A Tony nunca le había gustado complicarse.
Si se presentaba un problema, lo resolvía y punto. Sin embargo,por esta vez, admitiría que huir era una genial idea; considerando que Steve reclutó a Falcon y Thor en su cacería, huir de hecho sería el mejor plan de su vida.
Peter ya había caído a manos de Wanda, y sabía que era un traidor por haber dejado solo a su propio hijo, pero qué más daba; en ese momento estaba jugándose la única cosa que daba sentido a su vida. Y no era Pepper, como hace tiempo le había dicho a la pecosa.
Eran esos preciados panecillos dulces con jarabe de chocolate y chispas del color de la bandera que, si le preguntaban, daba más prestigio a USA que el mismísimo trozo de tela ondeándose con el viento.
Resulta un poco difícil explicar cómo habían llegado a esos extremos, aunque no imposible:
La mañana del primer viernes de junio comenzó de forma tranquila. Steve se fue a correr por el Central Park con Sam como era costumbre y Tony sorpresivamente terminó su trabajo de mantenimiento en el taller antes de lo previsto.
Peter llegó temprano de la escuela y el castaño optó por ver una de esas estúpidas películas de adolescentes, ya saben, porque hacía buen rato que no pasaban tiempo de calidad como padre e hijo. Después de que varios CD pasaran por el reproductor y Tony se quejara de la falta de creatividad de los guionistas, ambos decidieron ver sencillamente la televisión. Ahí empezó lo bueno.
Al llegar a Fox se encontraron nada más ni nada menos que The Simpsons, y Peter temió que su padre indagara en la fecha cuando Homer salió de la cocina con una caja entre las manos; no era muy diferente a la de las pizzas, pero la palabra «Donuts» al costado izquierdo hacía del contenido algo inconfundible.
Y Tony preguntó la fecha.
El chico respondió con la verdad y en menos de diez minutos el moreno de los ojos marrones ya tenía el mismo número de donas sobre la mesa.
Peter no iba a mentir, amaba aquellas delicias, pero con su padre nada era tan sencillo como simplemente comer; sabía que Stark podía pasar días sin probar bocado, pero cuando se lo proponía arrasaba con todo. Si no lo vigilaba, su padre sería capaz de gastar toda su fortuna en una tienda de donas.
Para mala suerte del menor, Tony sabía perfectamente que su adicción por aquel pan era compartida sin necesidad de que Parker la llevara en sus venas por herencia genética. De hecho amaba al chico porque se parecía demasiado a él incluso en eso.
Devoraron las rosquillas en tiempo récord —Peter casi obligado al principio—, por lo que Tony optó por salir a comprar unas cuantas más. Antes de que Spider-man cayera completamente en la locura de aquel dulce manjar, escribió una nota rápida a Steve:
«Papá y yo salimos a comprar bocadillos. Búscanos en el lugar donde dijiste que hizo Fury para dar fin a su problema y lo encontró alcoholizado.»
Podría haber dado la dirección de la tienda en realidad, pero la idea de renunciar a las donas hasta el próximo escape exitoso de Iron Man no era tan agradable como correcta, y es que el rubio les había prohibido el exceso de azúcar pues ésta generaba cambios de humor repentinos e hiperactividad.
Para fortuna o desgracia del adolescente, el Cap y Falcon se había demorado poco más de una hora extra en su rutina, así que, en lo que Steve llegaba a casa, leía la nota y rebuscaba en sus memorias cuál era el dichoso lugar del que su hijo hablaba, Tony y Peter ya se habían comido más de dos cajas completas.
Planeaban pedir una cuarta ronda cuando el rubio de ojos azules llegó peor que alterado al lugar, acompañado por Sam y Thor, y dijo:
—Ay no,Tony... ¿cuántas se han comido? No importa. Podemos evitar lo que sigue, sólo baja las donas y nadie saldrá herido.
Las palabras de Rogers se desvanecieron en el aire, puesto que ambos genios salieron disparados con dos bolsas que cada uno había pedido previamente como reserva.
Los demás clientes miraron impactados la especie de guerra civil que había dado inicio, mientras el equipo de Steve se esforzaba por atacar sin hacer daño a ninguno.
La persecución se inclinaba a favor del hombre de hierro y la araña, hasta que de Dios sabrá dónde apareció Scarlet Witch y apuntó sus poderes telequinésicos directamente hacia Stark. De hecho lo habría atrapado si Peter no se hubiera interpuesto; así fue como llegaron a la situación actual, con la mitad de los vengadores persiguiéndolo cual delincuente y su hijo abandonado como perro. Era una rata asquerosa, lo reconocía; todo fuera por sus amores de azúcar multicolor.
Todo valía en el DonutDay.
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Especial DonutDay
FanfictionComo muchos sabrán ayer fue el día de las donas en USA, así que aquí les traigo este mini especial. ¡Disfruten!