido instantáneamente. -En el momento en que te vi, sentí una conexión contigo- dijo Angulimala-, y ahora me veo conectado con todo el universo. Ananda, uno de los principales discípulos del Buda, tembló al ver al hombre salvaje caminando al lado del Bienaventurado hacia la Arboleda Jeta. Miró horrorizado la ropa manchada de sangre y le repelió el acre olor. No pudo creer lo que oyó cuando el Buda anunció:
-Tenemos un nuevo amigo, Ahimsaka (el No-violento). Es nuestro nuevo residente en la arboleda Jeta. Por favor, entregadle un hábito y un cuenco, y entrenadlo en el camino del monje. Por favor, haced todo lo posible para darle la bienvenida y acomodarlo. Ahimsaka aprendió rápido. Pronto estuvo integrado en la comunidad. En unos días se sentía plenamente cómodo en la vida de la Arboleda Jeta, como un pez en un estanque. No sólo era capaz de comprender las enseñanzas del Buda, sino que podía explicarlas a otros de manera lúcida y clara.
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Budismo
SpiritualEs una filosofía donde sus enseñanzas tienen como objetivo que quienes las siguen den un sentido a su vida, desarrollen amor para comprender el mundo, sean conscientes de sus acciones y pensamientos. No se considera al Buda(y Budas) una divinidad s...